martes, 1 de septiembre de 2009

Me enseñaron que insulta quien no tiene argumentos.

Hace tiempo que decidí no leer a algunos preclaros académicos que la tienen tomada con la pedagogía, pero alguien me paso el recorte del Sr. Reverte y me animó a seguir escribiendo en este blog: único medio que tengo frente al atractivo mediático de estos insultadores.

Ya en este blog, había incluido la respuesta de mi colega J.A. Planas a otro descalificador artículo del sr. Reverte (¿no sabrá hacer otra cosa?). A la misma remito.

En esta ocasión, el sr. Reverte no le ha parecido bien la campaña de la Universidad de Zaragoza por la visibilización del trabajo de las mujeres. Y lejos de utilizar argumentos, emplea el insulto, a veces muy literario, como único argumento.
Habia pensado que quizás tuviera razón y que mis argumentos no eran suficientes, cuando al leer el prólogo de la revista de investigación educativa, la presidenta de la asociación editora lo dedica a hablar de cómo en el ámbito científico e investigador las mujeres necesitan hacerlo el doble de bien para tener el reconocimiento que los varones.

En fin, que bastante publicidad tiene con ser la primera entrada de mi blog en esta temporada 2009-10. Espero que sea negativa y que si leéis sus libros, sean prestados por una biblioteca.

3 comentarios:

Ico dijo...

Lo leeré con más tiempo pero este mal escritor que vende tantos libros pero que anda eternamente cabreado porque no lo ensalzan a categoría de académico siempre anda buscando trifulca para que al menos, de esta manera, opinen y hablen de él.. no de sus libros que es de lo que deberían hablar.. un saludo.

Jolibuz dijo...

Hola

Primero: Este señor es un faltón, e indiscutiblemente pierde la razón por las formas.

Segundo: Sin embargo, en el fondo estoy de acuerdo con él. Yo no creo que ninguna alumna se sienta excluída cuando alguien habla de "los alumnos de la Facultad", como tampoco creo que ningún varón lo haga cuando se habla de "la gente".
Simplemente creo que el lenguaje es una herramienta de comunicación, y como tal debe ser útil y cómoda.

Anita B. dijo...

Pues yo estoy completamente de acuerdo con el Sr. Reverte. Su único problema es no andarse con remilgos a la hora de expresarse, lo cual es loable en este país de eufemismos y chorradas. La campaña de "Nombrar en femenino es posible: ¡inténtalo!" es bochornosa, por favor, encima de que no cumple su cometido pro igualdad, sino todo lo contrario.

En la misma revista en la que escribe Reverte me publicaron una vez una carta en la que defendí la universidad pública (y concreté con la de Zaragoza) por la gran calidad de sus docentes y de la formación recibida, pero por estupideces como esta de nombrar en femenino estoy por mandar otra, y no para echar flores precisamente.

Que les pregunten a las chavalas (y a los chavales también, ¿o no?) que tienen que estudiar en agosto respirando el sudor de cientos de personas en una biblioteca que sólo dispone de ventiladores modelo "2ª Guerra Mundial" para remover el aire a 35ºC. Que les pregunten si prefieren que el dinero de sus matrículas vaya a la campaña de "nombrar en femenino" en lugar de a la compra de aparatos de aire acondicionado. Yo me figuro la respuesta.

Besinhos from Anita B.