La definición de lo que significa la ORIENTACIÓN ha cambiado a lo largo del tiempo, adecuándose a la evolución del pensamiento pedagógico y a las transformaciones socioculturales. Se ha pasado de un visión en la que se priorizaban los aspectos informativos y diagnósticos, con un carácter analítico y disciplinar bien definido; a una visión formativa, transversal a todas las disciplinas y que implica a todo el proceso de enseñanza – aprendizaje. La balanza de la prioridad ha pasado de la orientación analítica a la orientación comprensiva.
En ese sentido, la normativa europea considera la orientación como un componente fundamental del proceso formativo de cada persona a través de toda su vida. En el nuevo concepto de educación permanente que aparece asociado a la “sociedad de la información”, a la “Sociedad del conocimiento”; la orientación debe facilitar la competencia que permite elegir el propio itinerario formativo. Por tanto, la orientación debe implicar a todo tipo de escuela; desde la materna a la educación de adultos. A los profesionales de los primeros niveles (educación infantil y primaria) les corresponde iniciar el camino, activar un proceso continuado que mira hacia el progresivo crecimiento personal a través de la toma de conciencia de sí mismo, el desarrollo de las habilidades y de las actitudes y el desarrollo de la capacidad para proyectar.
La orientación en la Educación Primaria se le asigna la tarea de activar un proceso formativo, que se desarrolla durante toda la vida, dirigido a la toma de conciencia y al desarrollo de capacidad de planificación.
Esta actividad orientadora no puede ser realizada como una intervención externa. Al contrario debe constituirse como uno de los ejes de la actividad didáctica, un elemento siempre presente en la planificación e integrado en el currículum. Obviamente, los principios orientadores deben ser traducidos en propuestas didácticas adecuadas a la edad a la que se dirige.
La orientación es una acción sinérgica en la que participan varios sujetos e instituciones. Estamos proponiendo un sistema formativo integrado en el que no puede faltar la implicación directa de los padres, componente indispensable en el proceso educativo.
En resumen, la orientación puede representar el objetivo principal donde focalizar la propuesta formativa, el elemento característico y unificador del diseño curricular.