En el mes de agosto, todos esperamos el mes de septiembre con la certidumbre de tener el curso preparado: quiénes serán nuestros colaboradores, cómo serán de ruidosas y festivas las jornadas de acogida, etc. Pero aunque siempre hay sorpresas, tenemos experiencia de años anteriores aunque en mi caso sea sólo de dos años.
Pero este tercer año acude con la incertidumbre de cómo afrontar la pandemía del COVID-19 en una colectividad de 260 jóvenes en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna y unos 198 en el Santa Isabel.
Hemos preparado un Plan de Contingencia para intentar regular en nuestro entorno lo que las autoridades sanitarias y nuestra Unidad de Prevención de Riesgos nos indican. Pero somos conscientes, como ocurre en el resto de la sociedad, que es necesario el compromiso y la responsabilidad de todos los colegiales.
Todas las normas pretenden una convivencia segura pero es necesario apelar a la corresponsabilidad y al sentido común que estamos seguros que los jóvenes entienden. Porque esta situación exige comportamientos solidaridarios que ya hemos visto con anterioridad.
Igualmente seguiremos avanzando en la educación en valores: EMPATIA, RESPETO y HONESTIDAD.