viernes, 1 de julio de 2016

Respuesta de Tonucci

En la revista sindical  SCUOLA E FORMAZIONE de la CISL, encuentro la siguiente entrevista a Tonucci de la que recogeré solo una pregunta y respuesta que me parece interesante:

Dal tuo osservatorio, com’è cambiata la scuola  in  questi  50 anni? 

Se debbo fidarmi della mia famiglia come campione significativo per lo meno il 60% dei miei figli ha fatto una buona scuola elementare e andava volentieri a scuola, il 100% invece dei miei nipoti (2 più due acquisiti) hanno fatto pagine di lettere, cornicette di farfalline e pagine di numeri da 1 a 1000. Allargando  lo  sguardo  fuori  di casa,  debbo  riconoscere  che  la scuola di oggi assomiglia troppo alla scuola che ho frequentato io settanta anni fa, mentre negli anni  settanta  si  notava  uno  sforzo e  una volontà di cambiamento. Insomma le mie vignette che negli anni settanta, quando cominciarono  a  nascere,  sembravano una dura critica ad una scuola in via  di  esaurimento,  oggi  tornano ad essere attuali e pertinenti. Così  come  nella  scuola  degli  anni  ’70  era  significativa  anche la presenza appassionata di molti  genitori  che  appoggiavano  insegnanti  e  cambiamento, debbo  notare  che  oggi  sembra esaurito  lo  spirito  di  collaborazione fra famiglia e scuola, sostituito troppo spasso da sospetto e conflittualità. Questo naturalmente non aiuta il cambiamento e favorisce invece la chiusura e l’atteggiamento difensivo della scuola.

Supongo que casi todos los entenderéis, pero permitidme que haga gala de mis conocimientos del italiano:

Si debo fiarme de mi familia como ejemplo significativo, al menos el 60% de mis hijos han cursado una escuela primaria buena y iban a la escuela voluntariosos. El 100% de mis nietos (2 más 2 adquiridos) han hecho páginas de cartas, cuadros ornamentales de mariposas y páginas de números del 1 al 1000.
Echando la vista fuera de casa, debo reconocer que la escuela actual se parece demasiado a la escuela que yo frecuenté hace 70 años, mientras que en la década de los setenta se notaba un esfuerzo y una voluntad de cambio. En resumen, cuando aparecieron mis viñetas, allá por los años 70 eran una dura crítica a una escuela en vías de extinción, hoy volverían a ser actuales y pertinentes.
Así en la escuela de aquellos años era significativa la presencia apasionada de muchos padres que apoyaban a los maestros y los cambios, pero compruebo que hoy parece agotado el espíritu de colaboración entre familia y escuela, sustituido frecuentemente de sospechas y conflictos. Esto no ayuda al cambio y favorece, en cambio, la cerrazón y la actitud defensiva de la escuela.