¡Caramba qué coincidencia! Hoy jura el cargo, Barack Obama caracterizado por sus discursos, por sus palabras y hoy la sesión inaugural del programa de formación de profesorado universitario ha contado con Ángel Gabilondo que decía en una entrevista:
"Hago el amor con las palabras".
Para empezar, gracias por la descripción en su biografía: "docente y escritor".
Aprovecho para señalar algunas de las ideas que he aprendido esta tarde. Gracias Rector, gracias profesor por motivarme.
Lo que caracteriza a un profesor es que:
a) piensa; b) utiliza la palabra; c) cree que la cultura y la educación contribuyen a la justicia y a la libertad.
Un profesor no es un poseedor del saber, ni tiene un almacén de conocimiento. El conocimiento lo crea cuando lo comparte.
La investigación genera conocimiento e innovación y debe ser trasmitido. El profesor es un profesional que aprende, que escucha a sí mismo y a los otros.
Debe ser un comunicador que sintonice con el otro. Si el profesor habla en una sintonía y los alumnos están en otra, no nos oirán, obvio.
La expresión " de tú a tu" le parece maravillosa porque significa que desde el primer momento quien habla se pone en el lugar de quien debe escucharle. Es decir, habla desde el otro.
Cuando respondemos al teléfono decimos "sí", es una predisposición a la escucha.
Yo, como los italianos, digo "pronto", es decir, que estoy preparado para escuchar. Hay que dejar hablar.
Perdón por las mayúsculas pero me parecen unas ideas tan importantes:
ENSEÑAR NO ES TRANSMITIR SINO COMPARTIR
SE APRENDE POR CONTAGIO, POR CONTACTO.
MOVER, MOTIVAR, MOVILIZAR, EMOCIONAR tienen la misma raíz etimológica.
En resumen, el profesor debe usar bien la palabra, no significa que no haya que utilizar las NN.TT. pero éstas son un transporte que habrá que llenar con palabras porque pensamos con palabras.
El profesor debe tener pasión, emocionarse con lo que dice.
Estar convencido que el conocimiento puede contribuir a la justicia y a la libertad en el mundo.
Dijo más ideas y mejor dichas, pero este es el resumen de un profesor que le gusta escuchar. Y como con los vinos, si el vino es bueno, es un placer.