Entre los RETOS de las relaciones entre familia y Escuela está la necesidad de COORDINACIÓN interinstitucional–de los objetivos educativos; para abordar la cuestión educativa siempre compleja pero actualmente mucho más compleja, donde los agentes educativos son tan diversos, tan poderosos, con intereses contrapuestos.
Leía recientemente en un examen:
Parece que en Educación Secundaria no es tan importante que las enseñanzas estén tan conectadas (aprendizaje interdisciplinar); Los docentes son expertos en sus materias concretas y no invierten tanto tiempo en preocuparse de aspectos como llevar a cabo una educación personalizada, favoreciendo las potencialidades de todos sus alumnos, en incidir en que éstos comprendan la importancia de una completa formación, de que tengan una preparación específica o en presentar los contenidos de forma que todos puedan lograr el éxito académico. Es en este nivel donde se producen los mayores índices de alumnos desmotivados, sin interés por aprender, repetidores y que finalmente abandonan sin completar sus estudios obligatorios.
Quizás es un momento de replanteamiento radical del currículum de nuestras escuelas: de la Primaria, de la Media y de la Universidad.
La presencia de los padres en la tarea educativa se reclama pero a la vez, se teme. Se teme que puedan inmiscuirse en nuestra labor profesional. Por eso, las tutorías en Secundaria se ponen a las 11:30 de la mañana donde sólo los parados, las amas de casa y algunos funcionarios pueden acudir.
El cariño permisivo no es educativo, me pregunto si es verdadero cariño.
Afectividad no es permisividad, afectividad es atención personalizada, justicia, solidaridad, asertividad y coherencia.
La labor educativa de las nuevas generaciones debe ser coordinada: padres, escuela e instituciones educativas (es decir, todas, hoy tenemos al juez Calatayud que hace educación desde la justicia)
No podemos decir que la culpa es del profesorado o de los padres. No conviene tirar balones fuera si queremos aportar soluciones, promover cambios progresistas. Tampoco lo es solamente de la Administración aunque también ella debe aplicarse la labor.
No podemos seguir echando la culpa a las escuelas sin políticas públicas de familias, porque así no vamos a conseguir elevar el nivel educativo fundamental para unos mejores resultados.
Por eso es conveniente la conciliación efectiva de la vida laboral y familiar, facilitando horarios y creando espacios donde las familias puedan convivir diariamente.
En la FORMACIÓN inicial de los maestros, en los nuevos grados se ha incluido una materia denominada Sociedad, familia y educación con la que se pretende:
- Relacionar la educación con el medio y comprender la función educadora de la familia y la comunidad, tanto en la adquisición de competencias y aprendizajes como en la educación en el respeto de los derechos y libertades, en la igualdad derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y en la igualdad de trato y no discriminación de las personas con discapacidad.
- [Conocer la evolución histórica de la familia, sus diferentes tipos y la incidencia del contexto familiar en la educación.]
- Adquirir habilidades sociales en la relación y orientación familiar.
DEBEMOS:
Educar para la complejidad, educar para la incertidumbre, educar para la libertad, educar para la utopía, educar desde la transversalidad, educar para la tolerancia, educar para la solidaridad. El reto es tremendo y si queremos que el camino sea posible, la tarea se debería sustentar, mas que nunca, en tres ejes; escuela, familia y sociedad, cada una desde su rol… No sobra nadie, todas son imprescindibles