lunes, 16 de enero de 2012

Volver a leer los clásicos


No sabía si deciros donde he encontrado el texto que a continuación trascribo o bien dejar a vuestra pericia el señalar autor y obra de donde lo he descubierto.



"Al escoger personas para cualquier empleo se mira más la moralidad que las grandes aptitudes, pues dado que el gobierno es necesario a la Humanidad, suponen allí que el nivel general del entendimiento humano ha de convenir a un oficio u otro, y que la Providencia nunca pudo pretender hacer de la administración de los negocios públicos un misterio que sólo comprendan algunas personas de genio sublime, de las que por excepción nacen tres en una misma época. Piensan por el contrario, que la verdad, la justicia, la moderación y sus semejantes residen en todos los hombres, y que la práctica de estas virtudes asistidas por la experiencia y una recta intención, capacitan a cualquier hombre  para el servicio de su país, salvo aquellos casos en que se requieran estudios especiales. Y creían por descontado que la falta de virtudes morales estaba tan lejos de poder suplirse con dotes superiores de inteligencia, que nunca debían ponerse cargos en manos tan peligrosas como las  de gentes que merecieran tal concepto, pues, cuando menos, los errores cometidos por ignorancia con honrado propósito jamás serían de tan fatales consecuencias para el bien público como las prácticas de un hombre inclinado a la corrupción y de grandes aptitudes para conducir y multiplicar y defender sus corrupciones."

Espero vuestras respuestas. Quizás hay premio para el que acierte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No tengo idea, la verdad. ¿Tal vez el Principe, de Maquiavelo? ¿Quizás el Arte de la Prudencia, de Gracián? No sé.