En el año 1993 organicé unas jornadas de Multiculturalidad y Educación de Personas
Adultas, en las que Ramón Flecha distinguía entre etnocentrismo,
relativismo y mestizaje.
De las actas traeré este relato donde se
refleja claramente el miedo al otro, al desconocido, a la nueva situación, a la
nueva relación.
Hans Magnus Enzensberger en “La Gran
Migración” escribe:
“Dos pasajeros en
un compartimento de tren. Nada sabemos de sus antecedentes, de su procedencia
ni de su destino. Se han instalado cómodamente, han acaparado mesitas,
colgadores y portaequipajes, han esparcido periódicos, abrigos y bolsos en los
asientos vacíos. Poco después se abre la puerta y aparecen dos nuevos
pasajeros. Los dos primeros no les dan la bienvenida. Dan claras muestras de
disgusto antes de decidirse a recoger sus cosas, a compartir el espacio del
portaequipajes, y a recluirse en sus asientos. Aún sin conocerse en absoluto,
los dos pasajeros iniciales demuestran una sorprendente solidaridad mutua.
Actúan como grupo establecido frente a los recién llegados, que están
invadiendo su territorio. A cualquier nuevo pasajero lo consideran un intruso.
Su actitud es la de aborígenes que reivindican la totalidad del espacio
disponible. Una concepción que escapa a toda explicación racional. Y que, sin
embargo, está hondamente arraigada”.
En la actualidad son muchas las voces que
indican que todos somos raros, todos somos diferentes y que la diferencia
enriquece y es necesaria para avanzar. También, el éptimo principio del aprendizaje
dialógico afirmar que la diversidad no desigual es enriquecedora.
La Universidad de Harvard o el MIT favorecen
la heterogeneidad racial porque saben que de la diversidad se obtienen mejores
resultados, frente a ello en nuestro país optamos por las medidas segregadoras
como son los programas especiales o los grupos especiales.
“Una clase
racialmente diversa mejora el proceso educativo exponiendo a los estudiantes,
tanto en la clase como en las interacciones informales a una gran variedad de
experiencias y de puntos de vista (…)Nuestras instituciones tienen un papel
distintivo en la formación de la próxima generación de líderes, y con la
composición de clases con gran diversidad ayudamos a asegurar que nuestros
estudiantes están bien preparados para una sociedad cada vez más multicultural;
y también, que nuestras políticas de admisión responden a las necesidades de la
sociedad asegurando que la próxima generación de líderes han surgido de un grupo
diverso y competente.”
Ni igualdad homogeneizadora ni diversidad
desigual. Ni etnocentrismo, ni relativismo, la respuesta está en el mestizaje.
Multiculturalidad y Diversidad son dos
conceptos próximos porque los dos se refieren al tratamiento con personas con
necesidades especiales, con personas distintas, alejadas de la normalización a
la que nos somete el sistema social: a los que perciben diferente, a los que
piensan diferente, a los que han nacido diferente, a los que viven diferente,
etc.
Finalizo con un remedo de una obra literaria
donde explico las diferencias que me encontré en un Centro Público de Educación
de Personas Adultas
A modo de "Sin noticias de
Gurb" de Eduardo Mendoza.
Año 2008, “año de la Expo”, un día cualquiera del mes de marzo, en el Centro Público de Educación de Personas Adultas de un pueblo aragonés:
Año 2008, “año de la Expo”, un día cualquiera del mes de marzo, en el Centro Público de Educación de Personas Adultas de un pueblo aragonés:
9:30 Llega Fátima,
ha dejado a sus niños en el colegio, y ha convencido a su marido para que la
deje ir a la escuela. Viene a aprender español. Hace poco que llegó a España y
si no fuera por las clases que recibe en la “escuela” sólo oiría árabe.
10:00 Lorenza vino
con su marido que vino a trabajar con el boom inmobiliario. Quiere trabajar
como enfermera y se ha apuntado a un curso del INEM.
10:00 Letizia vino
con su marido a trabajar a una fábrica de pasta. La lengua no es problema para
ella, pero quiere aprovechar el tiempo. Los niños van a la escuela y ella
también. Ha hecho 3 cursos Mentor en 2 meses. Aunque no sea de la Lombardía, quiere sacar
la máxima rentabilidad a su matrícula.
10:00 Jesús
tuvo un accidente laboral y quedó parapléjico. Con el tiempo ha ido recuperando
parte de sus capacidades. Él lo agradece al Centro de Adultos: le apoya, le
sirve y viene a hacer lo que toque: cuentas, crucigramas, dictado, o
“investigaciones” sobre el territorio.
10:30 Llegan
Néstor, Malena, Jessica, David son algunos de los “objetores de secundaria”.
Llegaron los 17 años y no conseguían superar las malditas “matemáticas”, o
“lenguaje”, o “inglés”, o “ciencias naturales” de la E.S.O. o todas
simultáneamente. “Los profesores les tenían manía”. “Aquello parecía un
cuartel, era peor que estar en casa”. Pero en casa tampoco pueden estar, sus
padres, especialmente sus madres, ven que necesitan el título de la E.S.O. para
andar por la vida. La madre de Malena obtuvo el título yendo a las clases
de adultos y ahora piensa que su hija puede hacerlo del mismo modo.
11:00 Irene es una
maestra que nunca ejerció. ¡Así es la vida! Ahora los hijos son grandes y ya no
la necesitan. Por eso, ha vuelto a la “escuela” a recordar lo que aprendió y a
aprender lo que no se sabía entonces.
11:00 Pepa nunca
estudió. Su escolaridad está asociada al CPEPA. Primero, asistió a alfabetización,
de eso hace unos 25 años. Aprendió a leer rápidamente porque ponía mucho
interés. Luego vinieron las enseñanzas iniciales. Más tarde, los profesores la
animaron para que se pusiera a estudiar Graduado Escolar. Cuando acabó, siguió
con los programas de extensión cultural. Y llegó la LOGSE, que estableció la
titulación mínima un poco más “arriba”, pero como estaba entrenada, en poco más
de dos años se saco el GESO (Graduado de Educación Secundaria Obligatoria).
Ahora, a sus setenta y tantos años, asiste a los cursos de Memoria (“la edad no
perdona”) y participa en el taller de literatura. Siempre que puede se presenta
a concursos literarios. Los de “Evaluacepa” le van a publicar un texto que hizo
para narrar sobre “Mi pueblo, mi Centro de Adultos, mi aula y mis profesores”.
11:00 Pilar viene
por la mañana a las clases de Memoria, pero aprovecha para hacer lo que más le
gusta: utilizar el ordenador. Navega por Internet como una “nativa digital”
pero desea aprender sobre programas de comunicación, videoconferencias y ese
software para ponerse en contacto con sus nietos que tiene repartidos por medio
mundo.
15:00 Llega Pedro.
Está jubilado pero le gusta viajar, conocer tierras y gentes nuevas. Por eso,
es consciente que necesita saber inglés para moverse por el extranjero y para
poderse comunicar con personas de esas tierras lejanas o con las personas que
acuden a su pueblo buscando un poco de paz y tranquilidad.
18:00 Whahae llegó
a España en una patera y no sabe explicar bien cómo llego a este pueblo de
Aragón. Después del trabajo acude a aprender español e inglés. Sabe que para
encontrar trabajo se necesita dominar idiomas. Así que cuando no tiene trabajo
acude a las clases
19:00 Andrés tiene
trabajo, pero, como dicen los anuncios de la radio, su jefe le pregunta si
tiene un título para ascenderle de categoría y poder cobrar más. El miró en las
academias privadas pero pedían un dinero que él no se podía permitir, así que
en el Centro de Adultos encontró los cursos que le interesaban a un precio
razonable.
19:00 Rosa también
tiene trabajo pero le piden que sepa usar el ordenador. Hoy todos lo saben y
ella es una “inmigrante digital”. Así que se armó de valor (tenía vergüenza,
miedo, “el qué dirán cuando me vean ir a la escuela”) y se presentó a la directora
del CPEPA que le acogió y le informó lo que era mejor para sus intereses y
compatible con sus capacidades y conocimientos. Está pensando en apuntarse a
alguna actividad más.
P.E. Mientras escribo este teto, conozco la petición de firmas para que
la mezquita de Córdoba siga siendo mezquita y catedral. Como estudiante en la
Universidad Laboral de Córdoba, no puedo pasar por alto esta noticia y
solicitaros vuestra reflexión.
Igual, que el mozárabe es mestizaje de
culturas porque debemos no seguir siendo tolerantes. Las religiones son
fundamentalistas. Me asustan aquellas personas que están tan seguras de su verdad. Yo que pongo en duda mis
pensamientos, mis sentimientos, me asusta tanta asertividad.