La diversidad es enriquecedora. Universidades como la de Harvard o el MIT
buscan la heterogeneidad racial porque saben que de la diversidad se obtienen
mejores resultados, frente a ello en nuestro país optamos por las medidas
segregadoras como son los programas especiales o los grupos especiales.
“Una clase racialmente diversa mejora el proceso educativo exponiendo a los
estudiantes, tanto en la clase como en las interacciones informales a una gran
variedad de experiencias y de puntos de vista (…)Nuestras instituciones tienen
un papel distintivo en la formación de la próxima generación de líderes, y con
la composición de clases con gran diversidad ayudamos a asegurar que nuestros
estudiantes están bien preparados para una sociedad cada vez más multicultural;
y también, que nuestras políticas de admisión responden a las necesidades de la
sociedad asegurando que la próxima generación de líderes han surgido de un
grupo diverso y competente.” (p.232)
Ni igualdad homogeneizadora ni diversidad desigual