jueves, 10 de enero de 2008

Los fiascos de las reformas educativas

Hoy he tenido una confirmación a mis sospechas de que la reforma de los estudios universitarios se quedará "en agua de borrajas".

Al principio se habló de un cambio de paradigma: de la enseñanza al aprendizaje. Ya no iba a predominar el modelo basado en el blabla del profesor sino que el estudiante construiría su conocimiento a través de diversas actividades de aprendizaje propuestas y diseñadas por su profesor: debates, seminarios, simulaciones, visitas, tutoría, profesores visitantes, trabajo en grupo, estudio de casos, trabajo por proyectos, etc.

Pero hoy leo en la Orden que establece requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de las profesores de Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato: "Con carácter general, han de ser presenciales, al menos en el 80% de los créditos totales del Máster, incluido necesariamente el Practicum."

Yo sé que las actividades que he señalado más arriba se pueden hacer presencialmente con el profesor presente ayudando a los alumnos pero...¿No estaremos dando oportunidad a aquellos profesores que no están por el cambio (y cambiar nunca es fácil) a qué sigan haciendo más clases - mal dichas - magistrales y no ese otro tipo de actividades pertenecientes al paradigma del aprendizaje?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las leyes más contumaces y recurrentes por las que se ha movido el conjunto de la humanidad a lo largo de su historia es "la ley del mínimo esfuerzo y el máximo rendimiento". A veces incluso sólo la del mínimo esfuerzo, sin atender al resultado. Y a mí me parece que este asunto tan espinoso y delicado de hacer prevalecer el aprendizaje sobre la enseñanza es de una dificultad tal que, una de dos, o se revuelve Roma con Santiago involucrando a todas las partes implicadas y se depuran responsabilidades, obligaciones y métodos (que además no da tiempo en una legislatura), o se aplica la antedicha ley. Y me temo que aquí se ha aplicado a rajatabla.
¿Recordáis el celebérrimo final de la peli "Gone with the wind"? Dice Scarlett O'Hara al respecto de -nada menos- que su futuro, recién plantada por su esposo y única tabla de salvación.... "ya lo pensaré mañana, mañana será otro día"... Para mí que la O'Hara tenía genes hispánicos, probablemente de los tiempos de la colonización amerindia.
Saludos
Alumnator

Enrique García dijo...

Muy, muy buena tu referencia a la O'Hara. Gracias por tus aportaciones.
Por cierto, el examen del dái 25 no es tan creativo.
Excelente el comentario: primero reflexión filosófico - vivencial, propuesta y referencia con cierto humor.
Lo mejor de este blog: los comentarios.

Anónimo dijo...

Había una vez un país, cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, en el que se estableció, por las altas instancias, que la formación inicial habría de impartirse por especialistas. Durante muchos años ese país había sufrido cambios sociales y educativos de gran magnitud. A los maestros, esos educadores bastante oxidados y representantes de una sociedad un poco "antigua", se les permitió ser especialistas a través de cursos trimestrales. Y se establecieron las especialidades. El ministro de tecnología, deporte, floklore, ciencia, cultura y educación recibió a un consejo de expertos en varias áreas, entre ellas estadística, diseño y vanguardia. Se analizó la altura del paro en un sector de población: universitarios de muchas materias que habían invertido tiempo y dinero no tenían acceso a puestos de trabajo relacionados con sus estudios. Como los maestros especialistas tampoco significaban mucho de cara a pasearse por los países vecinos, se estudió una reforma educativa en la que tuvieran cabida los químicos que querían trabajar en empresas químicas y no podían acceder, aquellos otros de humanidades que no tendrían cabida en la universidad o en centros de estudios, los matemáticos sin trabajo, los lingüistas,... Se diseñó una reforma cuya mayor importancia radicaba en la educación obligatoria hasta los 16 años. A los maestros especialistas se les permitió impartir clases en institutos en el primer ciclo. Los verdaderos especialistas ayudarían a los jóvenes de 12 a 16 años a entrar en la edad moderna. El problema era que éstos (los especialistas) no habían estudiado para enseñar (lo que requiere un aprendizaje mínimo de tres años). Luego vinieron a ese país otros ministros y ministras modificando los principios de la reforma pero no sus bases. Y los que estudian para trabajar de químicos, informáticos, lingüistas, matemáticos, investigadores,... acceden a la docencia y bajan el nivel de paro universitario. Ya hay un sindicato de profesores de secundaria, hoy en día ninguno de maestros. Creo que en ese país, cuyo nombre no recuerdo, deberían de sentar las bases para que los que se dediquen a la docencia sean docentes y que estos docentes sean incentivados social, cultural y, por supuesto, económicamente, y puede que, cuando lleguen informes del tipo PISA en ese país, aumente la autoestima del educador, su importancia social y, sobre todo, la dicha y la alegría por tener acceso al conocimiento de todos los jóvenes y jóvenas.

Enrique García dijo...

Excelente historía José Luis. No sé cómo ponerlo para tenerlo a mano el primer día de clase del CAP o su sustituto.
Estoy pensando en ponerlo en una pregunta abierta de examen. De este modo, verán que lo que importa no es leer los apuntes sino leer en los blogs el conocimiento que construyen las personas.

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo Enrrique. uno de los principales agentes entorpecedores a la innovación es el rechazo por parte de los docentes a cualquier tipo de cambio pues le supone una ruptura con su rutina.Algo que lleva haciendo desde mucho tiempo.
Por tanto mientras no se cambie ese pensamiento la enseñanza seguirá en esta linea y sin ningun cambio.
saludos..