viernes, 24 de junio de 2022

Lecturas veraniegas

 Recupero un folleto de Librería Cálamo en el que recomienda los libros del verano clasificándolos en unas categorías que resultan curiosas, divertidas, entretenidas, fabulosas, generadoras, etc.


  • De lo mejorcito en lo que va de año
  • Clásicos que resisten la canícula, el bañador de topos y el moreno camionero.
  • Para olvidarse de todo menos de uno mismo.
  • Para polemizar hasta con el presidente de la comunidad de vecinos. ¡Qué placer!
  • Para regalar a tu pareja formal o informal, que el verano es un cruel tiempo de ternura
  • Para los que se atreven a viajar o al menos a soñar con ello.
  • Para leer en una playa nudista y destacar por intelectual.
  • Para entretenerse sin más, un derecho al que no debemos renunciar.

En Cálamo infantil:

  • Aguantan hasta los churretes  de helado de tres gustos.


miércoles, 22 de junio de 2022

Recuerdos de las primeras elecciones legislativas

 El domingo pasado hubieron elecciones en Andalucía y eso me ha hecho recordar mi experiencia en las primeras elecciones legislativas en España en 1979 una vez aprobada la Constitución de 1977. En las que participé como elector porque ya tenía la mayoría de edad.


Hay dos hechos que, después de tanto tiempo, vienen a mi recuerdo:

- Estuve trabajando metiendo en sobres la publicidad de la UCD (Unión de Centro Democrático), lo que nos sirvió a los pobres estudiantes para obtener un sueldo.

- La velada esperando los resultados, velada completa hasta las cinco o las seis de la mañana siguiente. En la actualidad, se conocen los resultados casi al cerrar las sedes electorales.

Eran tiempos de ilusión, de esperanza, de que todo podía ir a mejor; quizás porque se partía de una situación peor. Pero, en la actualidad, las previsiones de las encuestas suelen ser bastante precisas y casi siempre son conservadoras. El público tiene miedo al cambio. El cambio produce ansiedad. Por eso, se dice: "Más vale malo conocido que bueno por conocer".


lunes, 20 de junio de 2022

Cocina y programas de televisión

 Los programas relacionadas con la cocina abundan en todas las cadenas televisivas. Tienen diferentes formatos: concursos de famosos y menos famosos (MasterChef), didácticos con expertos chefs (Arguiñano, Menudos Torres) o dirigidos al mundo de la hostelería (Pesadilla en la cocina).

Habitualmente rechazo su visión porque considero que no tienen en consideración la realidad actual: en la que deberíamos ser sostenibles en nuestros consumos alimenticios y tener en cuenta los niveles de pobreza que se producen en nuestro país.

No son sostenibles porque se desechan alimentos aunque digan que lo elaborado se da a entidades benéficas ya que para su elaboración emplean cantidades sin economía y puede verse como se malgastan para poder ganar.

También encuentro que se abusa del uso del horno en los programas de los chefs cuando el precio de la luz y la energía está por las nubes e ignora a esas familias que tienen grandes dificultades para llegar a final de mes.

Tampoco me gusta las relaciones interpersonales que se presentan donde existe una relación desigual entre el jurado y el concursante, el experto y el resto. 

En el caso de los concursos, se denigra a los concursantes de tal modo que algunas personas se han visto en graves problemas psicológicos. Hay un caso reciente del que no se puede decir que el concurso fuera el catalizador pero como ocurre en los accidentes aéreos siempre hay concausas.

Y para finalizar: desigualdad por razón de género. Queda lejos la aparición de Elena Santonja en el primer programa de cocina televisivo. En la actualidad, predominan los varones, los chefs. Nuestras madres y abuelas fueron nuestras nutrientes pero si se trata del top de la cocina entonces son los grandes jefes varones y blancos los que se llevan el honor y la pantalla.