martes, 24 de febrero de 2015

¡ Nos reíamos mucho !

He dejado de escribir en el blog, pero comprobar la desorientación espacial de un colega, me anima a contaros algunos chascarrillos de hasta que punto los puntos cardinales son unos lugares que alguien caprichosamente situó sobre una brújula.

a) Caminando hacia el hotel que había visitado en más ocasiones que yo mismo, habíamos bajado a un bar en una calle perpendicular, el hotel hacia esquina. A pesar de la situación privilegiada y la existencia de banderas, en todas las ocasiones equivocó la bocacalle: giraba previamente o posteriormente, nunca acertó en la calle apropiada. NOS REÍAMOS MUCHO.!!!

a bis) También se perdía dentro del hotel, aunque se sentía aliviado cuando una señora le decía a su esposo que llegaba tarde porque no encontraba el ascensor [sic] NOS REÍAMOS MUCHO!!!

b) Comentaba que el suegro de un amigo que estaba divorciado, el día que fue a "pedir la mano de su ex-esposa" (siento revelar la edad de su amigo), el suegro comentó "Ya está el gato en la talega", pero no estaba a tiempo de echarse atrás, aunque años más tarde al divorciarse, recordaba la pertinencia del comentario. NOS REÍAMOS MUCHO.!!!

c) En cierta ocasión, viajaba en la parte trasera del vehículo donde se encontraba el bolso de la conductora que nos acompañaba y sonó un teléfono. Ella le pidió que, por favor, lo cogiera y se lo sacara. Saco un teléfono y dijo . "pone que hay que poner un PIN", mientras que el sonido del teléfono seguía ensordecedor. Evidentemente, no era el teléfono que trilaba sino otro teléfono, pero él lo paso diciendo que faltaba el PIN. NOS REÍAMOS MUCHO!!!

d) Visito a una personalidad, un cargo, de una institución y volvió a visitar a ese cargo un mes más tarde y nadie le advirtió que había cambiado la persona y, ¡claro!, él no lo percibió. Estuvo durante más de media hora hablando con esta persona, mismo cargo, como si fuera la persona de la primera ocasión. NOS REÍAMOS MUCHO!!!

Quizás estas anécdotas no parezcan divertidas porque no he sabido narrarlas adecuadamente; pero os aseguro que la combinación del contexto espacial y temporal, así como la comunicación no verbal  ayudaron a que estas anécdotas fueran relajantes y refrescantes en las Jornadas de trabajo.

Dedicado a quien me pidió que esto debería compartirlo en el blog.