viernes, 4 de mayo de 2012

Derechos, que no privilegios

Esto lo recibí o lo encontré. Era de una maestra que respondía a las mil declaraciones de alguna mujer política.
Según el Diccionario de uso del español de María Moliner, privilegio es la excepción de una obligación, o posibilidad de hacer o tener algo que a los demás les está prohibido o vedado, que tiene una persona por una circunstancia propia o por concesión de un superior. Por el contrario derecho es la circunstancia de poder exigir una cosa porque es justa.
Soy funcionaria, me dedico a la docencia y trabajo en un instituto de educación secundaria, en este país. Y no, yo no tengo privilegios.
El sueldo que cobro es un derecho que me gano honradamente con mi trabajo. Está regulado por un convenio en el que participan y firman todas las partes interesadas. Es transparente, cualquier ciudadano puede saber lo que cobro. Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están en entidades bancarias completamente controladas por el estado, y no en paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo parezca, este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y si es preciso al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes. Obtuve mi puesto de trabajo aprobando una oposición, que por si alguien no lo sabe, es una prueba muy dura, y no hubo “enchufismos” de ninguna clase. Si tengo que ir a trabajar en coche, el vehículo es propio y pago la gasolina, yo no tengo coche oficial ni chófer. Si he de quedarme a comer, me pago la comida, yo no cobro dietas. El café y el almuerzo corren por mi cuenta, y hasta los bolígrafos rojos que gasto para corregir los ejercicios de mis alumnos, los compro con mi dinero. Los libros de texto y de lectura que necesito para trabajar, de momento, nos los ceden, gratuitamente las editoriales, tampoco les cuestan un euro a la Administración.
No, yo no tengo privilegios. Alguien podría pensar que disfruto de un mes de vacaciones más que el resto de mortales. Pero durante el curso escolar trabajo prácticamente todos los domingos, y cuando no trabajo en domingo es porque lo he hecho en sábado. Si cuentan todos estos días, verán que suman más de 31, que son los que tiene el mes de Julio. Cuando llevo a mis alumnos de excursión o de viaje, les dedico las 24 horas, dejando a mis hijos y a mi familia. 
No, yo no tengo privilegios. Y sin embargo me siento privilegiada. Sí, me siento privilegiada porque considero que mi trabajo es muy importante y valioso y realizo un servicio social. Me siento privilegiada cuando veo crecer y madurar a mis alumnos, los veo superar sus dificultades y aprender, y yo estoy ahí ayudándoles, aunque solo sea un poquito. Me siento privilegiada cuando mis alumnos me saludan por la calle, casi siempre con una sonrisa y cuando hablo con sus padres con la cordialidad propia de quienes comparten objetivos. Me siento privilegiada cuando encuentro a antiguos alumnos y me hablan de sus vidas, de sus éxitos y sus proyectos. Y sobre todo me siento privilegiada porque trabajo rodeada de extraordinarios profesionales que se dejan la piel día a día para llevar a buen puerto esta nave que la Administración se empeña en hacer zozobrar.
Sí, estos son mis privilegios, pero puedo asegurarles que no le cuestan ni un euro al contribuyente. 
Con todo, no crean que quiero ponerme medallas, nada más lejos. En el fondo me siento como el siervo inútil del Evangelio, al fin y al cabo solo cumplo con mis obligaciones. Pero es importante no confundir derechos con privilegios. Los recortes en Sanidad y Educación, son recortes en derechos y no en privilegios. Que no os confundan. No veáis enemigos donde hay amigos, ni verdugos donde hay víctimas como vosotros. Confundir es un arma de poder para camuflar al verdadero culpable.
Con todo lo que está cayendo sobre los docentes, lo que más me duele no es la pérdida de poder adquisitivo, sino el menoscabo moral al que se nos está sometiendo. Solo pido a la sociedad, respeto. A los políticos, honestidad, porque muchos han olvidado el significado de esa palabra, si es que lo conocieron alguna vez. También les pido valentía, porque pisotear al débil es de cobardes. Los culpables de esta crisis son mucho más poderosos que nosotros y sí tienen privilegios, que lo paguen ellos.


¡¡ Por la dignidad del docente!!, que es lo que no nos pueden quitar.

6 comentarios:

Consuelo Campillo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con esta señora. Soy estudiante de Pedagogía, y admiro a los docentes que de verdad están motivados con su trabajo y son félices con este.

Odio cuando escucho a la gente infravalorando la docencia, simplemente porque tienen dos meses de vacaciones. ¿Acaso de verdad saben que sería de la educación de sus hijos sin estos profesionales?

Bajo mi punto de vista, es una de las profesiones más difíciles, ¿han pensado si es sencillo ponerse delante de un grupo de alumnos y enseñarles a escribir, leer, y adquirir todo tipo de competencias y conocimientos?

Vergüenza debería de darle a los políticos de hace recortes en educación(http://www.serpadres.es/familia/derechos/Mas-alumnos-por-clase-y-menos-profesores-para-ahorrar-3000-millones.html), cuando es la base del futuro, ¿Por qué no van cada uno en su propio coche y tienen un sueldo mileurista? Quizá así la crisis acabaría.

Victoria Rabadán dijo...

Estoy completamente de acuerdo con el relato de esta profesora. Me parece injusto que parte de la sociedad piensen que los profesores no hacen nada y que su trabajo es muy fácil. Estoy cansada de escuchar siempre lo mismo porque es muy sencillo juzgar sin saber realmente el papel tan importante del docente.

En esta sociedad no esta igual visto a un empresario, por ejemplo, que a un profesor y no entiendo por qué, ya que cada uno tiene un papel fundamental en la sociedad tanto el empresario como el docente.

El claro ejemplo lo tengo en mi entorno de amigos, ellos estudian empresariales y yo estoy en el ámbito de la educación y ellos critican el trabajo de los docentes al decir que "es muy fácil y que no hacen nada". Y me gustaría ver a todas las personas que opinan así en nuestra posición para ver cómo se desenvolverían.

Melania Ramón Marín dijo...

Me parece muy importante el relato que describe esta profesora, con el que estoy totalmente de acuerdo.

Está muy extendido la idea acerca de que la profesión del docente es una de las más privilegiadas por el hecho de disponer de un mes de vacaciones más que el resto pero, ¿alguien tiene en cuenta la cantidad de horas extras realizadas en casa y que no son remuneradas?

Todos somos conscientes de la situación actual en España, la crisis cada día es más demoledora y es evidente que hay que tomar decisiones duras. Sin embargo, no creo que realizar recortes en educación sea la mejor solución, ya que ésto es sinónimo de realizar recortes en el futuro de este país.

Vanesa Velo dijo...

Como estudiante de Pedagogía estoy completamente de acuerdo con esta maestra. La profesión docente se infravalora y no obtiene el reconocimiento que merece. En mi opinión es una profesión fundamental en la sociedad, puesto que es la base de nuestro aprendizaje para más tarde poder ejercer otras futuras profesiones, por lo que debería ser una de las más reconocidas social y económicamente hablando.
Como bien dice esta maestra, no debemos dejarnos engañar, debemos luchar por nuestros derechos, por lo menos para no perder los que hasta ahora teníamos.

Silviamb dijo...

En mi opinión, y como estudiante de Pedagogía, creo que todos los que se dedican a la educación, hacen una labor imprescindible en esta sociedad y lo peor que han podido hacer, es realizar recortes en ésta. En época de crisis, deberían hacer todo lo contrario, invertir en educación, porque ésta es la clave para el cambio.
Todos los que piensan que los profesionales de la educación son unos privilegiados por dar pocas horas de clase y tener un mes de vacaciones, están totalmente equivocados. Además de las horas lectivas, los docentes que de verdad se implican en su trabajo, invierten su tiempo en preparar actividades, realizar evaluaciones, tutorías con familiares, etc.
Pienso que para salir de esta crisis, los políticos deben hacer recortes y reformas duras, pero que tengan un poco de vergüenza, y empiecen por dar ejemplo ellos, rebajando su sueldo o trasladándose en vehículos propios.

Lauramg dijo...

Esta entrada me ha parecido muy interesante, ya que por lo general la gente no suele valorar el trabajo que desempeñan los profesores, piensan que no es una profesión, que la labor que realizan no se puede denominar como tal.
Pero en realidad la función de los docentes es fundamental para todos, ya que nos formamos según ellos nos enseñan, por lo que nuestro futuro, en parte depende de ellos y los conocimientos que adquiramos también, por lo que hay que replantearse el valor de los profesores en la sociedad, y empezar a darle el valor que se merecen, ya que requiere una gran responsabilidad el pensar que el futuro de tus alumnos en parte depende de ti.
Otro de los aspectos que destacaría, es la implicación y dedicación, ya que si no fuera por ellos no existiría educación y nuestra formación no sería la misma.