jueves, 27 de septiembre de 2007

Perdido en la aldea digital


Solo unos ejemplos al modo de “Sin noticias de Gurb”[1], aunque supongo que ya lo habrán leído en cualquier diario:

“7. 30 Suena el despertador digital, que se conecta con la emisora ya programada

7.45 Ya ha salido el café en una cafetera programada con sus 0 y 1.

8.30 Salgo a la calle y compró un periódico que se ha hecho con ordenadores

8.32 Me doy cuenta que he olvidado mirar la agenda electrónica y me temo que hoy era el cumpleaños de alguna amiga. Pero not Problem, me conecto a mi ordenador con mi teléfono wap y de paso pido a la floristería que manden unas flores a Mari Puri, debo decidirme si las quiero reales o virtuales.

8.45 Entro a tomar un desayuno y pido un wooper. Pregunto que lleva y la camarera me contesta que ella sólo sabe que para el wooper debe apretar el nº 47. Tiene un sabor anónimo y me voy sin saber que diablos tiene el wooper

9.12 Llegué tarde al trabajo y deberé introducir mi tarjeta para fichar, justificaré mi retraso. Elegiré el código 237x el siempre socorrido problemas con el tráfico. Además este mes he usado mucho el 45f, cuestiones familiares diversas,..”

Así toda la jornada laboral, cuando salgo del trabajo: en el ocio, en los negocios, en cualquier lugar me encuentro informatizado. Mi coche sintoniza emisoras que me envían mensajes de todo tipo: publicitarios, educativos, (¿quizás son lo mismo?)


[1] La divertida novela de Eduardo Mendoza.

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