jueves, 15 de noviembre de 2012

Huelga y Manifestación

Resulta un poco difícil no hablar del día 14-N sobre todo cuando las manifestaciones han sido muy mayoritarias.
 Cuando se convoca una huelga general, cada ciudadano se enfrenta a decisiones político-ciudadanas vitales: ¿hago huelga o no hago huelga?

Y debe hacer valoraciones más complejas que cuando tiene que ir a votar (otra decisión política) porque no ir a trabajar significa no percibir unos emolumentos que son muy necesarios, sin contar con los miedos fundados o simplemente imaginados de que pueda perder su puesto de trabajo.
Además están otros que se encuentran en situaciones donde la decisión no es factible (parados) o bien son servicios mínimos (suelen caer en aquellas personas más favorables a la huelga) o bien se trata de pequeños empresarios que son trabajadores y patronal al mismo tiempo, o bien son estudiantes y no tienen derecho a la huelga aunque también puede existir el temor a un examen sorpresa.

La huelga ha tenido una aceptación desigual: 10% según el Gobierno, 75% según el sindicato. Siempre se puede sacar la media.
Pero el dato de consumo eléctrico ha sido mayor que en la anterior huelga del día 29 de Marzo.

Lo que me parece que han sido muy numerosas, son las manifestaciones. En Zaragoza, muchísima gente y sobre todo intergeneracional: desde los niños de primaria que reivindican la escuela pública hasta las parejas de toda condición a tenor de las vestimentas. Por supuesto, que muchos jóvenes porque a ellos les han robado el futuro y mucha clase media.

Los políticos dirán que lo que importa son los votos de las urnas pero si tan seguros están porque no se atreven a hacer una ratificación de las elecciones. Con respecto al coste de las consultas electorales, invito a que algún economista diga cuando cuesta una consulta por Internet, lo que obligaría que para votar nos hiciéramos el carné electrónico.

Esta ha sido mi reflexión en un día en el que he sido servicio mínimo. Ya voy por mi tercera huelga general y una huelga de educación en mi período como Decano.


martes, 13 de noviembre de 2012

Educación ¿derecho o servicio?

Llevo una semana mala, así que hoy sólo pondré una pregunta de exámen:

¿La educación es un derecho o un servicio?

Para que averigueís de que va la pregunta, os adjunto la respuesta de Wert .

"La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global."

(Primer párrafo del Anteproyeto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa)

lunes, 12 de noviembre de 2012

No sólo asistencial

Esta es la descripción que una estudiante de Psicopedagogía hace de su experiencia como auxiliar de educación especial.

SABERES TEÓRICOS

A lo largo de mis años de formación he aprendido qué es el Currículum, que existe uno “oculto”, el Diseño, cómo realizar una Programación, a ¡ EVALUAR!!!, qué es la INTERDISCIPLINARIEDAD, la importancia de la Didáctica. . . pero también he aprendido lo fácil que  es que nos  perdamos en este “jardín” y nos olvidemos de lo más importante  y núcleo esencial de la Educación; ¡LOS NIÑOS!
Hay una viñeta de Tonucci “ con ojos de niño” que representa con bastante claridad esta idea: aparece un niño en el suelo boca arriba con cara de angustia y sobre él un profesor con un montón de libros-materias entre las manos. ¡Qué horror!
Pienso que ésto ya está cambiando y hace unos años se está viendo la importancia de conceptos, ideas como la Inteligencia Emocional, hay un artículo (entre muchísimos otros) de Daisy Grewal y Peter Salovey “Inteligencia Emocional”,que da una pincelada de cómo la atención a nuestras emociones ayuda a desenvolvernos en la vida diaria.
También se está viendo y se está estudiando la Motivación y su relación con el rendimiento académico, el cómo despertar el interés, la importancia de crear expectativas favorables en los alumnos; “ el efecto Pigmalión”: “si pienso que alguien no va a aprender, no aprende, y si pienso  que alguien va a aprender, logrará aprender”. 
El desarrollar emociones como el optimismo, la felicidad, la curiosidad . . .
Lo que he aprendido es que lo verdaderamente importante es “ayudar”a los pequeños, y a los que no lo son tanto, a ser personas felices, que se conozcan y respeten a sí mismos y que aprendan a disfrutar del proceso de aprender, de investigar. . .  y así, el que aprendan conocimientos será algo fácil, inherente al proceso de enseñanza-aprendizaje.

SABERES PRÁCTICOS
Mi experiencia profesional comenzó en un colegio de educación especial, en los años 99 a 2002. Fueron años muy bonitos; el primer dia me encontré frente a una clase de Educación Especial(los jóvenes más graves) y lo único que me dijeron fue: “solo tienen que estar  tranquilos ”._¿Qué? ¿ Y las características de cada uno? ¿Qué es eso de que “estén tranquilos”? ¿Qué hago?  Costó un poquito, pero nos acostumbramos; yo a ellos y ellos a mí,  y a partir de ahí no sólo estaban tranquilos, además el que podía pintar, pintaba, el que podía recortaba, escuchábamos música. . . fue duro, pero bonito. Luego pasé al grupo de pequeños ¡16 pequeños de 3 a 11 años!! ¡ pequeños bárbaros!!! La monitora que estaba con ellos ya no podía más y me tocó a mí el regalito!! Fue el mes y medio más duro, pero poco a poco logramos “ser” una clase , aprender y pasarlo bien juntos. Al final del curso me sentía muy orgullosa de mis pequeños.
Pero, por muy contentos que me decían que estaban conmigo, yo necesitaba algo más que ser monitora cuatro horas al día así que, como me llamaron de la D.G.A.  de la Bolsa de Auxiliares de Educación Especial dije que sí, y ése fue el comienzo de diez años de Auxiliar. Han sido unos años en los que he aprendido mucho; he estado en Institutos, en aulas de Educación Especial dentro de Colegios de Primaria, en un Aulario de Educación Especial… aunque sólo unos pocos días pero también he estado en un Colegio de Educación Especial…He aprendido mucho, no sólo de los profesores con los que ha trabajado, también con los chicos y sus familias.
Ser Auxiliar de Educación Especial no significa solamente enseñarles a que aprendan habilidades como higiene y alimentación, a ser más autónomos  . . . también estamos en clase con ellos y colaboramos con los profesores en el resto de aprendizajes.
En todos los centros en los que he estado, he tenido la oportunidad de relacionarme con distintos profesionales; los Orientadores me han contado sus experiencias, los problemas con los que se encuentran, sus opiniones. . .  igual que los maestros, los fisioterapeutas, monitoras de comedor, conserjes, limpiadoras, cocineras. . . este trabajo me ha dado un sentido amplio y en conjunto de un centro escolar, sé que pasa en los comedores, cómo se comportan los niños dentro y fuera del aula y, algo muy importante para mí, como conozco el trabajo y los problemas que conllevan todas estas profesiones, me resulta fácil  ponerme en su lugar.Soy consciente de que en cualquier centro escolar (o en cualquier trabajo) se trabaja mucho mejor y con más ganas si a uno le preguntan de vez en cuando qué tal y le dan una palmadita en la espalda.
Los profesionales de Educación Especial en centros ordinarios por lo general se sienten “desplazados”, “los hermanitos pobres” que molestan más que otra cosa.
Y  también están ¡los padres!, la verdad es que la mayoría de los padres de niños con necesidades educativas, se abren con nosotros; nos cuentan que fíjate lo que les ha dicho el tutor, o el director del centro, la fisioterapeuta. . . o, más importante, cómo se sienten ellos.
Al principio, yo era bastante radical al ver cómo los padres a veces se comportan con sus hijos de manera que les están perjudicando:_¿ No se dan cuenta de que así sus hijos no van a avanzar? ¿Qué les están haciendo un flaco favor? Pero con el día a día te das cuenta de que ser padre no es ser educador, que un padre siente como padre y que no hay que intentar convencer a nadie, hay que ponerse en su piel y a partir de ahí tratar de que la razón, en algunos momentos, esté por delante de la emoción, cosa que es tremendamente difícil cuando en muchos casos hay sentimientos de culpa, de protección desbordada que dificultan esta racionalidad.

M. N. M.