viernes, 21 de septiembre de 2018

Convivencia

No sé cómo estoy derivando a escribir sobre estas cuestiones que se aproximan a la sociología, la psicología o la antropología pero creo que la pedagogía, la didáctica necesitan de la reflexión de estas cuestiones.

En los procesos formativos son habituales los grupos, las comunidades en las que conviven personal docente, no docente y los alumnos, los estudiantes, los aprendices.

Pensando como debe sobrevivir alguna de esas comunidades en espacio reducido y durante un tiempo prolongado, se me ocurrió pensar en un dolmen en el que la convivencia se sostenía en el respeto y en  el sentido de comunidad.

El respeto al que ya me refería en una entrada reciente también garantiza la privacidad, la individualidad.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Trensporte en Aragón y en el exterior.

Al hacer el resumen de lo que he reflexionado este verano en viaje por Europa, una de las cuestiones clave era el tema del transporte porque he tenido que viajar en avión, en tren, en autobús, en taxi, en auto-caravana, en coche alquilado. De cada uno de ellos, he extraído alguna enseñanza pero la comparativa con Aragón me obliga a centrarme en el tren.

El tren en Aragón se caracteriza por disponer de un Alta Velocidad que nos sitúa de Madrid y de Barcelona más cerca que lo están alguna de las ciudades dormitorio de las respectivas zonas metropolitanas y que llegar a Lleida es más fácil que hacerlo a Teruel.

En Zaragoza, tenemos un Cercanías desaprovechado y que suele viajar en solitario porque a nadie se le ha ocurrido poner Autobuses lanzadera entre las zonas pobladas y las estaciones de ferrocarril. O quizás es que las concesiones de líneas de autobús funcionan como funcionaban las de los Estancos de Tabaco.

Hacia Huesca, tenemos una línea de alta velocidad desaprovechada porque hay que llenar unos autobuses que luchan contra la sostenibilidad del planeta.

Hacia Teruel: Las reivindicaciones han sido contra la metrópoli zaragozana cuando el enemigo estaba un poco más al Este en el Corredor Mediterráneo.

La unión hace la fuerza. Estas disfunciones se hacen más patentes cuando sales fuera de España y ves la integración de los medios de transporte, incluso aunque pertenezcan a compañías distintas por los procesos de privatización que ha hecho el liberalismo. He llegado a ver una terminal del aeropuerto de Brindisi en Lecco que está a 70 kms.

En Inglaterra, hay que destacar la puntualidad exquisita y la información puntual indicando el motivo si existe algún retraso. Todo muy automatizado pero siempre hay una persona que atiende las dificultades que te encuentras: un billete que no pasa el control, o poder volver a pasar para que te acerques a los servicios que dejaste atrás de los tornos. Siempre con una sonrisa y un trato amable aunque empiezo a pensar que, simplemente, es respeto. El metro de Londres funciona toda la noche. Las filas son respetadas.



En Italia, hay un abundante servicio en las zonas metropolitanas lo que permite ir de Milan a Torino por 26 euros en un tren regional que tarda un poco más que el de Alta Velocidad. Ahora bien, las filas no son respetadas, no funciona durante toda la noche y el trato no es tan amable como lo es Inglaterra.

Ya sé que se trata de lugares con mayor población que Zaragoza, con mayor peso político, con mayores recursos económicos pero es necesario fijar la meta en lo más alto, no bajar los brazos, identificar dónde están los “enemigos” y buscar soluciones copiadas de donde hayan triunfado o creativas.
 


lunes, 17 de septiembre de 2018

Respeto, privacidad y otras “cosas” de la ciudadanía.

Llevo varios días reflexionando sobre esta cuestión ya que mis paseos por el extranjero y por mi propia ciudad me invitan a la comparación en la cuestión de “educación para la ciudadanía”.

Ya explicaba como me asombraba de la convivencia pacífica de vehículos y personas en los atestados alrededores de Trafalgar Square. Pienso que se fundamenta en normas, costumbres y principios dirigidos a respetar al individuo pero en la necesidad de que vive en una comunidad.Bicicletas débiles pasan al lado de mastodónticos autobuses.

Pero acabadas las vacaciones uno regresa a su ciudad natal y se encuentra que:

Patinadores que invaden el espacio público, que te pasan a un palmo de tus narices con aire de superioridad como diciendo: “que bueno y que rápido soy con mis patines” y tu piensas (que susto me estás dando c...n o c...a, yo que iba tranquilamente paseando y pensando en mi clase de inglés) . Dice una amiga que gilipollas hay en todos los colectivos: de acuerdo, pero así como la televisión invita a la pasividad o una navaja automática no está pensada para cortar pan, pienso que los patines que te elevan unos 10 centímetros sobre el suelo a gran velocidad no están pensados para las aceras llenas de paseantes y te aparece un aire de superioridad.

No olvidemos a los del running que debe ser un negocio muy conveniente porque en vez de tener una sala atrezzada, con la excusa de que es mejor al aire libre, cojo a la veintena de inscritos y los saco al parque público.

Y qué decir de los de los patinetes eléctricos que si hubiera un radar en el carril bici o en las aceras terminarían ante el juez. Pero tampoco salvemos a los peatones kamikazes que armados de teléfono con la inteligencia que ellos parece no tener, atraviesan semáforos en rojo en un intento de joder los sueños de los conductores de coches, autobuses y tranvia.

Otro caso más y prometo no volver al parque Grande. Varios niños, todos iguales con el polo con la inscripción de un polémico colegio privado o concertado, según sentencia judicial, en el que hay que pagar para ser profesor, decide hacer una actividad en el parque público pero el tutor olvida decir a sus pupilos que el césped de la avda de San Sebastián nos cuesta mucho mantener y que no se pisa gratuitamente.

En fin, no sé si me estoy volviendo cascarrabias o la experiencia espacio (viajes) temporal (mi edad) me hace apreciar las diferencias.

Cuando llegue a Londres por primera vez y caminando con mi maleta, vi a unos 10 metros que tres personas hablaban en medio de la acera. NO hubo necesidad de pedir paso, sino que ellas se retiraron con anterioridad y pidieron disculpas por estar en medio. En España, no se retiran los grupos que hablan, algunos adultos van en linea como si jugaran “A tapar la calle, que no pase nadie,  que pase mi abuelo comiendo buñuelos, que pase mi abuela comiendo ciruelas”  y si haces algún comentario pueden responderte alguna impertinencia.

Hace mucho tiempo aprendí en relación a los diferentes tipos de espacios que las ratas soportaban la sed, el hambre pero no la falta de espacio. Quizás esta tendencia hacia la concentración urbana con la necesidad de compartir el poco espacio disponible , no se lleva bien con nuestra naturaleza animal celosa de su espacio patrimonial.

¿Quién dijo que no era necesaria la asignatura de “Educación para la Ciudadanía”?