martes, 18 de diciembre de 2012

Defensora universitaria


Carta a los claustrales de la candidata
a Defensora Universitaria
Zaragoza, 14 de diciembre de 2012
Estimado/a claustral, me dirijo a ti, para comunicarte que he presentado mi
candidatura a Defensora Universitaria y compartir contigo mi visión sobre la
labor a realizar desde este cargo.
Mi nombre es María José Rabanaque Hernández, y soy Profesora Titular de
Universidad en el Área de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Quiero manifestar que me presento como candidata a Defensora Universitaria
con el ánimo de seguir sirviendo a la universidad, como he venido haciendo en
los más de 20 años que llevo formando parte de esta Institución.
La LOU establece que las Universidades han de contar en su estructura con la
figura del Defensor/a Universitario. Le encomienda una loable tarea: velar por
el respeto a los derechos y las libertades de los profesores, estudiantes y
personal de administración y servicios, ante las actuaciones de los diferentes
órganos y servicios universitarios. No se olvida de señalar que ha de proceder
guiado siempre por el propósito de mejora de la calidad universitaria en todos
sus ámbitos. Y proclama dos principios de actuación que han de regir en todo
caso su labor: el de independencia y el de autonomía.
Creo que la labor del Defensor/a, como garante de los derechos y libertades de
los miembros de la comunidad universitaria, podría sintetizarse en dos ideas
valiosas y de gran tradición dentro de la comunidad universitaria: libertad y
calidad. Estos valores, importantes siempre, deben, sin embargo, ser objeto de
particular cuidado en el difícil contexto social y económico en el que ahora
estamos inmersos.
Combinar la mejora de la eficacia y la calidad con la escasez creciente de
recursos es un ejercicio difícil que añadirá complejidad al funcionamiento
interno, y podría alimentar las tensiones entre los diferentes miembros que
formamos la comunidad universitaria. En esta situación necesitaremos, más
que nunca, de capacidad para alcanzar acuerdos y unidad para lograr objetivos
y rendir cuentas ante la sociedad de nuestro buen funcionamiento.

El respeto a los derechos y libertades ha sido siempre una seña de identidad
de la institución universitaria. No obstante, la legislación vigente considera
necesaria la existencia de una figura que tenga capacidad de supervisar y
controlar el cumplimento de estas obligaciones esenciales.
La Universidad, probablemente más que ninguna otra institución, se alimenta
de la participación y de la iniciativa de las personas que la forman. Su
capacidad para cuestionar, innovar y contribuir al progreso social depende del
mantenimiento de un espíritu universitario crítico, riguroso y creativo al mismo
tiempo. Mantener un ambiente cordial, de colaboración y de enriquecimiento
mutuo, en el que existan oportunidades para el desarrollo personal y
profesional, es clave para el fortalecimiento de la institución. No podemos
olvidar que el diálogo y la tolerancia son herramientas fundamentales que
debemos aplicar en los diferentes ámbitos de trabajo, con el objeto de alcanzar
los fines propios de la universidad. El Defensor/a debe velar por este clima de
entendimiento y proteger y amparar a todos los miembros de la Comunidad
Universitaria, estudiantes, personal de administración y servicios y personal
docente e investigador.
Considero que las tareas que he desempeñado, en diferentes ámbitos de la
docencia, la investigación y la gestión, me han aportado una amplia visión de la
Institución que me permitirá, en su caso, desarrollar la labor de Defensora
Universitaria de forma adecuada. La experiencia de haber iniciado mi carrera
investigadora como becaria predoctoral, haber impartido docencia en tres
centros de esta universidad, y haber sido miembro de la Junta de Gobierno y
del Consejo Social, entre otras actividades, me ha servido para identificar
problemáticas y opiniones diversas que pueden tener los estudiantes, el
personal de administración y servicios y el personal docente e investigador.
Mi experiencia, junto a mi ilusión, capacidad de esfuerzo y compromiso con la
universidad, son los avales para presentarme a Defensora Universitaria.
Finalmente, quedando a tu disposición, solicito tu apoyo a mi candidatura en la
sesión del Claustro del día 18 de diciembre.
Un cordial saludo

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