lunes, 6 de agosto de 2018

Oxford y los Colleges

6 agosto 2018
Me levanto con las primeras luces y llego a Oxford en el bus de los trabajadores que han dejado sus coches en el aparcamiento “disuasorio” (Park&Ride) de las afueras. Eso me permite conocer la ciudad sin las aglomeraciones del domingo y de las que llegarán después.

En la mañana visito: Christ Church College y  el Pitt River Museum. En el afternoon el Trinity College y la Bodleian Library donde se grabaron algunas escenas del Harry Potter.

Algunas ideas me vienen a la mente con estas visitas en las que intento trascender la mirada turística hacia aspectos antropológicos, sociológicos, en suma, filosóficos.

La primera: la del College porque no la hemos copiado en España. Pienso en el campus de Teruel siempre lamentándose de que no van los estudiantes o que se marcha el profesorado por falta de atractivos. La idea de la convivencia de estudiantes y de profesorado ya la tuvieron en Inglaterra hace unos siglos.Es verdad, que puede resultar agobiante la convivencia porque exige el concepto de privacidad y de respeto a la intimidad de los ingleses.




Cuentan las guías que en el siglo XIII comenzaron a llegar a Oxford muchos estudiantes de todas partes de Europa. Y comenzó a haber cierta rivalidad entre la población local y los estudiantes que desembocó en la Masacre del Día de Santa Escolástica en 1355 con 90 muertos. Por lo que el Rey decidió que la Universidad fuese subdividida en College, y cada uno desarrollo sus propias tradiciones.

En la actualidad, todos aprovechan para sacarle partido a sus instalaciones: como hotel para turistas en las residencias de los estudiantes, alquilando las suntuosas salas de comedor para cualquier tipo de banquete o ceremonia, y alquilando todo aquello que se les solicite: los jardines, las aulas, etc.

Otra consideración es la admiración que tienen por sus soldados y conquistadores. Las evidencias podemos apreciarlas en las paredes de colleges, capillas y museos.  Claro que los museos están llenos de lo que los conquistadores ingleses rapiñaron en sus viajes por el mundo.

La colección del Pitt River o museo de ciencias naturales y también de antropología con una colección de objetos que parece un bazar chino. Me sirve para pensar en cómo los europeos, concretamente los ingleses, han ido “recogiendo” allá por donde pasaban. Es verdad, que luego tienen los objetos con su explicación, si bien en ocasiones la cantidad de objetos supera la calidad de las explicaciones.

Una interesante exposición temporal sobre los movimientos migratorios completa algunas de las manifestaciones que pude contemplar.

La entrada al Trinity la hago gratuitamente presentándome como profesor de la Universidad con la intención de poder ver la Biblioteca. Pero finalmente, no la pude ver porque estaba alquilada para unos exámenes. Los amplios jardines y el cuidado césped invitan a cualquier clase de pensamiento reflexivo aunque ahora, en verano, se ve disturbado por la presencia de unos adolescentes chinos. Claro que estos deben ser chinos ricos a tenor del precio de los cursos.

La visita a la Boldeian Library no me resultó especialmente atractiva, será porque no entendí bien las anécdotas de la guía o porque muchas se referían a la grabación de Harry Potter del que no soy muy entusiasta aunque coincidamos en el nombre.

También aproveche para ver una exposición sobre las mujeres sufragistas y recoger el significado de los colores que eligieron: el violeta o púrpura por la dignidad, el blanco por la pureza y el verde por la esperanza.

Luego, tener el alojamiento en un College (lo recomiendo vivamente) que está a 100 metros de la última visita que pude realizar es una ventaja para poder descansar. Los kilómetros recorridos han sido doce y medio.

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