jueves, 19 de junio de 2014
Competencias profesorado
Personales: Observador y Paciente
Profesionales (enseñar bien):
- Sabe de lo que habla y es claro, ordenado, en la explicación.
- Entusiasmo: "tiene interés por enseñar y por que los alumnos aprendan"
- Sabe escuchar
- Flexibilidad y adaptación al público y a las circunstancias.
- Respetuoso y no ofensivo en su trato
- Motivador.: "sois los mejores" y "tu puedes, baby"
- Amenidad: relata historias, chistes, pone ejemplos.
domingo, 15 de junio de 2014
Exclusión e inclusión
Hay pocas referencias al profesor Escudero en mi blog, pero puedo asegurar que muchos ideas de las que he desarrollado tienen que ver con sus enseñanzas, porque como dicen Postman y Weitgardner, 1973; pg. 36. La enseñanza como actividad crítica.
"Lo que cuenta no es lo uno diga a la gente, sino lo que uno les hace hacer.(...) A fin de comprender qué tipo de comportamiento promueven las clases, debe uno acostumbrarse a observar qué es lo que, de hecho, hacen los estudiantes en ellas."
Cuarenta años después, comprobé que el profesor Juan Manuel Escudero daba una conferencia como lo hacía en el año 1978 cuando cursé una asignatura con él: preguntando, y preguntándose, invitando a hablar.
Esta semana estuvo en Zaragoza para disertar sobre Exclusión e Inclusión política y educativa. No disertó sino que empezó a hablar de lo que se podía hacer y se convirtió en catalizador de las experiencias, de los discursos de todos los presentes.
Nos preguntamos ¿de qué se excluye?, e incluso ¿por qué estamos (el sistema) está excluyendo?
¿por qué tenemos tantos extraños en la cultura escolar? Abogó por la pedagogía del cuidado.
Hablamos de los PCPI, de la diferencia cuando se imparten en los institutos y cuando se desarrollan fuera de los institutos, en organizaciones sin ánimo de lucro.
La institución escolar excluye a todos aquellos cuya cultura, la cultura de sus padres, especialmente la de las madres, no es coincidente con la de la escuela: blanca, autóctona y de clase media.
Las cifras son contundentes: la probabilidad de acabar la ESO con éxito es del 85% para los procedentes de familias con padres con estudios de bachillerato al menos y sólo del 27% para los procedentes de familias con padres sin estudios, con familias donde las madres no tienen estudios.
Me recordó aquello que escuché, en cierta ocasión en un Centro de Personas Adultas, pronunciado por una jóven de apenas 19 años: " Mi madre que se saco el Graduado en Adultos, me ha mandado aquí para que me saque el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria".
Otros hablaron de que en los Institutos, se produce no sólo la exclusión de estos jóvenes en situación de riesgo sino también de los profesionales que trabajan con ellos. Unos y otros son la escoria, lo que sobra, lo que se esconde en ese espacio al final de un largo pasillo, cuando no en un almacén o un cuarto trastero habilitado para "acoger" a los que no quieren o es difícil de integrar, junto a sus educadores. (educadores y no profesores.
Alguien mencionó la "inconsciencia de los profesionales con respecto a la intervención emocional que ellos ejercen sobre los jóvenes"
Como es necesario sensibilizar a los profesionales de la educación, de que cada palabra, cada acción, marca, a veces estigmatiza, en cualquier caso "duele", en las vidas de las personas que tiene a su cargo: algunos lo superan, pero muchos otros se quedan en la cuneta, fuera de la carretera, "excluidos de la vida".
Finalmente, y a propósito de no sé qué pregunta, el prof. Escudero aposto por una excelencia no sólo de un centro, sino del territorio. La excelencia individual sea de individuos o de Centros nos lleva hacia la inclusión de unos en detrimento de otros que resultan excluidos.
"Lo que cuenta no es lo uno diga a la gente, sino lo que uno les hace hacer.(...) A fin de comprender qué tipo de comportamiento promueven las clases, debe uno acostumbrarse a observar qué es lo que, de hecho, hacen los estudiantes en ellas."
Cuarenta años después, comprobé que el profesor Juan Manuel Escudero daba una conferencia como lo hacía en el año 1978 cuando cursé una asignatura con él: preguntando, y preguntándose, invitando a hablar.
Esta semana estuvo en Zaragoza para disertar sobre Exclusión e Inclusión política y educativa. No disertó sino que empezó a hablar de lo que se podía hacer y se convirtió en catalizador de las experiencias, de los discursos de todos los presentes.
Nos preguntamos ¿de qué se excluye?, e incluso ¿por qué estamos (el sistema) está excluyendo?
¿por qué tenemos tantos extraños en la cultura escolar? Abogó por la pedagogía del cuidado.
Hablamos de los PCPI, de la diferencia cuando se imparten en los institutos y cuando se desarrollan fuera de los institutos, en organizaciones sin ánimo de lucro.
La institución escolar excluye a todos aquellos cuya cultura, la cultura de sus padres, especialmente la de las madres, no es coincidente con la de la escuela: blanca, autóctona y de clase media.
Las cifras son contundentes: la probabilidad de acabar la ESO con éxito es del 85% para los procedentes de familias con padres con estudios de bachillerato al menos y sólo del 27% para los procedentes de familias con padres sin estudios, con familias donde las madres no tienen estudios.
Me recordó aquello que escuché, en cierta ocasión en un Centro de Personas Adultas, pronunciado por una jóven de apenas 19 años: " Mi madre que se saco el Graduado en Adultos, me ha mandado aquí para que me saque el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria".
Otros hablaron de que en los Institutos, se produce no sólo la exclusión de estos jóvenes en situación de riesgo sino también de los profesionales que trabajan con ellos. Unos y otros son la escoria, lo que sobra, lo que se esconde en ese espacio al final de un largo pasillo, cuando no en un almacén o un cuarto trastero habilitado para "acoger" a los que no quieren o es difícil de integrar, junto a sus educadores. (educadores y no profesores.
Alguien mencionó la "inconsciencia de los profesionales con respecto a la intervención emocional que ellos ejercen sobre los jóvenes"
Como es necesario sensibilizar a los profesionales de la educación, de que cada palabra, cada acción, marca, a veces estigmatiza, en cualquier caso "duele", en las vidas de las personas que tiene a su cargo: algunos lo superan, pero muchos otros se quedan en la cuneta, fuera de la carretera, "excluidos de la vida".
Finalmente, y a propósito de no sé qué pregunta, el prof. Escudero aposto por una excelencia no sólo de un centro, sino del territorio. La excelencia individual sea de individuos o de Centros nos lleva hacia la inclusión de unos en detrimento de otros que resultan excluidos.
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