sábado, 21 de julio de 2018

Bedarieux, pueblo natal de mi padre

21 de julio, camino a Bedarieux, pueblo natal de mi padre

El Tour camino de los Pirineos se adentra en el Macizo Central y la etapa de mañana pasa cerca, unos 70 kms, del pueblo natal de mi padre; por lo que he decidido y mi adolescente hijo ha aceptado pasar una noche allí.

Para llegar es preciso sortear el tráfico intenso de un sábado. Le dejo a Alessandro que gestione las carreteras que debemos tomar para evitar el paso por la autopista que se encuentra completamente bloqueada.



En un primer tramo, circulamos por la ruta alternativa que conduce a Marsella pero luego me propone ir por una carretera más "recta" y que pasa por “ciudades”. Éstas resultan ser pequeñas poblaciones, porque pasamos por la Francia profunda que se despuebla inmisericorde como lo hace la España interior. Menos mal que es verano y los “hijos del pueblo” y algunos veraneantes regresan en este tórrido mes de julio.

La carretera no es lo recta que se veía en el mapa porque pasamos por montañas y desfiladeros que cuando vamos en un utilitario nos preguntamos cómo harán para pasar por ahí los camper de seis metros. Yo mismo me pregunto cómo estoy consiguiendo hacerlo pasar sin incidentes. La montaña se aproxima, la curva a la derecha no da visibilidad y confío que no venga nadie de frente. Por fin, llegamos a la planicie de Nyons, célebre por una fábrica de jabones desde más allá del siglo XX, que identifico por la pintura vintage de las cajas que aparece en sus naves (capanone). En el llano comienzan a aparecer viñas y viento. El navegador “sigue haciendo de las suyas” y nos conduce a una carretera con una señal de altura máxima 2,3 metros. Achtung!!! El camper mide unos 3 metros de alto. Quizás esta TIC dispone de la opción autocaravana pero no la debí pagar cuando lo compre.

Finalmente, llegamos a la autopista y después de un tramo de montaña no muy difícil comparativamente llegamos a Bedarieux.

Comienzo a hacerme fotografías con carteles que indique el nombre del pueblo. Mi hijo se pregunta que quiero hacer y yo me doy cuenta de las pocas informaciones que conozco del pueblo natal de mi padre. Hace unos 35 años que estuve por aquí pero sólo unos minutos, como con miedo de conocer mis raíces. Me pregunto como llegaron hasta aquí mis abuelos, aunque existe un tren que comunica con Beziers y desde allí a Barcelona, pero ellos vivían en una pedanía de Sigüenza.

Bedarieux es un pueblo de 6000 habitantes pero tiene una oficina de la recaudación (Hacienda, Tesoro,…) en un edificio monumental. Es un pueblo extenso, con tres corrientes que se cruzan en la misma población. Están celebrando la fiesta de la viña junto al río. Los accesos están protegidos con coches o camiones cruzados. Supongo que la normativa después de los atentados lo exige.

A pesar de ser sábado a las 20 horas, hay bastante movimiento por el centro de la población. Aprecio bastantes personas inmigrantes, ahora son del norte de Africa, como la marroquina que nos atiende en el restaurante. Consulto en Internet y compruebo que hay hermanamiento con la ciudad de Estepa. Así se explica el nombre del negocio: “La sevillene”. Igualmente que el alcalde actual es Antoine Martínez, del partido socialista. ¿Será casualidad las simpatías políticas de mi padre?
 El ambiente no obstante estar en el centro, y el cartel luminoso de la calle principal, es decadente con edificios ciudadanos de dos plantas abandonados con las contraventanas cerradas y la madera ajada. Todavía sigo sin entender cómo llegaron aquí mis abuelos y dónde nació mi padre. Mañana, domingo, voy a ir a misa a preguntar al párroco por si hay algún modo de encontrar la partida de nacimiento; si bien, los papeles que disponemos de mi padre dicen que la iglesia donde fue bautizado, la bombardearon en la I primera Guerra Mundial. Mi padre nació en 1918, ahora hace 100 años.

viernes, 20 de julio de 2018

La etapa de Valence. Donde emigraron mis tios.

20  de julio, la etapa de Valence.

Yo tengo una prima que emigró con sus padres a Clerieux en la región del Isère. Vaya rio! Afluente del Ródano. Ayer por  la noche, después del atasco propio de salida de la caravana y de los aficionados desde el Alpe d’Huez, un poco tarde llegamos al camping Lac de Marandan.

Esta mañana fui a ver por donde exactamente pasaría la carrera. Desde ayer a la tarde, los aficionados en caravana o en coche estaban dispuestos a lo largo de toda la carretera por la que circularían los corredores. Camino desde el camping de forma fácil, directa  y corta; el ideal para ir a ver la carrera. Luego, siguiendo el recorrido que ya estaba cerrado a la circulación, aunque accesible con la bici, llegué a Saint Romans donde una curva y el paso estrecho por el pueblo hacían atractiva la carrera. Cogí el pan y los croissants y volví con mis novedades al camping.

Mi extra cansado, adolescente y durmiente hijo empezaba a tomar vida. Un brunch, y rápidamente a ver la caravana publicitaria. En medio de la carretera y sin la masificación de las llegadas, hemos coleccionado un sinfín de productos lanzados desde los coches a buena velocidad. Y digo lanzados con la conciencia de que un tetra brick de zumo ha impactado contra mi pierna. Pero vamos felices, porque tenemos cuatro bolsas de compra del gran almacén patrocinador, varios llaveros, imanes de frigorífico, gorras de varios patrocinadores, incluso dos trozitos de salchichón.

El lugar donde habíamos realizado nuestra “cosecha” de gadget era una larga recta y no parecía muy conveniente para ver pasar a los corredores a toda velocidad. Así pues, nos dirigimos por una ruta alternativa a Saint Romans. Allí, algunos datos que al principio me parecieron exagerados eran la antesala de la sorpresa en este seguimiento de El Tour. La carretera estaba cerrada no con unas vallas sino con un camión de la limpieza cruzado y con una furgoneta que apenas nos dejaban pasar con las bicicletas.  Nos reciben dos gendarmes con el fusil. Hasta el momento los gendarmes solo los había visto con su pistola reglamentaria.


Los depósitos de la basura diferenciada estaban cerrados temporalmente por razones de seguridad. Y, de repente, comienzan a aparecer coches negros, oficiales, y personas con trajes del mismo color. El calor era como de 30 grados, así que solución: Se trata de la presencia de un político. Luego, he sabido que era el primer ministro: Edouard Philippe.

Luego han llegado los corredores y en pocos minutos el coche escoba ha aparecido. He comprobado que en carrera, los corredores suelen ir juntos los del mismo equipo,

Para finalizar, nosotros con nuestras bicicletas hemos seguido por el recorrido hecho por los corredores. Calor propio de la Drône. Y por hoy la etapa ha terminado aunque nosotros hemos decido ir a hacer unas compras en bicicleta y en el viaje de retorno hemos recogido algunas gotas de un temporal que, en este momento, descarga una armoniosa lluvia sobre el techo de nuestra caravana.
Hasta mañana.

jueves, 19 de julio de 2018

La etapa reina

19 de julio, etapa reina del Alpe d’Huez.

Para pasar de La Rosière al Alpe d’Huez otro desplazamiento “impegnativo”, como dirían los italianos. Nosotros no tenemos el apoyo de la Gendarmerie, incluso las carreteras están cortadas hasta las 10 de la noche. Por eso, el mejor itinerario para pasar de un lado a otro, significó volver a Italia y pasar por el túnel del Mont Blanc. El cansancio de todo el día, la docena de tornantes (curvas en U) bajando con “el seis metros” y la señalización “stradale” italiana nos retraso unos buenos 30 minutos.

El paso del túnel del Mont Blanc es caro pero muy práctico y cómodo de llevar, al menos cuando no hay circulación. La salida debe ser muy bella si llegas con luz diurna pero no era nuestro caso, así que, aunque pasaban las 10:30 de la noche, decidimos avanzar en busca de un área de servicio donde descansar un poquito. Me tomé un café y Ales que estaba agotado se quedo dormido por lo que la parada se alargó hasta las 4 de la mañana. Teníamos que llegar antes de que a las 10 h cerraran la carretera que permitía acceder a Oz de Oisans y desde allí en teleférico hasta el final de etapa.

En Alpe d’Huez nos encontramos un mayor número de aficionados que en la Rosière de todas las nacionalidades, los más ruidosos: luxemburgueses y colombianos. Los franceses no terminan de encontrar un corredor que les haga enloquecer. También son visibles los holandeses, británicos, italianos… Los españoles, supongo, aparecerán cuando lleguemos a los Pirineos.

Si no fuera por la fotografía que tienes ante tus ojos y el espectáculo del propio público, la espera sería interminable. Hoy, decidimos quedarnos junto al km 2 para meta, pero esta vez no había sombra aunque llevábamos nuestro paraguas para protegernos del sol.

Durante la espera llegan a meta unos miles de ciclistas aficionados. Alguien debería contarlos. Sus bicicletas son casi tan buenas como la de los corredores. Todos son animados por el público o con comentarios irónicos que no consigo entender pero no deben ser ofensivos porque los ciclistas sonríen o siguen dando sus agónicas pedaleadas.

Dos horas antes que los corredores, llega la caravana publicitaria que va lanzando todo tipo de objetos: gorras, camisetas, galletas, gominolas, agua, vasitos de plástico, etc. Me recuerda la cabalgata de Reyes en la que los niños, ahora los adultos, se tiran a capturar un objeto de poco valor.

Los vehículos en los que se desplaza la caravana parecen sacados de una película de ficción,
unos son diseños exclusivos, otros parten de modelos conocidos como el escarabajo de Wolkswagen, la mayoría descapotables. Llevan a sus animadores y animadoras que van hablando y lanzando lo que corresponda a la gente.

Los problemas de contaminación no son las cantimploras que tiran los ciclistas, ni estos objetos que se lanzan; sino la cantidad de vehículos que recorren kilómetros y kilómetros gastando combustibles sólidos. Supongo que Tesla (ayer vi varios) y los constructores de bicicletas eléctricas deberían ir pensando en la sostenibilidad de esta caravana publicitaria. Igualmente, de los vehículos: coches, motos, furgonetas, camiones y autobuses de los equipos ciclistas.

El primer corredor aparece por la curva acompañado de incontables motos y coches. Yo apenas consigo distinguirlo. Luego vienen otros y otros. Los 21 tornantes del Alpe d’Huez han elaborado un “rosario de corredores” aunque hasta el pie de la montaña han ido casi compactos en un solo grupo.

Quiero hacer un comentario útil para años venideros: “Las nuevas tecnologías han silenciado las carreras ciclistas”. Ya no pasa una moto indicando la situación de carrera, se espera que el espectador a pie de carretera la estará siguiendo por Televisión o por Internet. Ya no se oye “Froome va destacado de 30 segundos, seguidos por el grupo del maillot amarillo en el que no se encuentra el maillot verde”. Es cierto que en los últimos metros, la televisión francesa coloca un super-hiper-tetra maxi pantalla del tamaño de un camión pero los espectadores están a lo largo de todo el recorrido especialmente en los dos o tres últimos kilómetros de la etapa.

Y por hoy, ¡basta!, nuestra etapa como la de los corredores es de transición y tratamos de descansar antes de los Pirineos, donde intentaremos llegar con tiempo para pode aparcar nuestro autocaravan en un sitio estratégico.




miércoles, 18 de julio de 2018

La etapa de La Rosière

El camper (autocaravana) estaba aparcado a unos 2000 mts. Y la meta a unos 1600 mts.en la estación de sky. Bajar fue fácil pero la vuelta fue un autentico infierno. Ni mis piernas ni mi bici están habituadas a subir estos desniveles.

No obstante la espera de la llegada de los ciclistas fue agradable. En primer lugar, toma de posiciones
sobre el puesto más adecuado para ver los ciclistas llegar y luego estar próximos a ellos. Lo conseguimos a 1,5 km de la meta. Nosotros llegamos a las 10:00 de la mañana y los ciclistas a las 6:00 de la tarde.
Dejamos a las bicis guardándonos el sitio por dos razones:  a) entre público y prohibiciones era muy difícil deambular por ese kilómetro y medio, no digamos con bici.

La meta en un lugar reducido y con pocas posibilidades es un autentico ejercicio de habilidad de conductores y organizadores. Por otra parte, los autobuses y los camiones cada vez son más grandes, además del sinfín de coches y camionetas que acompañan a los ciclistas.


La decisión de comida fue muy, muy acertada: jamón de Savoia a un precio de supermercado italiano y queso de vaca igualmente a precio conveniente, a lo que un paseo a la boulangerie, convirtió el panino de 7 euros del vendedor ambulante en 200 gramos de jamón y 225 gramos de queso y una flûte por un valor de 11 euros. Por otra parte, la calidad del jamón fue verificada por un experto como Alessandro.

Junto a nuestra bicis un árbol nos garantizó sombra por un buen rato aunque hubo que acudir al sol para recoger gorras, una camiseta "à pois", caramelos, incluso una dosis para el lavado de la ropa que ofrecía la caravana publicitaria acompañada de coches con las más estrambóticas formas.

La espera de los ciclistas también fue animada con la presencia de una liebre que corrió despavorida “monte arriba” sin darnos tiempo a captar ni una instantánea que avalase este comentario. Igualmente, un sorprendente y pequeño tornado envió una bolsa y el gorro a una altura superior a la de los helicópteros.

Luego llegaron los ciclistas, nosotros vimos que primero era el español Mikel Nieve pero que desafortunadamente fue superado en los últimos metros por los tiburones del Sky.

De la vuelta, mejor no hago comentarios porque me superaron los caracoles.


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martes, 17 de julio de 2018

Nuestra Primera etapa del Tour

MI tour 2018
17 de julio, nuestra etapa Legnano- Puerto del Pequeño San Bernardo.
Conduzco un autocaravan de 6 metros de largo y consigo sin grandes problemas gestionar una docena de tornantes a derecha y a izquierda.
Vistas excepcionales.
Aparcamos en el Col del Picolo San Bernardo. Nieve alrededor, alrededor

Operación Sentinellla. Vigipirate. Pienso que es busca de inmigrantes, aunque como dice la web es contra el terrorismo.
El tour acaba en La Rosière, la carretera está cerrada desde las 19 horas.
Aparcamos junto al Hospicio que construyo en el siglo IX el propio San Bernardo. Custodiado por un perro… San Bernardo.
Noche primera en el camper, en el saco de dormir. Dentro 14 grados por la mañana y 7 en el exterior o menos porque es el termometro del caravan.





lunes, 16 de julio de 2018

Mi tour 2018

He decidido seguir algunas etapas del Tour de France y hacerlo en auto-caravana. Dos primeras experiencias para hacerlo más difícil. Además acompañado de mi hijo adolescente de 16 años lo que lo hace más agradable en la mejora del auto-concepto personal. Sobre todo, si cuando empiezas a subir una cuesta, te empeñas en pensar que la inversión de los digitos 61 a 16 no es importante.

Bueno, que ya os iré contando, aunque en realidad esta introducción la escribo después de haber hecho las dos primeras jornadas.


Escribo desde una gasolinera en la que he parado a descansar un poco. Para seguir a los ciclistas he tenido que pasar por el túnel del Mont Blanc.