viernes, 15 de febrero de 2008

Maestros

La entrada de ayer me parece que no se ha leído con atención:
El libro pertenece a Juan Carlos González Faraco (los enlaces están en la entrada) profesor de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Huelva, que mientras hacia pedagogía saco magisterio con acceso directo. Ha sido maestro de escuela y su padre también en una Andalucía en la que había mucho por enseñar.

Si digo que se ha leído mal la contraportada de su libro es porque en el primer párrafo señala la situación :
Una gran cantidad de maestros son seguidores del libro de texto, de su estructura, de su programación.(Otro día hablamos de los responsables) ¿Alguien lo pone en duda? Es verdad que también hay excelentes maestros y profesores que no se comportan de este modo, como el del hijo de Alumnator.

En el segúndo párrafo está la propuesta, que como decían los comentaristas de ayer, consiste en que las Escuelas de Magisterio, facultades de Educación, centros superiores o como se les quiera llamar : "instigar a los docentes para que, en su práctica, realizaran una lectura crítica de los discursos educativos"

Por tanto, Juan Carlos está en la misma opinión que lo hacíais vosotros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema de usar las NNTT es que a veces hay problemas de comunicación

Anónimo dijo...

Si me ayudáis será posible crear un protocolo sensacional.
A ver cómo lo inicio:
Escuchar, leer, sentir, observar, palpar (si os day cuenta, los cinco sentidos), pensar, reflexionar, entender, actuar, explicar, permitir, volver a reflexionar (ahora en equipo), decidir racionalizando, aceptar.
Es el modo educando de un maestro.

Enrique García dijo...

Hola blogeros:
Tengo la sensación que estas dos últimas entradas han sido muy cortantes. Por otra parte, el haber introducido la encuesta me sirve para confirmar un temor: muy poca gente lee el blog. Casi puedo poner nombre a los tres votos que hay.

Pero seguiré con el protocolo de J.L.
El que escucha, crece. Escuchar y no solo oír.
Aprendizaje permanente, reconocer que somos ignorantes: "sólo sé que no sé nada".
Aprender a cambiar, el mundo, las circunstancias cambian aunque queramos mirarlas sin mover los pies, debemos caminar o quizás correr para adecuar nuestros pasos al cambio de la sociedad del conocimiento.