viernes, 3 de noviembre de 2023

Patria Digna

 Me atrajo la lectura de este libro de Alán Barroso sus comentarios de la actualidad política que publica en Facebook.

La tesis que mantiene es que los símbolos patrióticos como la bandera o el Viva España han sido apropiados por la derecha política, dejándonos huérfanos de la madre patria a quienes opinamos que lo que importa en la convivencia no son los símbolos sino las acciones.

Porque Alan Barroso señala que hay muchas cosas de las que enorgullecernos los progresistas como son que figuremos en el top de los países con mayor número de donantes, con mayor integración de las personas desfavorecidas o con mayor cohesión social que nos permite superar crisis económicas y sanitarias a pesar de que nuestros recursos sean escasos.

 Además ahora empezamos a ser campeones en deportes de equipo aunque algunos directivos casposos intenten desviar la atención como ha ocurrido con nuestras futbolistas en el pasado Campeonato Mundial.

El politólogo Barroso hace un recorrido desde el siglo XIX para mostrar evidencias de cómo algunos han intentado robarnos España y el sentido de patria. En la actualidad, siguen intentando reducir el sentido de patria a la bandera, a la unidad de la España de los Reyes Católicos o a la de sentirse "español muy español". El patriotismo está en la solidaridad de quienes se ponen a ayudar cuando el desastre del Prestige, cuando las inundaciones anegan nuestras poblaciones. También está en momentos de ocio como cuando la Roja gana los competiciones, (curioso esta denominación del equipo nacional de fútbol porque los patriotas de bandera no deben estar de acuerdo con esta denominación que recuerda a como llamaban un tanto despectivamente a quienes defendían la legalidad de la II República) 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Pesimismo pedagógico

 El fin de semana pasado he leído una entrevista y un reportaje sobre educación que me invitan a cambiar la valencia de la palabra pedagógico siempre llena de optimismo, de la posibilidad de mejorar la situación por la que figura en este título: Pesimismo pedagógico.

Por un lado, la entrevista en el periódico El Mundo a un profesor de instituto que después de una década de experiencia escribe su experiencia con un grupo de alumnos del programa PROA  (Plan de Refuerzo, Orientación y Apoyo) que los alumnos en su crueldad traducen por "personas retrasadas o anormales". En la misma se señala como el burnout lleva a muchos profesores a dejar la profesión, al aumento de las bajas laborales, etc. Se ha generalizado sobre todo en determinados institutos la falta de respeto al profesorado que conduce en casos extremos a las agresiones a los profesores. Pero la falta de respeto no es un problema escolar sino social. Porque a la Escuela (entendida como institución escolar) se le asignan la solución de aquellos problemas sociales que la sociedad es incapaz de resolver con sus medidas políticas y sociales.

Una de esas funciones que se le encargan a la escuela es la de ser "ascensor social" a través de la meritocracia. De que ese ascensor no funciona trata el otro reportaje leído en el periódico El País, (curiosamente aparecido en la página 9 del suplemento Negocios) corresponde a un estudio realizado por la Fundación ISEAK. Un interesante artículo en el que se atreven a contestar con precisión la pregunta: ¿Qué políticas públicas podrían facilitar un entorno educativo que fomentara la igualdad de oportunidades?

  1. - Combatir la segregación escolar, 
  2. - Medidas organizativas y de prácticas docentes que faciliten el aprendizaje colaborativo entre docentes y reduzcan su carga administrativa
  3. - Redistribución de la riqueza entre las familias ya que se constata una conexión entre la desigualdad de oportunidades en la adolescencia y la desigualdad de ingresos en la infancia.

Muy sencillo, pero la última medida que me parece la más importante escapa al control del profesorado, de los Centros, de la Administración educativa y del sistema escolar. Parece que la pelota está en el tejado del Ministerio de Hacienda porque son muchos los ministerios implicados además del que se encargue del sistema escolar.

lunes, 30 de octubre de 2023

Incívicos e incívicas

 Caminar por la calle me hace consciente de los comportamientos incívicos de los ciudadanos, de la falta de empatía, de lo poco que se piensa en el otro. Paso a enumerar lo que yo percibo:

- personas que tiran las colillas al suelo

- personas que tiran los chicles al suelo

 - personas que dejan basura fuera del contenedor-

- personas que no llaman al 010 para que recojan objetos voluminosos como muebles, electrodomésticos, etc. y los abandonan en cualquier lugar

- personas que no recogen los excrementos de us perros

- personas que aparcan en los lugares destinados a las personas con movilidad reducida.

- conductores que aparcan en espacio para dos coches 

- quienes dejan sus vehículos de movilidad compartida (bicicletas, patinetes) en medio de la calle, en lugares de paso de personas con dificultades de movilidad, etc.

- personas en grupo que se detienen a conversar en medio de la calle sin reparar en otros viandantes.

- grupos de personas que caminan en fila de cuatro o más tapando toda la acera

- aquellos que orinan en la calle

Claro que también hay acciones incívicas de ayuntamientos y servicios municipales externalizados como:

- seguimos regando jardines en tiempos de sequía y derrochando agua en lugares que no lo necesitan como caminos o parterres terrosos.

- circulación de dos o tres autobuses de la misma linea que circulan juntos y semivacios.

Y algunas otras que me pasan desapercibidas por demasiado habituales.

Es decir, no pensar en los demás, no tener empatía con el otro, no ser solidario ni justo con los demás. Ya lo decía el catecismo: "amarás a dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo."