Hubo un tiempo en que la llegada del otoño significaba la vuelta al colegio, las lluvias y los vientos, incluso nieblas y también algunos conflictos sindicales reivindicativos de mejoras laborales.
En la actualidad, los conflictos se han convertido en guerras abiertas que se acercan a Europa y una posible extensión de la violencia a toda la tierra enfrentándonos con la excusa de la religión pero con claros aunque ocultos intereses económicos. El odio hacia el "otro", hacia el diferente (casi siempre coincidente con el que es pobre) se extiende por doquier.
Además la pertinaz sequía está originada no por la aviesa confabulación judeomasónica del franquismo sino por un cambio climático imparable que marcha a pasos de gigantes.
Como cual jinetes de la apocalipsis:
- guerra
- hambre
- peste (no olvidemos el COVID)
- muerte
También los elementos, de los que hablaron los pensadores pre-socráticos también se han rebelado contra nuestra especie, como venganza a nuestro maltrato a la naturaleza.
- agua, con inundaciones incontrolables
- fuego, con cañones y misiles que siembran la destrucción, con incendios provocados en nuestras masas arbóreas.
- tierra, con terremotos o deslizamientos de montañas.
- aire, vientos huracanados
Parece como si el valor predominante fuera la venganza y no la comprensión internacional.
Ante los atentados terroristas respondemos con acciones de venganza en el que pagan justos por pecadores. (todo muy biblico)
La naturaleza también se venga nuestras acciones de contaminación, de destrucción, de esquilmación del planeta.
He dejado el título que puse al inicio de esta idea pero también pude haber titulado:
Venganza o el pre-apocalipsis.
Aunque quizás el título más castizo podría ser "El mundo se va a tomar por culo"