Hoy muchas personas conocen Reus porque tiene aeropuerto y porque de allí es un showman televisivo como Andreu Buenafuente. Personalmente, Reus era el punto de partida del tren que me conducía a Salou: mi bautizo con el mar.
En los finales de los 60, en compañía de mis emprendedoras hermanas aprovechábamos nuestro kilométrico de 5000 kms gratuitos (pago en especia de mi padre ferroviario) nos acercábamos a la estación de ferrocarril la noche del sábado al domingo (aproximadamente a la 1 a.m.) para subirnos al tren expreso camino de la playa. Los trenes expresos eran tirados por una gran locomotora de vapor pero que necesitaba unas cinco horas para llegar a nuestro destino: Reus.
Allí, con ojos somnolientos de mal haber dormido, pasábamos de la estación de los trenes grandes a la del Carrillet. Debíamos esperar a que saliera el primer tren porque era domingo. Llegábamos a Salou en torno a las nueve de la mañana y acudíamos para pasar nuestro día de Playa. Por la tarde, casi después de comer, debíamos realizar el camino inverso para coger el expreso de vuelta a Zaragoza a donde llegábamos después de la cena. Sólo quedaba ir a la cama para prepararse para el lunes de secano.
Camino de Barcelona pase innumerables veces camino de Barcelona, hasta que Renfe o la Generalitat prefirió llevar los trenes por Lérida a Tarragona sin pasar por Reus.
Pero el año pasado tuve la oportunidad de visitar Reus para hacer un free-tour y descubrí una ciudad populosa, cosmopolita, que conserva el señorío que tuvo en los siglos pasados, especialmente en el XIX, cuando se convirtió en el lugar donde se fijaba el precio del alcohol.Está plagada de edificaciones modernistas entre las que destacaremos la Casa Navàs porque puede visitar su interior.
Su comercio, su hostelería resulta muy agradable en calles peatonalizadas y en plazas invadidas por terrazas donde degustar el Vermú, bebida emblemática de esta localidad.
"dos productores se disputarán el honor de crear el primer vermut netamente español: Yzaguirre en 1884 en Reus, aunque se cuenta que ya en 1870 Melquiades Sáez producía vermut en Huelva".
Desde aquella visita después de la pandemia, he repetido la visita porque resulta muy agradable pasear por esta ciudad de 100.000 habitantes.