Llevo mucho tiempo intentando hacer una reflexión sobre la circulación vial, especialmente en lo relativo a la circulación en bicicleta, dada la cantidad de comentarios y normativas que generan la mayor presencia de este tipo de vehículos en nuestras calles y aceras.
Yo soy ciclista y utilizo el servicio bizi de mi ciudad.
Yo soy conductor de vehículos a motor desde los 18 años de edad.
Yo soy peatón que me gusta pasear y que prefiero desplazarme caminando por la ciudad.
Cuando soy peatón voy un tanto despreocupado, pensando en mil ideas, incluidas
las que pondré en este blog.
Cuando soy piloto de una bici (aunque vaya despacio) o de un coche (aunque vaya despacio) pienso en la circulación en el comportamiento de aquel peatón que parece que va a ponerse a cruzar fuera del paso del peatones o de aquel ciclista que parece que no domina muy bien el equilibrio, o en aquel niño que desea zafarse de la mano de su padre o de aquella niña que intenta pasear a su perro mientras este intenta ir a atrapar a una paloma.
Mi máxima en cualquier momento es
RESPETO, aunque a veces me fastidia que la Concejal de Movilidad o quien corresponda, dé prioridad a los tiempos de los coches en lugar de a los peatones, o que para atravesar una glorieta los vehículos a motor lo tengan fácil y en línea recta, en cambio, si soy peatón o ciclista debo esperar en tres semáforos y dar una vuelta al ruedo.
Si nos respetásemos, no necesitaríamos de normativas que prohíben o establecer cuáles son vías civilizadas y si hay un metro y medio o ciento cuarenta y tres centímetros.
Si soy un excelente ciclista para hacerme un recorrido en el tiempo record de 10 minutos, también debería ser excelente mi dominio para controlar la bicicleta a "paso d'uomo".
Si soy muy rápido en carretera sinuosa, también lo debería ser para esperar detrás de un ciclista que no puedo superar sin darle un susto o ver el número que aparece en los piñones de la bicicleta.
Desafortunadamente, contemplo muchos ciclistas y muchos automovilistas que no respetan al otro, sea peatón, ciclista o colega automovilista. Ciclistas que invaden las aceras cuando existe un carril bici, ciclistas que van a una velocidad inadecuada (van como locos) en función de la vía, sea carril bici o acera de más de 2 metros,
En fin, que la
circulación vial es como la vida misma, los valores de la circulación vial son los mismos que debemos utilizar en nuestra vida diaria.