Aquí están MIS respuestas a las
preguntas de la semana pasada que no habéis contestado
1)
Hay una serie de principios básicos que deberíamos converger con el resto de países europeos, pero también debemos considerar aspectos culturales y que nunca es acertado trasladar miméticamente, sin la reflexión crítica necesaria, los modelos de otros países.
2)
El distinto nivel de competencia profesional entre docentes puede ser que influya, pero no desde un punto de vista aislado e individual, sino como componente del colectivo Centro que trabaja de forma armónica y apoyado por la dirección del centro, la Administración y con la colaboración de los padres. Es decir, no basta contar con los mejores profesionales de cada disciplina sino que éstos deben tener un buen director de orquesta que les haga interpretar una buena música.
3) 4) y 5)
La formación permanente debe partir de las necesidades detectadas por los propios Centros pero considerando también los análisis de conjunto que sólo la administración dispone, a fin de establecer una formación permanente adecuada no sólo a un Centro sino a un territorio.
Si priorizamos la unidad centro, podemos conseguir “centros de primera clase” y “centros de segunda clase” en un mismo territorio, en un mismo barrio.
Por supuesto, que la formación permanente y las Prácticas de la formación inicial deben conexionarse necesariamente con los proyectos que elaboran los centros educativos.
Y la formación permanente deberá considerar el tipo de alumnado existente. Si bien la formación permanente no debe convertirse en un “recetario” de qué hacer con los estudiantes que tengo ahora; sino ofrecer herramientas que permitan abordar las características cambiantes de un niñez y una adolescencia que vive en una sociedad compleja y cambiante a un ritmo acelerado.
6) ¿Cómo favorecer la permanencia del profesorado en un territorio?
La motivación del profesorado pasa por el reconocimiento de la labor que realiza y en tal sentido hay que incentivar económicamente o bien con el reconocimiento en la carrera profesional y en la percepción social.
Como la situación económica no es boyante, creo que se precisan propuestas innovadoras, quizás un poco “locas” pero factibles por lo visto en otros países.
En la pregunta 10 del apartado 1.-Selección, hemos indicado como en los países nórdicos el profesorado negocia con el equipo directivo su contratación; por tanto, no resulta descabellado pensar en un sistema mixto en el que junto a los méritos de los aspirantes y su justo deseo de estar en el centro más cercano a su domicilio; se estableciese un segundo filtro de compromiso que vinculase a un profesor a un centro por al menos los años de duración de cada etapa educativa (3 en Educación Infantil,, 6 en Educación Primaria, 4 en Educación Secundaria y 2 en Bachillerato) y a los proyectos educativos en marcha en ese Centro. De modo, que pudiera ser rechazado alguien que no tuviera conocimientos informáticos suficientes si el Centro destacaba en un proyecto que los exigiese.
7)
La formación permanente no necesita orientarse a los contenidos disciplinares de los que el profesorado tiene suficiente formación, quizás necesite formación en el ámbito interdisciplinar, es decir, en aquellos ámbitos novedosos que combinan los contenidos de varias disciplinas y que la sociedad actual precisa.
Quizás dónde más necesidades existen dada la complejidad de la sociedad multicultural actual y de grandes cambios en las relaciones entre humanos sean las relativas a las competencias sociales, las de trabajo colaborativo, el trabajo en equipo, las situaciones de conflicto, etc.
8) y 9) Brecha digital
Respondo exactamente con lo señalado en el apartado de Formación inicial:
“Hay que señalar que la brecha siempre existirá, pero es necesario que el profesorado “inmigrante digital” adquiera una formación básica a modo de carné para conducir ordenadores que incluiría: manejo de procesador de textos, correo electrónico, plataformas de enseñanza y conocimiento de recursos on line relacionados con su disciplina”.
Y entiendo que los Centros deberán contar con apoyo de “nativos digitales” que podrán ser los mismos que acudan a las prácticas de su formación inicial o al periodo de prueba del profesorado novel.
10) Perfil del profesorado
Creo que debemos debatir qué profesorado necesitamos, pero no esperar a una “clara definición del rol del profesorado” porque quizás intentando definir con precisión y claridad, cuando llega el momento de aplicarlo las circunstancias ya han cambiado.
Considero que el profesorado debe tener un perfil, permítanme la expresión frívola, “waka-waka”, es decir, “con cintura”, que le permita afrontar diversas circunstancias, diversidad de alumnado, diversidad de colegas, diversidad de “curricula”, con un suficiente grado de resiliencia que le permita abordarlos sin consecuencias negativas para su salud mental.
12) Equipos directivos
“Las diferencias entre centros no sólo están relacionadas con el tipo y nivel de liderazgo que ejercen sus equipos directivos pero es indudable que se necesita una cierta dosis de liderazgo, especialmente, de tipo pedagógico para alcanzar una enseñanza de calidad y para poder ejercer la autonomía de los centros en la toma de decisiones incluidas las relacionadas con su plantilla de personal.
A tal fin, sería necesario que como en el caso del profesorado, se realizara una formación específica para ejercer la dirección de un Centro al mismo tiempo que se inicia un periodo de práctica. Es decir, no se podría llegar a ser director sin que previamente se haya formado parte de equipos directivos.
Igualmente, sería necesaria que la condición de Director se alcanzase por un procedimiento mixto que combinase la elección democrática con la selección de acuerdo con la competencia.”
Por tanto, se precisa que el equipo directivo tenga una formación inicial en la que el “liderazgo” es una formación fundamental; pero a la vez debe mantenerse una formación en servicio, es decir, al mismo tiempo que se ejerce como director. Insisto en que la formación inicial también deberá realizarse en servicio, mientras se forma parte de un equipo directivo como jefe de estudios, secretario o vicedirector.