Tantas ocasiones paseando por Barcelona y hasta mi jubilación no he encontrado la ocasión de visitar la Sagrada Familia.
Algunos detractores dirán que parece una obra inacabada, siempre con sus andamios y sus grúas, pero en una visita guiada comprendí que se trata de una “Escuela Taller” porque el diseño de Gaudí no siempre contempló las necesidades de la seguridad de las estructuras, de la resistencia de los materiales y porque con el paso del tiempo se precisa del mantenimiento. Por tanto, supongo que los andamios seguirán siempre como ocurre por ejemplo con el Duomo de Milano.
Además, el guía nos señala que la gestión corresponde a una fundación que no admite ayudas públicas, solo particulares. Me sorprende ver un tarjetero en medio del templo para recibir donativos. Igualmente nos recuerda, quizás para justificar el elevado precio de la entrada, que lo obtenido con las entradas se destina a la construcción del Templo.
Los arquitectos actuales tienen el reto de ofrecer soluciones válidas y creativas para dar respuesta a los caprichos de Gaudí. “Primero el amor y luego la técnica”. No quiere decir que las soluciones de Gaudí no sean funcionales, sino que a principios del siglo XX no existían los conocimientos actuales. Pero la funcionalidad y la belleza conviven perfectamente en los objetos litúrgicos.
Hay 16 torres que representan a los 12 apóstoles y a los 4 evangelistas.(Lucas, Marcos, Mateo, Juan).
En el interior esculturas dedicadas a Cristo, San José, la Virgen y San Jorge. Las esculturas las debemos a diferentes autores entre los que se destaca Josep Maria Subirats.
Hay unas vidrieras de colores azules y rojos, fríos y cálidos, que tienen escrito los nombres de los Santos de todo el mundo y que rodean los laterales del Templo. Los colores hacen referencia al amanecer y al ocaso; al nacimiento y a la pasión. Siempre hay un simbolismo en cada objeto, en cada elemento arquitectónico. Las vidrieras son de Joan Vila Grau.
También apreciamos simbolismo en las puertas de hierro, obra del japonés Etsuro Sotoo donde aparecen un follaje en el que se esconden una variedad de insectos por parejas.
Al finalizar la visita se puede visitar la Escuela Parroquial con tres aulas que Gaudí diseño y construyó porque la Sagrada Familia se ocupaba en un solar de un barrio obrero y no de clases media como sucede en la actualidad.