jueves, 10 de febrero de 2022

Las Universidades Laborales

 En anteriores ocasiones he hablado de las Universidades Laborales porque soy lo que soy porque estudie el Bachillerato Superior (14 a 17 años) en la U.L. De Córdoba y luego me dio una beca para estudiar la Licenciatura.


Recientemente, nos reunimos en Cáceres seis “laborales” para celebrar nuestras bodas de oro, cincuenta años en los que mantuvimos el contacto con mayor o menor intensidad según el momento o según las personas. Somos una gran familia.

El día de Reyes recibí el documento -video que acompaña esta entrada y donde podrán ver si llegan al final del mismo, que entre los “laborales” célebres se encuentran: Joan Manuel Serrat, José Luis Perales e Imanol Arias.


Las Universidades Laborales fueron denostadas con la democracia, olvidando que los hijos de los obreros no se formaron con alto nivel en los Centros privados religiosos sino en ese engendro de un falangista que eran las Universidades Laborales donde no sólo se hacia formación profesional sino que se nos preparaba y se nos financiaban estudios universitarios fuera de la localidad familiar. 

“Pienso que uno de los errores más lamentables de la Transición en asuntos de enseñanza fue el de no haber sabido (ni querido) incorporar las Universidades Laborales al sistema educativo. ¡Qué muestra la incompetencia y soberbia...!Y así seguimos en materia educativa, de mal en peor” (Toni Silva)


Los grandes edificios, algunos muestra de un paradigma de la construcción, tuvieron diferente destino: en algunos casos se aprovecharon por parte de la Universidad local, como es el caso de Córdoba y de Huesca. Otros, se quedaron abandonados porque no se construyo pensando en el futuro, por ejemplo Zaragoza (curiosamente era femenina y no masculina como el resto). En la primera laboral, la de Gijón, se ha convertido un centro cultural que sólo mantiene una vitrina para exponer la historia de estos Centros que sirvieron para que hijos de la clase trabajadora, como yo, pudieran alcanzar la categoría de Decano de la Facultad de Educación.


martes, 8 de febrero de 2022

Emociones de una exposición

 La exposición de 175 años de Magisterio en Zaragoza fue una de las actividades más gratificantes en mi vida profesional.

Varios motivos me la hacen recordar con cariño:

- una actividad coral

- trabajo durante varios meses

- la soledad investigadora de la búsqueda de la documentación.

- logro aunar la enseñanza universitaria y la no universitaria, la universidad y el magisterio.

- aproximarme al siglo XIX, lo que evocaba aquel trabajo de mi época de estudiante.

Fue una actividad coral porque en su montaje intervinieron personas de diferente procedencia:

- del Archivo Histórico de la Universidad de Zaragoza

- del Servicio de Reprografía de la Facultad de Educación

- de la Conserjería de la Facultad de Educación

- de la Secretaria de la  Facultad de Educación

- de la Biblioteca de la Facultad de Educación

- del SEMETA, Laboratorio de Medios Audiovisuales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.

- de muchos voluntarios, especialmente de Maria Elena Garzotto, estudiante de doctorado y de Carmina Oriol, secretaria de mi época de Decano.

Transcurrió un año en la preparación de la exposición. Inicialmente se pensaba para marzo de 2019 coincidiendo con el día de la Facultad, pero fue preciso posponerla porque era necesario mas tiempo para recoger información de un periodo de tiempo tan extenso. Menos mal que no esperamos a la siguiente fiesta de la Facultad para la celebración porque la pandemia la habría desbaratado.

La recogida de la información deparó muchas alegrías y buenos momentos. La soledad ante la lectura de viejos documentos con informaciones curiosas, diferentes a la realidad actual resulta muy gratificante para nuestro intelecto. Contar con el apoyo de archiveras y bibliotecarias contribuía al trabajo en un clima amistoso y agradable. En más de una ocasión, tuve el consejo amigo para encontrar lo que era interesante para mi objetivo.

La exposición estaba abierta al público en general pero la mayoría de los visitantes tenían que ver con el magisterio: presente (estudiantes del grado y del Máster de Profesorado) y pasado (maestros y maestras algunos ya jubilados, así como familiares). Para todos la visita suscito grandes emociones y conocimiento de informaciones sorprendentes.

Gracias al Director del Consejo Escolar, Jesús Garcés, la exposición sirvió como vínculo de aproximación entre las enseñanzas universitarias y las no universitarias porque celebró la sesión ordinario del Consejo en la Facultad de Educación para posteriormente realizar una visita guiada a la exposición. 

Pero después de la clausura, en el momento que iba a comenzar a escribir artículos académicos y de divulgación, se empezó a hablar de Covid: primero, China; luego Italia; luego, España. Pensamos que sería cómo la gripe aviar pero el cierre de las actividades no esenciales (y la educación se consideró no esencial) acabo con todos esos proyectos.