Aun aprendo, pero no desaprendo

 A partir del famoso aforismo de Goya en un grabado en el que aparece un anciano y escrito: AUN APRENDO.

Estoy de acuerdo con Don Francisco en que hay que seguir aprendiendo toda la vida pero el desacuerdo llega cuando para aprender algo nuevo, debo desaprender algo que llevo haciéndolo mucho tiempo, incluso poco tiempo.

Mis colegas de psicología tendrán que dar una explicación a esto que yo vivo diariamente. Cada vez que entro a la web del banco, me encuentro que algún joven informático o no, ha decidido mejorar la interface. La habrá mejorado para él y los de su generación porque me lleva un buen rato encontrar el path de cómo se hace ahora, lo que venía haciendo anteriormente. Eso sí, me ofrecen un chat inmediato con un puto ordenador que ni se cabrea cuando le insulto.

Y lo que más me fastidia, es que lo digo yo que fui profesor de Nuevas Tecnologías aplicadas a la educación y miembro de reconocido prestigio del Consejo de Educación Permanente del Gobierno de Aragón. 

Por cierto, es mi cumpleaños.

Los juegos de los juegos

 A veces creo que existe un plan para conducir a la sociedad hacia escenarios en que la libertad y la dignidad de los seres humanos quedan reducidos a elegir qué quiero consumir.

Uno de esos escenarios podría ser la cultura del juego que nos introduce en una realidad inventada o una realidad irreal. Quizás, llamarle virtual es para despistar.

Antes jugabamos al parchis como modo de socialización, además todo era abstracto:

La casa no era una casa, las fichas eramos nosotros, no sé si a pie o en moto, el recorrido no era un camino y el seguro no era ningún castillo.

Pero ahora, los juegos buscan la agrupación de personas pero no para sociaiizar sino para competir incluso cooperar en mundos completamente irreales llenos  de dragones, seres fantásticos o guerreros casi invencibles, selvas inescrutables, etc. Luchamos contra la irrealidad en lugar de revelarnos contra los poderosos o los señores de la guerra. Y las guerras de verdad siguen en nuestro vecindario Mediterráneo.

Como veis hay tiendas que se dedican exclusivamente a juegos y no son jugueterías. Su catálogo es alucinantemente extenso. Incluso, existen locales para reunir a los entusiastas de los juegos. 

Y ahora, llega la Inteligencia Artificial ... Menos mal que yo me bajo en las próximas paradas.

   

Empatía

¿Se dan cuenta que cuando circulamos por la calle parece que los peatones seamos enemigos unos de otros?

O cada vez me vuelvo más cascarrabias, o mi condición de cuarta edad me hace sentirme invadido por jóvenes que caminan en grupo, parejas jóvenes con carrito o carritos de niños (parecen camionetas) y perros. Todos, en general, caminan por las estrechas aceras de las ciudades españolas como si sólo caminaran ellos: su marcha es errática, extremadamente lenta o se detienen en el primer lugar que lo consideran sin reparar y mucho menos pensar si detrás o delante hay otra persona que necesitará pasar. 

Pocas veces se escucha un "disculpe" o un "perdone", más bien quien molesta considera que está en su derecho, para poder hacer lo que le parezca oportuno porque paga sus impuestos.

De algunos usuarios de patinetes y bicicletas ya escribo otro día. En realidad, vayas a pie o en cualquier tipo de vehículo se muestra cómo eres. Aunque reconozco que cuando voy en un SUV me siento más poderoso que cuando voy andando. ¿Será que la empatía está en relación a la altura de nuestra mirada? 

Pero quizás es que me estoy haciendo mayor, el viernes es mi sexagésimo séptimo cumpleaños. Gracias.