miércoles, 26 de diciembre de 2018

Mañana navideña



Día 25 de diciembre a las 12:09 , en Zaragoza
Estoy leyendo el libro de Marta García Aller: El fin del mundo tal y como lo conocemos. Muy recomendable para quienes como yo nacieron antes de la muerte del dictador, por poner una fecha que conviene recordar. El libro avanza el final de ciertas cosas como el dinero, el trabajo, los coches con volante, etc.
Pero en realidad no quiero hablar del libro, aunque quizás ha sido un elemento catalizador de mi reflexión.
De lo que quiero comentar y apuntar pensamientos es de de mi paseo matinal por las calles zaragozanas. Era una actividad que no realizaba desde hace dieciocho años, por lo que la tarea comparativa se ha visto facilitada.
  1. Esperaba encontrarme las tiendas cerradas, incluidas las panaderías (ayer compre pan doble), pero descubro como las cadenas que venden pan, encurtidos, pasteles, periódicos y chucherías, además de otros servicios como recarga de la tarjeta del bus se encuentran abiertas y con filas de personas comprando .
  2. No recuerdo bien. Pero no había tantos mendicantes a las puertas de estos comercios reclamando la caridad de los consumidores.
  3. Recordaba que los niños que iban por la calle acompañados de sus padres iban cargados con voluminosos juguetes que la noche anterior habían recibido del importado Papa Nöel. Hoy los niños que he visto llevaban paquetes pero no eran voluminosos: primera hipótesis, los voluminosos están en casa; segunda hipótesis, tendré que mirar los catálogos para ver el tamaño de los juguetes de moda; tercera hipótesis: ahora los regalos son virtuales, software para las maquinas que ya tenemos o una app para el móvil que se compra con la tarjeta virtual.

Menos mal que han llegado las nieblas y hace frío como lo hacía entonces, de otro modo ha
bría pensado que no era Navidad.