El buen profesor es, a mi juicio, aquel que es capaz de transmitir a sus alumnos el interés por aprender y por responsabilizarse de sus acciones, orientando hacia una actitud más humana, solidaria y reflexiva desde la ilusión y el respeto, siendo capaz de trabajar con sus compañeros así como de promover que sus alumnos hagan lo propio e inquieto por ampliar su formación.
A mi parecer el buen profesor debe ser alguien principalmente que le guste su profesión, que ponga entusiasmo en el día a día y crezca a la vez que lo hacen sus alumnos.
El buen profesor se preocupa por el buen desarrollo de sus alumnos, se implica en su aprendizaje y también se preocupa por ellos fuera de ese aprendizaje, es decir, sabe que hay factores fuera de la escuela que afectan.
Para mí un buen profesor es aquel escucha a sus alumnos, tiene en cuenta su nivel, sus sentimientos, sus emociones, es cercano, motiva a sus alumnos, tiene en cuenta los progresos y no los resultados, descubre los intereses y necesidades de los mismos y tiene vocación.
En definitiva, para mí un buen profesor, es aquel que hace crecer a sus alumnos tanto intelectualmente como personalmente. Y yo, después de leer este artículo me pregunto ¿Y qué es para mí un buen profesor? Sin lugar a duda todos hemos tenido predilecciones por uno u otro profesor en nuestra larga carrera académica, entonces nos paramos a pensar, ¿Porqué éste me cae bien y éste mal? Desde siempre, el buen profesor siempre ha sido aquél que iba de enrollado, simpático, que nos dejaba hacer siempre lo que queríamos...sin embargo nunca era el que más nos enseñaba. En cambio, aquel que nos caía mal, que nos apuraba e insistía en el estudio diario, es aquel del que hoy nos acordamos ya que lo poco que sabemos es por él. Por ello diré que mi idea de buen profesor viene dado por el mañana y no por el hoy. El profesor a parte de instruir, educa, forma personas válidas para el mañana, de una sociedad cambiante, en la cual debemos estar listos siempre para el mañana. Por todo esto, la función del profesorado no es seguir una cadena productora de artículos con una misma etiqueta, sino que su objetivo será desarrollar cada uno de sus productos como si fuera único, esa es mi idea de buen profesor.
Éste debe ser un buen comunicador, debe saber transmitir, y no solo con palabras, sino también con sus gestos. Es ante todo un modelo para los alumnos y debe tenerlo en cuenta.
Debe saber llevar la clase y hacerla dinámica y atractiva para motivar a los alumnos, para que a ellos también les guste aprender.
En conclusión, el buen profesor debe ser alguien cercano a sus alumnos, que conozca los factores que le afectan, los gustos, y también alguien que con su dedicación, haga que los alumnos muestren más interés por el aprender para así desarrollarse totalmente.
En mi opinión, un buen profesor es aquella persona que disfruta compartiendo sus saberes con sus alumnos, quien tiene en cuenta las opiniones y los conocimientos que sus alumnos tienen, es decir, que además de enseñar, aprende de ellos.
A mi forma de ver, un buen profesor, puede describirse en dos ámbitos: el personal y el académico. Estos dos ámbitos no van separados uno del otro, sino que juegan en el mismo equipo.
En primer lugar, tenemos el ámbito personal, que con ello me refiero a estar interesado en sus preocupaciones, necesidades e intereses…y a partir de allí enseñar el conocimiento académico al alumno. Este conocimiento académico, no se basa en expresar ideas que se tiene sobre un tema, sino enseñarlas de tal manera que se busque el gusto por aprenderlas. Además, si se tiene en cuenta los conocimientos previos que el alumno tiene, este, se va a sentir parte activa del su proceso de aprendizaje.
A mi forma de ver, un buen profesor, puede describirse en dos ámbitos: el personal y el académico. Estos dos ámbitos no van separados uno del otro, sino que juegan en el mismo equipo.
En primer lugar, tenemos el ámbito personal, que con ello me refiero a estar interesado en sus preocupaciones, necesidades e intereses…y a partir de allí enseñar el conocimiento académico al alumno. Este conocimiento académico, no se basa en expresar ideas que se tiene sobre un tema, sino enseñarlas de tal manera que se busque el gusto por aprenderlas. Además, si se tiene en cuenta los conocimientos previos que el alumno tiene, este, se va a sentir parte activa del su proceso de aprendizaje.