Escribo el día de Santa Ana esta entrada, intentando comprender lo absurdo de la muerte en el tren. Mi padre era ferroviario y mi atracción por los trenes siempre ha sido fuerte y la he trasmitido a mis hijos con los que he comtemplado como pasaban los trenes por las estaciones.
Pero no es de trenes de lo que quiero reflexionar sino sobre las muertes que aparecen en los periódicos de este verano. A los 80 muertos del descarrillamiento, hay que añadir en el periódico de hoy; tres montañeros, más otro niño ahogado en una piscina (ya llevo contabilizado, al menos, cuatro en España). Pero también añado a estas muertes al improviso, los ataques al corazón, algunos por mantener la salud (la señora que nadaba para mantenerse en forma) pero otros por participar en competiciones, algunas verdaderamente absurdas, como el de " a ver quien bebe más cerveza en menos tiempo".
Copio este texto que me pareció que refleja todo lo que se puede sentir ante la visión de esto que ocurre. Es verdad, que procede de una página pastoral. Peor lo tenemos quienes no creemos en el más allá.
"La vida es imprevisible. Y cada día hemos de vivirlo con hondura, con toda la seriedad, la pasión y la urgencia del mundo. Porque cada día importa. Porque no sabemos lo que nos deparará mañana. Por nuestra misma fragilidad. Por el peso de lo inesperado".
Aunque si viniesen los
genosianos en verano y vieran: nuestras playas repletas, Copacabana con una especie de hormiguitas que jalean a uno vestido todo de blanco, en Ibiza y Menorca se celebran las fiestas discotequeras todos vestidos de blanco, los trenes circulando a una velocidad tremenda para llegar cinco minutos antes, los aviones repletos de gente que sufre aglomeraciones en el aeropuerto, a la salida y a la llegada, en la playa, en la montaña, en la carretera, esperando para poder comer un helado, y así sucesivamente. Pues bien, si llegaran los genosianos, se marcharían asustados. Y si vinieran pensando en invadirnos, se marcharían igualmente ya que su razonamiento sería que, en poco tiempo, podrán venir a invadirnos sin necesidad de gastarse sus municiones y armamento.
Feliz regreso. Escrito el 26 de julio, pero el blog estaba de vacaciones.