Hemos regresado de Oslo a Bergen en un tren nocturno. Hemos llegado muy temprano y hemos tenido que esperar a que abriesen las Bakeri, los lugares donde poder tomar café. Es sábado aunque huele a domingo. Apenas hay personas por las calles y muy pocos coches. Y luce un maravilloso sol que invita a estar en la calle. Hay que aprovecharlo.
Así que nos aventuramos a recorrer espacios abiertos lejos del casco histórico de Bergen. Así paseamos por zonas residenciales edificadas al final de un brazo del fiordo y con las embarcaciones amarradas junto a los edificios. Eso que los italianos llaman "Marinas". Las edificaciones son nuevas, limpias, acristaladas; aunque en la calle de atrás encontramos antiguas casas que han perdido su razón de sol.Paseamos alrededor de un brazo de agua al que también rodea un carril para bicicleta que en esta primera hora de sábado se encuentra muy frecuentado por corredores y ciclistas.
También vemos una concentración de coches de gran cilindrada que hacen mucho ruido al acelerar y que toman la salida como si fuera una carrera, aunque respetan las señales y los pasos de cebra. Hay gente para todo.
Estamos cansados de caminar y nos sentamos en una terraza, en el bar denominado Nobel Bopel que me ofrecen tres comentarios:
- No es un bar para turistas porque la tabla de precios está exclusivamente en noruego.
- la muchacha que nos atiende dice "un día fui a Bergen y volví horrorizada", es decir, este es un barrio y un bar de personas autóctonas. Comprobamos como vienen a hacer un pequeño brunch en este día no laborable u otra persona que realiza los pasatiempos del periódico mientras desayuna.
- la versatilidad de los negocios, en este bar se vende el mobiliario. Las mesas y las sillas son de diferente tipo y tienen una pegatina indicando el precio que se pide si deseas comprarla, alguna incluso tiene el cartel de reservada.
La comida la hacemos en un restaurante italiano porque estamos cansados de la comida noruega que siempre es acompañada de patatas. Es sorprendente que teniendo tan buena materia prima, la elaboración resulte tan poco apetitosa, además los precios suelen retraer la elección.
Por la tarde, paseamos por algunas calles céntricas que todavía no habíamos frecuentado. Vamos buscando un lugar para tomar un descanso y quizás cenar. La hamburguesería Royal nos parece atractiva por su decoración y aspecto. De nuevo, hemos elegido una local para "no turistas", para noruegos. La cerveza de presión (draft) hay posibilidad de elegir: pilsen, ipa, negra. Pero debo advertir que esta cerveza tiene más gas que la de España, por eso, si tu presupuesto lo permite, pídete una botella.