sábado, 27 de agosto de 2022

Paseando por el cementerio

 Este mes de agosto, el destino me ha llevado un par de veces a tener que acudir al Cementerio de Torrero en Zaragoza. Como llegaba con tiempo, he decido pasear hasta la tumba de mis padres y el silencio me ha invitado a la reflexión. 


He pensado que la palabra Muerte no es la que me viene a mi cabeza sino  la de AMOR porque podemos intuir las manifestaciones de cariño con los que murieron:

- he visto dos lápidas juntas de los esposos que murieron solo con una semana de separación. El esposo no debió superar el fallecimiento de su esposa.

- hay mensajes de despida aunque otros sólo escriben el clásico D.E.P. (Descanse en Paz) o en latín  R.I.P. (Requien im Pacem)

- las lápidas de los jóvenes muertos por accidente o enfermedad, no lo sé, son los que reciben más mensajes de recuerdo, de que nunca lo olvidarán.

El mismo amor del anciano que busca la lápida de sus padres entre la multitud homogénea de cuadrados idénticos.

Puedo parecer morboso pero el paseo por el cementerio me relaja y me invita a la reflexión sobre la vida y las relaciones entre las las personas.

jueves, 25 de agosto de 2022

Invasión de terrazas y obstáculos.

 Si uno camina por Zaragoza, quizás Google le proponga que para ir de la calle D. Jaime a la Calle Alfonso I, pase por la plaza de Sas. Usted pensará que bien porque me apetece ir por un lugar amplio y espacioso. Pues, "ERROR". Se encontrará la plaza invadida por mesas y sellas correspondientes a cinco o seis establecimientos hosteleros. Además, un andamio para arreglar la fachada convertirá la plaza en múltiples callejones en los que podrá chocarse con una pata de una silla que está mal colocada o pincharse con un cristal de un vaso roto todavía no recogido.


Menos mal que todavía no tengo movilidad reducida porque es preferible andar por un bosque que en una ciudad. En muchas ocasiones, pienso en las personas ciegas a las que han convertido sus senderos en una vía muerta o que en aras a la seguridad antiterrorista se ha plantado un macetero de hormigón en medio de la calle.

El paseo por la ciudad recuerda a una jungla por los peligros existentes.

Todos adoran las terrazas: los hosteleros que han obtenido más espacio aunque ahora les falten empleados para atender con dignidad todas las mesas que disponen; los entusiastas de la libertad "ayusiana" porque tomar la cerveza molestando al vecindario sabe mejor y los políticos porque así se contenta al pueblo mejor: pan y circo ha sido sustituido por tapas y cervezas.


martes, 23 de agosto de 2022

Belicismo

  • Guerra en Ucrania y otros conflictos en los Informativos
  • Cumbre de la OTAN
  • Películas y series de guerra, distópica.
  • Ultima hora: Los informativos señalan que en los bosques extremeños, el ejercito español vigila para disuadir a los potenciales pirómanos. 

Todavía alguien se pregunta si estamos en guerra. De los informativos desaparecieron los activistas del medio ambiente para dar paso a las imágenes de bombardeos y de destrucción, desfiles militares y personajes con uniforme y muchas medallas.



Si mi siglo XX fue el de la esperanza: acabar la licenciatura, el desarrollo profesional, el matrimonio, el hijo, etc. Eran momentos difíciles en los que había que pelear pero la visión era de optimismo, de que con esfuerzo y suerte se alcanzarían las metas, los objetivos que te proponías.


En cambio mi siglo XXI, especialmente después de la segunda década,  fue el de la incertidumbre: Hubo éxitos personales, pero el siglo comenzó con el atentado a las Torres Gemelas (2001) y la globalización del terrorismo., la crisis del 2008, el COVID, la invasión de Ucrania entre otros. Son momentos difíciles en los que hay que pelear, como lo fueron antes, pero el futuro no se ve con optimismo ni con pesimismo, simplemente, no se ve.


Hasta los gobernantes, habituados a vender esperanza y prometer mundos maravillosos, ahora dicen que vienen tiempos difíciles, que los precios han subido pero que pueden subir más. Es decir, ni los políticos venden esperanza.