sábado, 6 de agosto de 2022

Añoranzas

 No sabía cómo titular este post. En realidad, todo surge cuando paseando de buena mañana para evitar los sudores de la enésima ola de calor, me aventuré a pasar por delante del edificio donde decía mi madre que nací que en la actualidad se encuentra tapiado, supongo, para evitar que pueda ser objeto de ocupación o vandalismo.


Se llamaba “Clínica del 18 de julio” para recordar ese día en que un golpe de Estado truncó los aires de libertad y de modernidad de España. Era un pequeño hospital de barrio que años más tarde era el lugar de torturas de un dentista que me amenazaba con echarme de la consulta si yo, niño de 5 años, no deja de llorar. Todavía recuerdo su gruesa y obesa mano metiéndola en mi boquita. Tarde muchos años en poder acudir a un dentista.

Pero esta mañana, al pasar por allí y ver como la entrada principal de la clínica donde nací está clausurada con ladrillos y  los contenedores de basura están en primera linea como añadido a su decadencia. Ese fue el sentimiento negativo.

La parte positiva es que me encuentro a gusto paseando por los lugares en los que crecí. A pesar de que la adolescencia y la juventud la pase en otras regiones españolas; la infancia la pase recorriendo el barrio de Las Delicias.

El paso del tiempo nos lleva a la añoranza, al recuerdo de los días pasados, al recuerdo de los seres queridos que ya no están con nosotros. 


jueves, 4 de agosto de 2022

5 céntimos por lata

 En el año 1992, llegué por primera vez a USA.  Me sorprendió que parques y playas estaban limpios de latas y botellas a pesar de que los pic-nic con bebida eran frecuentes. Beber en el bar es muy caro por eso, se compra la bebida en el supermercado y se la llevan al parque  o la playa.


Cuando tuve una lata en mis manos, lo entendí:

"Return 5 cents"

Los envases olvidados por los mas incívicos o los más borrachos las recogían los niños o los vagabundos que las acercaban al supermercado más cercano donde recibían la compensación económica aunque no comprasen ningún producto del establecimiento.

Treinta años más tarde, en España, en nuestras playas, parques y descampados se encuentra desperdigadas botellas de plástico, latas de bebida que terminan contaminando nuestros territorios.

martes, 2 de agosto de 2022

¡Vamos a esa fila!

 En ocasiones, cuando estoy en la playa, me pregunto si llegaran los geonosianos y nos vieran tostándonos al sol, otros puntitos en el agua, otros subidos a algún hinchable, otros dandole a una pelota con unas palas, etc. Pero lo que más les sorprendería es que hay otros seres humanos que hacen fila: fila para subir a los pedaló, fila para entrar en el restaurante, fila para comprar un helado, fila para entrar al banco,  fila para...“no sé qué” pero si hay mucha gente será interesante.


Resulta preocupante el grado de estupidez humana y del gregarismo acrítico. “Los expertos aseguran que la percepción de la escasez y la exclusividad son los factores que nos impulsan a sumarnos a filas eternas”.

Pero en muchas ocasiones esa escasez y esa exclusividad solo está justificada por un afán consumista cuya única finalidad es mantener el sistema económico.

Una amiga comentaba que estaba en un establecimiento de ropa en el que advertía la “fila para pagar” y pensaba que debían tener los armarios llenos. Estas cadenas de ropa hacen la competencia a las instituciones benéficas recogiendo ropa con el argumento de la sostenibilidad y que, yo que soy mal pensado, creo que su interés es para fomentar mayor consumo y para incluirlo en su apartado de RSC (responsabilidad social corporativa).

Pero todavía es mas extraordinaria y alcanzando el alto grado de mi incomprensión racional es la de "fila para subir al K2 la segunda cima más alta del mundo".

Ver para incomprender.