miércoles, 21 de mayo de 2014

El próximo decano

Alguien me ha venido a contar una adivinanza a propósito de que ya llevo cinco años de decano.

- ¿Sabes quién será el próximo decano de la Facultad de Educación de Zaragoza?

-  San José Obrero, que era carpintero, para que de este modo se ponga a hacer los
muebles para terminar de equipar la Facultad de Educación.

domingo, 18 de mayo de 2014

Claves de un currículum del siglo XXI

La irrupción en la sociedad del conocimiento nos exige que la alfabetización de la ciudadanía sea algo más que leer, escribir y saber hacer cuentas. La globalización y el avance tecnológico nos exige una alfabetización que además de esas competencias básicas, declaradas en el siglo XIX, se dominen otras tres competencias: la de buscar la información, la de manejarla para conocimiento en nuestro beneficio y la de poder intercambiarla.
Ese mundo globalizado también exige la competencia en diversas lenguas en su vertiente comunicativa, tanto oral como escrita y desde la perspectiva de la expresión y la compresión. Igualmente, ha de dominarse la tecnología y no ser “esclavo” de sus tiranías.
El aprendizaje exige al menos dos grandes principios:
a) la cultura del esfuerzo que depende del aprendiz principalmente
b) la revolución metodológica adaptada a los nuevos tiempos. Con la simple introducción de tecnologías más o menos vanguardistas no solucionaremos nada porque cualquier herramienta puede ser usada para lo bueno y para lo malo, dependerá de la ética y la moral del instructor.
Las metodologías deben ser flexibles, adaptadas a los usuarios sean niños, adolescentes o adultos y no adaptadas al currículum prescrito. Nuestros niños son naturalmente curiosos, preguntan por qué, no se convencen con la primera explicación; pero según avanza su escolarización no preguntan en clase, copian apuntes que no les encuentran sentido y poco a poco vamos generando una mayoría silenciosa que acata todo lo que se dice desde una instancia superior.
Aprendizaje a lo largo de la vida, traducido como Educación Permanente, lo que en el siglo XX se denominaba Educación de Personas Adultas, es la propuesta del siglo XXI (algunos lo denominan siglo de la formación) y la respuesta a las necesidades de la sociedad compleja que nos aparece. Toda la ciudadanía, pero especialmente la profesional (la que se forma en los ciclos superiores de FP y en la Universidad, debe entender que sus estudios no finalizan nunca que debe ir completando, ampliando lo que se le facilitó en su formación inicial porque el desarrollo científico y tecnológico es muy acelerado y no permite que el sistema escolar vaya al mismo rítmo por imposibilidad y porque no es conveniente especializarse antes de tener una formación básica.
La formación profesional debe ser la “joya del sistema educativo” porque gracias a la vinculación con el trabajo, las titulaciones adquieren sentido y el desarrollo personal cobra sentido. La formación teórica no debe separse de la formación práctica y los saberes tienen sentido si pueden ser utilizados. No quiero caer en la tendencia utilitarista y funcional de la educación porque tampoco debemos olvidar la necesidad de enseñar a pensar, a analizar, a contextualizar, a transferir los aprendizajes y eso sólo se consigue a través de una formación básica fuerte.
Religión fuera de las escuelas
La religión no puede ser una asignatura, si bien el fenómeno religioso, la multicreencia del mundo actual debe ser conocida y analizada por los estudiantes desde su más precoz escolarización. Pero esa educación puede ser ofertada dentro de lo que denominamos “ciencias sociales” o “ conocimiento del medio” y por los maestros y el profesorado de este área.
La doctrina religiosa tiene lugar en las diferentes iglesias, si bien el fenómeno religioso debe ser estudiado en los currícula escolares.

Profesorado: Vinculación entre la formación inicial y la formación permanente
Esta cuestión parece una obviedad pero llevamos mucho tiempo sin cumplirla: los planes de estudio de la formación inicial dependen de la Universidad y los planes de formación continua dependen de la Administración Educación del Mec y de las Consejerías, el resultado es una descoordinación total tanto en la temporalización de las reformas como de los principios teóricos y metodológicos que sustentan a una y a otro, además de que no se ponen en común los intereses de ambas instituciones por lo que no se coincide en el perfil del profesorado.

Autonomía de los Centros
Hace una decena de años que oí decir a un Secretario de Estado de Educación, cuando estaba ya fuera del cargo, que sería necesario dotar de mayor autonomía a los Centros. Y parece una buena tendencia que practican los países del Norte de Europa en los que muchas veces nos inspiramos, pero en la actualidad utilizada por el gobierno conservador del PP o de CIU, la autonomía sirve para depauperar a la escuela pública y enfrentar a los sindicatos que ven una posibilidad de nepotismo en la concesión de autonomía de las decisiones a un director que no es elegido por la comunidad educativa.

Por eso, el tema de la autonomía deberá ser regulado en paralelo al mantenimiento de un grado de participación de la comunidad educativa que permita una mayor eficacia en la toma de decisiones en un marco de relaciones democráticas.