lunes, 13 de agosto de 2007

Muerte de mi madre

Hace un año, recibía la llamada de mi hermana María desde América indicándome que mi madre había fallecido.
Eran las 9.30 de la mañana y me puse en contacto con mi hermano que no había podido localizarme. Él estaba en Zaragoza y yo estaba en Milán. Apenas tres horas más tarde estaba sentado en el avión que me llevaría a Barcelona, gracias a Internet y a mis conocimientos sobre cómo conseguir un billete.
El aeropuerto de Malpensa estaba abarrotado y siempre que uno tiene prisa ocurren los imprevistos, por eso elegí la fila equivocada en el check-in. Cuando cerraron mi fila, "salte" por encima de los que hacían la fila contigua y puse mi documento el mostrador.
En realidad hacía todo esto de forma convulsiva porque lo único que rondaba en mi cabeza era no haber dicho "adiós" a mi madre.


La había llamado tres días antes y había conseguido hablar con ella. En aquellos últimos días, no era muy normal seguir una conversación inteligible por teléfono; por eso pensaba llamarla el sábado porque aquella última vez estuvo más clara de lo habitual. Pero, el sábado se "me paso" hacerlo. No recuerdo las razones de ello. Quizás es una forma de olvidar lo negativo.
Siempre quieres estar con los que quieres en sus últimos momentos, aunque quizás sirve de poco para los que se van. Sobre todo para aquéllos que se marchan sin hacer ruido: en medio de un puente, en agosto, en "ferragosto" (Asunción de la Virgen)
El camino hacia Zaragoza fue normal, tranquilo porque no había ninguna prisa en llegar. El resto de personas caminaban con prisas hacia sus vacaciones.
El viaje en autobús me sirvió para repasar mis recuerdos, para recordar la muerte de mi padre. Al que había tratado de darle ánimo para vivir en el lecho hospitalario cuando ya no tenía anima.
Sirva mi recuerdo, otra vez lejos de España.
En el interim han muerto sus dos hermanas. Toda una generación de la familia Pascual ha desaparecido. Ahora nos toca a la siguiente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya ves, este fin de semana me estaba acordando de ti porque he estado en tu tierra. Hemos pasado el fin de semana en Torla, en Ordesa y, aunque había estado hace 15 años, no me acordaba bien de lo bonito que era.

He disfrutado mucho, sobre todo de una caminata con Nieves desde la padrera de Ordesa hasta Torla bajo la lluvía que le gusta tanto a ella.

También es curioso que hoy a la mañana, en Tudela, me estaba acordando que hace 8 años estaba en Palma de Mallorca porque unas amigas me llevaron de la oreja un mes después de que falleciera mi hermano y me acordaba de los pensamientos y de las sensaciones de entonces y las comparaba con las de ahora.

Así que he llegado a casa, he visto tu blog y el recuerdo a tu madre y me ha apetecido mandarte un abrazo y este mensaje.

Un beso para Gracia y alesandro y otro, con abrazote incluido para ti.
Javi
P.D.: Con lo de los derechos de autor te tengo guardado un vino de la ribera tudelana que quita el hipo, espero que te lo pueda dar en mano pronto y podamos bebernos una botellita con pasta, txistorra o lo que haga falta.
P.D.2: La tesis no avanza tanto como mi tripa, que le vamos a hacer, lo voy asumiendo.
P.D3: A ver si lo de la investigación tiene más que ver con esto de aprender de la la naturaleza, los amigos... compartir momentos, experiencias... vino...

Enrique García dijo...

Ya veo Jabi que este blog lo vamos a poner a medias. Muchas gracias por el mismo. Recibir el comentario es como una especie de abrazo virtual.
Lo del vino ok
Lo de la tesis / "pancia" menos ok
Escribe lo que tú sabes porque al final es más cuestión de forma que de fondo: que siempre es el mismo.

María Martinez dijo...

Qué dificil es superar la muerte de una mama , se te cae el mundo encima. Os agradezco mucho este artículo que me ha ayudado mucho.

Enrique García Pascual dijo...

Veo tu mensaje ahora Maria. Me gusta que te haya servido, como me sirvió a mi para recordar a la persona que me dio la vida