viernes, 3 de agosto de 2018

Aterrizando en Luton

DIA 3/agosto/2018
Aterrizando en Londres o en Luton
Me voy a Londres con dos adolescentes, uno propio y otro prestado. El viaje empieza de forma emocionante con un retraso de una hora. Lo que resulta insignificante, cuando el adolescente prestado pretende entrar en Gran Bretaña con esa cartulina de los años cincuenta del siglo pasado que dicen que es su “carta de identidad”. Mientras que los poseedores, como yo y el adolescente propio, pasan veloces como si fueran el AVE el control de pasaporte, nosotros debemos esperar como si fuéramos la linea ferroviaria “abandonada” por Adif de Zaragoza a Valencia.

Finalmente, superamos el control, las maletas han llegado sobradamente y se necesita encontrar el medio para llegar a Londres. Los adolescentes saben mucho inglés, pero saben poco de la vida, tienen miedo a la frustración de no ser entendidos por cualquiera y caminan a un ritmo que parece la carrera de los caracoles.

Comienzo a estar cansados de esperas por lo que con tarjeta de crédito en mano y con el apoyo del lenguaje gestual, llegamos al bus. Subimos al bus. Nos advierte que debemos ponernos el cinturón, pero después de 4 o 5 paradas de motor, nos comunican que debemos cambiar de autobús porque el nuestro esta estropeado. Apoligize! Los c… Hemos empleado 40 minutos de la salida del aeropuerto hasta que finalmente el bus se puso en marcha.



Afortunadamente, tenía mi contacto en Londres que nos esperaba donde le indicara aunque en ese momento no sabía ni dónde ni cuándo estaba. Su paciencia y mi ansiedad consiguieron que una hora más tarde nos pudiéramos dar un abrazo.

Ciertamente, mi contacto además de paciencia tiene un carácter que hace olvidar todos los momentos pasados. Comienza a hablar y no para de contar anécdotas sobre sus vivencias durante este mes en Londres hasta que te despides. Algunas sentencias son dignas de un análisis semántico de la prueba de selectividad:
"Cuando me oyen hablar en  inglés, si conocen algo de español, enseguida cambian al español". “Les digo, por favor que he venido a mejorar mi inglés”
Pero me responden: “… es que en inglés utilizamos más tiempo”

“Son muy repetuosos y educados con los distintos acentos ingleses que oyen a lo largo del día. Nadie me ha hecho ninguna corrección "impolite". Se nota mucho cuando tu interlocutor no es angloparlante de origen" "Afortunadamente, la superdiversidad es máxima, en la Universidad que estoy hay gente de unos 140 países del mundo.”

Terminamos tomando unas pintas con la supervisión de los adolescentes desde el otro lado de la acera del pub.

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