En mi anterior entrada señalaba alguna de las incorrecciones que los peatones cometemos cuando caminamos. Todas ellas son comportamientos que ignoran que vivimos en una sociedad donde el individualismo campante ignora la existencia de otros congéneres.
Cuando el individuo se sube a un Vehículo de Movilidad Personal acentúa esa ignorancia. Quizás porque se sube a un pedestal (el sillín, la plataforma del monopatín, incluso la silla de ruedas motorizada) que le permite sentirse superior.¿Han visto con que aires de superioridad circulan los patinadores de dos ruedas? Cuando circulan en grupo la superioridad y la ignorancia de que existen otros: personas sordas, con dificultades de visión, distraídas por sus preocupaciones cotidianas, niños y niñas, AUMENTA.
Cuando circulan en grupo lo hacen con el agravante de que ocupan todo el espacio, sea carril bici o acera, y que son acompañados por niños y niñas que aprenden ese sentimiento de superioridad de los centauros.
Si nos referimos a los monopatines a motor asociados con las actitudes irrespetuosas de algunos miembros de la especie llamada humana la realidad nos puede asustar ya que uno tiene la sensación de haberse equivocado y haberse metido a la calzada. Muchos de los que manejan estos aparatos no tienen carnet, no llevan casco y alcanzan velocidades de 25 kms. hora. Además, no están preparados para chocar con un peatón por lo que yo prefiero que me golpee un coche moderno (algunos tienen detectores de presencia que hacen que se frenen antes de llegar al peatón).
De las bicicletas y del desprecio por "los otros" hablaremos otro día.