Valientes o Insolidarios

Tener que salir a la calle por obligación, te muestra una realidad de la desescalada que a los temerosos nos resulta amenazadora.

Parece que el sentimiento de inmortalidad, de a mi no me va a pasar nada, ya no es exclusivo de los adolescentes y los jóvenes. Algunos trabajadores que no estuvieron clasificados como “actividad esencial”,  ahora se pasean sin mascarilla por unas aceras que no soportan la distancia física establecida. Caminamos por estrechas aceras sin respetar el sentido de marcha (derecha en España e izquierda en Gran Bretaña).

Las mesas están separadas 2 metros pero nuestras caras (sin mascarilla, ya que es imposible tomar la cerveza) se aproximan porque la norma permite hasta 10 personas en la misma mesa. Respetamos la norma pero no el sentido común.

Hoy he recordado la conferencia de Emilio Duró en la que con mucha sorna decía que somos hijos de los cobardes porque los valientes fueron a la guerra y murieron. Aunque es necesario que queden los fuertes mentales aunque no físicos para perpetuar la supervivencia de la especie.

Olvido del confinamiento

Me esta viniendo a mi mente la canción “Fiesta” de Serrat donde dice “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas” porque en este proceso de desescalada, donde no distingo si estoy en la primera o en la segunda fase o en la “fase uno y medio”,  la ciudadanía (si se la puede llamar así) ha olvidado el confinamiento y como aplaudíamos a nuestros sanitarios.

Ha sido una profesional sanitaria ( no le he preguntado si era médico, enfermera o técnico sanitario) la que ha inspirado mi comentario.  Yo le indicaba que estoy asustado como están de abarrotadas las calles y las terrazas; de cómo el personal sigue siendo irrespetuoso y “juega a tapar la calle”, de como “los inmortales jóvenes y adolescentes” aprendieron a medir a palmos y no con el metro. En suma, si fuera un profesional que hubiera tenido que estar en una actividad esencial durante el periodo álgido de la pandemia; iría tosiendo por la calle para asustar a aquéllos que no respetan la distancia física.

RESPETAD LA DISTANCIA FÍSICA. Y respetad la distancia social que comienza por el respeto a la individualidad y a los miedos del otro.

Universidad post covid-19

Las universidades públicas y antiguas como la de Zaragoza tienen tres escenarios para después del COVID-19:

A) Presencialidad, como si nada hubiera pasado. Intentar que la nueva normalidad sea como la anterior pero con las medidas higiénicas que dicten las autoridades sanitarias.

B) Semi-prensencialidad, combinando las clases presenciales de algunos con retransmisión simultánea al resto de la clase. Esto es como los primeros libros de texto digitales que eran pdf de los libros impresos porque una clase presencial retransmitida es un “tostón” para el alumnado y un “suplicio” estresante para el profesorado.

C) On line, limitando los encuentros presenciales a los estrictamente necesarios como son las prácticas o un examen ante un tribunal.

Pues bien, no sé cuál será la opción elegida aunque, personalmente, pienso que estamos tardando en tomar una decisión. En cualquier caso, y siempre según mi humilde opinión, las dos primeras opciones son equivocadas y para la tercera no estamos preparados. Quizás sea factible desde un punto de vista técnico pero como diría FULLAN: los cambios más difíciles son los que exigen un cambio de pensamiento en las personas que deben llevarlos a cabo.

Bibliotecas o Aulas

El currículum son todas aquellas cuestiones, elementos, que contribuyen al aprendizaje de los aprendices, valga la redundancia.

Los legisladores, afortunadamente, circunscriben el currículum a los objetivos,  los contenidos, y los criterios de evaluación; aunque en ocasiones alargan su mano a aspectos metodológicos y organizativos que también forman parte del currículum.

Por eso, no deben tener muy claro que en la formación de los aprendices no sólo cuenta lo que el profesor explica y hace en clase; sino que también las bibliotecas, los patios de recreo, las aulas de dibujo, las salas de música, los laboratorios sirven como espacios de aprendizaje.

Tampoco conviene olvidar las salidas escolares que propuestas por la Institución Libre de Enseñanza en el siglo XIX constituyen un excelente y motivador modo para desarrollar el currículum. Estas salidas fueron reduciéndose por problemas de seguridad, de seguros y de complejidad o embrollo para hacerlas.

Por todo lo expuesto, por favor no convirtamos nuestros espacios diversos en homogeneizadas aulas. Parece que lo único que nos importa es tener “confinados” a las nuevas generaciones en aulas seguras frente al COVID-19. Me parece una vuelta atrás en el proceso de calidad. Por otra parte, el confinamiento ha mostrado lo importante que han sido la música, la expresión artística y la educación física.

Escuelas o Terrazas

Solo el Gobierno Vasco se ha animado a invitar a las escuelas a que puedan abrir aunque sea a medio gas y con voluntariedad de Centros y de Familias.

Pero a nivel nacional, españoles e italianos no hicimos como franceses o alemanes. Nuestra mayor preocupación era que se abrieran las terrazas para tomar un café o una cerveza.

Me entristece este deseo que poner por delante el carpe diem antes que la formación de las nuevas generaciones.

Mañana escribiré sobre la ocurrencia de la ministra Celaá de cambiar bibliotecas y gimnasios por aulas para aparcar a los escolares.