domingo, 15 de julio de 2007

Casualidad 2

Hace 7 años leía la página 275 (2+7+5/2=7) del libro de David Lodge en Roma.
Había llegado con Grazia en un fin de semana largo.
Nos habíamos enterado de la huelga de ferroviarios el sábado, nosotros teníamos billete para el domingo por la mañana con el tiempo justo para llegar al avión que me regresaría a España.
Habíamos cambiado el billete para un expreso nocturno.
El sábado por la tarde nos dirigimos a la estación Termini. Como habíamos llegado con mucho tiempo, decidimos dejar la maleta en la consigna e ir a dar un paseo con nuestros amigos (Enrico y Angela).
Luego del paseo, volvímos con unos 15 minutos para coger el tren. Yo me dirigí a la consigna, mientras Grazia permanecía en el andén cerca del tren.
En la consigna una gruesa mujer litigaba con el único empleado sobre cuál era su maleta y que no era la que le estaba ofreciendo. Los minutos pasaban rápidamente y mi ansiedad subía por momentos.

Cuando recuperé mi maleta, salí corriendo hacia el andén. Era la hora de salida y el chivato verde del marcador electrónico tintineaba. Allí, al inicio del largo andén, estaba Enrico que me decía en italiano " Cosa fai, sali sul treno o no? Grazia [que estaba como diez vagones más adelante] aspetta la risposta."
El telefonino non andava proprio bene. El jefe de tren en la última puerta me preguntaba si subía o no porque iba a cerrar la puerta.

De repente, dije, - subo. Y subí. NO estaba seguro de encontrar a Grazia en el tren.
Comencé a pasar vagones arrastrando la maleta que se enganchaba por todos los rincones. A la vez, pensaba que sería una noche muy triste si Grazia no había conseguido subir al tren. Quizás el mensaje de subir había llegado tarde y las puertas se habían cerrado automáticamente. Quizás no había entendido correctamente el mensaje. Quizás, ....

Finalmente, encontré a Grazia. Y leímos juntos el texto de David Lodge que todavía permanecía conmigo a pesar de las peripecias.

1 comentario:

PAULA dijo...

Interesantes, el texto de Lodge (no he leído esa novela, una más a la lista...;) y tu feliz encuentro ferroviario.
Paula