sábado, 4 de marzo de 2023

V.U.S.A.: Despidiéndome de New York

Llegamos el viernes por la tarde con un tiempo infernal al aeropuerto de Newark, en New Jersey, pero que se puede considerar el tercer aeropuerto de New York. De este modo completo el trío de aeropuerto ya que aterrice procedente de España en el JFK, salí hacía Chicago desde el aeropuerto de La Guardia y ahora regreso desde el Oeste al aeropuerto de Newark, considerado como uno más de la Gran Manzana.

El hotel está en Brookling por lo que habrá que pasar los dos ríos que rodean Manhattan. Siempre me resulta impresionante circular por debajo de esas imponentes masas de agua que son estos ríos: el Hudson y el East River.

El hotel es The Box House, un coqueto hotel situado en una antigua zona industrial y hoy mezcla de todo, pero preferentemente residencial. Desde la habitación en la cuarta planta se puede ver, incluso acostado en la cama,  los rascacielos iluminados del lado este de Manhattan incluyendo el Empire State y la Chrysler Tower, aunque esta noche la niebla, ¿o son nubes bajas?, ocultan un poco sus puntas. Por supuesto, duermo con la persiana de la ventana subida.

El sábado, como jornada completa final de nuestro periplo, nos lanzamos temprano para patear los barrios de la parte sur o downtown de la gran manzana. Comenzamos en Chinatown para verificar lo que señala la guía sobre negocios típicos, barberías, sociedad secretas y sus tiendas de comestibles en plena calle, así como el ofrecimiento de todo tipo de productos de marca por parte de mujeres que solo llevan un doble folio plastificado con las imágenes de los productos.

La siguiente etapa es el puente de Brooklyn aunque al salir de Chinatown nos tropezamos con un funeral chino con el ataúd en coche descubierto (una pik-up) y luego una retahíla de vehículos rigurosamente negros con un cartel que advierte de su pertenencia a la comitiva.

Llegar a la entrada del puente no resulta cómoda ya que NY está inundado de obras que cortan el paso a los peatones y obligan a dar prolongados rodeos.

Pensaba que esta mañana gris, aunque la lluvia nos respeta, seríamos unos locos atravesando un puente de 1825 metros (6000 pies ). Me equivocaba, la epidemia del turismo se extiende incluso por los lugares más exigentes (Si hay fila para subir al Everest, ¿cómo no iba a haber público en esta maravilla de la ingeniería y que permite hacer unas maravillosas fotos?)


Una de las guías recomienda una pizzería al final del puente. La caminata ha despertado el apetito y nuestro desayuno no fue completo. Nos dirigimos al Juliana's.

Después de comer no apetece atravesar el puente de nuevo hasta Manhattan por lo que optamos por otra opción disponible: paso en barco. Es sólo una parada y nos permite ver el puente desde otra perspectiva. En cinco minutos, nos encontramos en la zona de Wall Street. Allí puedes entrar a un almacén, el TjMax, y quizás encuentres alguna buena oferta en prendas de marca.

Volvemos a visitar la Zona Cero y el edificio comercial y de intercambio de transportes: Ocullus del español Santiago Calatrava y que nos recuerda a los edificios del Oceanográfico de Valencia.

Luego visitamos el barrio residencial de Tribeca, con sus edificios y sus escaleras de incendios que hemos visto en muchas películas de Hollywood. Cerca se encuentran los imponentes y neoclásicos edificios municipales, de la Corte y federales. Este gusto por lo neoclásico parece un intento de los nuevos ricos, de la nueva “Roma”, del nuevo imperio capitalista por construirse la historía que no poseen ya que subyugaron sin mestizaje la de los aborígenes. 

De vuelta al hotel pasamos por  Broadway donde los entusiastas de Harry Potter de todas las edades acuden ataviados con sus trajes al musical que se representa en uno de los teatros.  Igualmente, cruzamos por el Parque Bryant, nuestra primera visita del primer día en NY a las 7:30 a.m.casi desértico. Hoy, sábado a las 4:30 p.m. tiene un aspecto mucho más animado con la pista de patinaje a rebosar de personas que pasan su ocio en esta fría tarde. 

Cena temprana porque mañana será un día muy largo volvemos a Europaen Le Fanfare junto al hotel en la avenida Manhattan de Brooklyn, un establecimiento donde acuden los locales, no tanto los turistas. El entorno del hotel en el norte de Brooklyn es francamente distinto al de la isla turística.

El domingo todavía tuvimos tiempo para acudir a Harlem a visitar un espectáculo de Gospel, digo bien, porque las prisas nos llevaron a entrar en el primer sitio donde fuimos invitados a entrar, First Corinthian Baptist Church,  sin haber leído con atención una reseña como ésta:

Acudimos tras ver una buena review en internet pero fue una decepción. Está montado por y para el turismo, recomiendo entrar en cualquier iglesia pequeña que haya por la zona. Es verdad que es gratis pero aunque vayas a primera hora te pueden tener hasta dos horas esperando a que se llene. La misa es solo espectáculo, no es una misa gospel auténtica.

La ventaja es que no tuvimos que esperar a que finalizará la sesión. Luego vuelta al hotel para hacer un brunch, recoger las maletas e ir al aeropuerto.


jueves, 2 de marzo de 2023

V.U.S.A.: San Francisco

 La mañana la iniciamos en la sala para desayunar del hotel que es tan peliculera como nuestra habitación que cuenta con chimenea que funciona con electricidad y cuyo aspecto parece sacado de cualquier película. Posee ascensor que también corresponde a los años 20. El "The White Swan" es un hotel muy recomendable por precio y por las prestaciones que ofrece en cuanto a localización. Además por la tarde, de 5 p.m. a 6:30 p.m., nos sorprende con una free happy hour  en la que se nos ofrece una copa de vino con un poco de queso y granos de uva. 

Estamos cerca de Union Square junto al inicio de la linea Taylor St. a Powel Mason del Cable Car. Adquirimos el billete diario porque resulta más económico y porque no es recomendable caminar por  San Francisco que es un continuo sube y baja de empinadas cuestas y descensos. Recomiendo ir hasta la parada en la que el conductor gritará "Lombard ".  Tu mismo verás la empinada bajada porque conviene hacer la famosa calle de las curvas en dirección descendente, salvo que quieras ponerte en forma rápidamente.

Luego, seguimos hasta los antiguos muelles, hoy convertidos en atracción turística pero con un recuerdo a lo  que fue: para probar su sopa de cangrejo o comprar pescado y marisco fresco. El Pier 39 se ha trasformado en un pequeño barrio con restaurantes, tiendas de todo tipo, incluso atracciones de feria para los niños. En el mismo, también se encuentran los leones marinos que dormitan a pesar de la presencia de innumerables turistas.

Volvemos a tomar el Cable Car para regresar hasta Chinatown. Su entrada, la Dragon Gate, se encuentra en .Grant Av. en el cruce con Bush  St. Te parecerá estar en china porque toda la grafía de los establecimientos está en chino aunque comienzan a aparecer tiendas con estilo occidental.

También visitamos  el Japan Town. que no tiene la extensión y la espectacularidad de Chinatown, porque se reduce a una calle adornada con árboles japoneses y un centro comercial al estilo japonés. Desde aquí no quedan lejos las Pink Ladies Houses, una hilera de casas que hemos visto en infinidad de películas y que se alquilan para grabaciones en su interior. Evidentemente el precio no está al alcance de pequeñas productoras.

Desde el parque Alamo, situado en una colina, podemos contemplar estas casas y aprovechar, si el día está soleado, para hacer el lunch. Tuvimos suerte porque febrero es el mes más lluvioso. Recuerda la prohibición de beber en público incluso una pequeña cerveza.  Tampoco se puede fumar ningún tipo de cigarrillo incluido los del vappeo.

Por la tarde, aprovechamos para volver a la concurrida zona de los muelles donde una antigua fábrica- almacén de chocolates, la GIrardelli, se ha convertido en zona de ocio y de turismo. No olvide saborear algunas de sus especialidades de chocolates y de helados. 

Desde allí, siguiendo la bahía, acérquese a contemplar de nuevo el Golden Gate al atardecer, aunque alejado se puede apreciar su color rojizo acentuado por el sol. Verdaderamente, en febrero el viento es muy, muy frío, a pesar de nuestra ropa no se puede estar parado por lo que regresamos a subirnos por última vez al Cable Car.

Y tener la emoción de cómo consigue subir las empinadas cuestas y como realizar las paradas en la intersección con las calles que son los únicos espacios que no están en cuesta.

Adiós San Francisco, adiós California. Hasta una próxima.

Girardelli, chocolateria en la zona del puerto, volvemos a ver el Golden Gate.





miércoles, 1 de marzo de 2023

V.U.S.A.: Carmel by the Sea, ciudad junto al mar y al arte.

 Ayer llegamos a Carmel by the Sea. Solo teníamos tiempo para ver el ocaso desde su playa pero el tiempo nos hacía presagiar que nuestra expectativa se vería frustrada. No sólo había nubes y de vez en cuando jarreaba sino que hacía un frío húmedo propio del mes de febrero y de una localidad costera. Pero de nuevo surge la amabilidad californiana que te pregunta de dónde eres y que por cortesía contestas a la vez que aprovechas para obtener información. La empleada de una peluquería que trata de captarnos como clientes nos informa que podemos contemplar el ocaso a cubierto de la lluvia desde la cafetería del Hotel La Playa.  

Nos dirigimos al mismo y pasamos a su acogedora sala para tomar un original cóctel: el DOC RICKETT’S LAB compuesto por Aperol, Cerveza Peroni, Prosecco y jugo de Pomelo. Como puede analizarse es muy italiano y su sabor combina la dulzura del pomelo californiano con el amargor de la cerveza italiana.

Por la mañana, como ocurrió en Santa Barbara, sale el sol y podemos hacer un walking tour como indica el folleto turístico.  Constatamos que hay numerosas galerías de arte en esta pequeña localidad. Decidimos ir hacia el sur por un la SR1 hasta Big Sur antes de dirigirnos hacia el norte hacia San Francisco

Salimos de Carmen aprovechando la Scenic Road que rodea el mar y encontramos casas en primera linea y con detalles arquitectónicos originales. En lugar de ir hacia San Francisco, nos dirigimos hacia el Sur por una sección abierta de la SR1 para contemplar el mar y sus acantilados, hoy que el día está soleado. Pero hay que andar con cuidado porque el viento sopla muy fuerte.

Una vez, alcanzado Big Sur, nos dirigimos hacia San Francisco a una rush hour por lo que el tráfico es muy intenso. Y cuando llegamos a la ciudad, las continuas paradas se realizan con gran frecuencia. 

Finalmente llegamos a nuestro hotel y utilizamos la disponibilidad del coche para atravesar el archiconocido puente Golden Gate. No obstante el tráfico es muy intenso y poco recomendable para visitar esta ciudad de subidas y bajadas. 

martes, 28 de febrero de 2023

V.U.S.A.: California: ciudades costeras

La mañana aparece soleada y disfrutamos el paseo al igual que lo hacen muchas personas que pueden disfrutar de la tranquilidad invernal de Santa Barbara. Algunas corren, otras van en bici. El paseo nos lleva a una sensación sin stress, sin pensamientos negativos. La contemplación del inmenso océano Pacífico y su lejano horizonte relajan nuestra vista, aunque a lo lejos se aprecian unas plataformas petrolíferas.


Nos acercamos a visitar el Monasterio de la Old Mission y me quedo con las ganas de comenzar un recorrido de la presencia española en California a través de las veintiuna Misiones de los padres franciscanos.

El navegador nos aleja del mar y de la SR1 que está cortada y nos conduce a la 101 para pasar el paso de San Marcos. Nos recuerda que California no sólo es mar y playa sino que una importante cordillera la recorre de Norte a Sur con algunos pasos como el Paso de San Marcos o Paso Robles.

Para hacer un pequeño lunch, decidimos hacerlo junto al mar en Avila Beach, donde debemos estar atentos a que unas gaviotas no se lancen sobre nuestro sandwich. En esta cinematográfica California, acuden a nuestra memoria la película Los Pájaros de Alfred Hitchcock

Nuestro recorrido ha transcurrido sin lluvia pero llegando a nuestro destino, Carmel by the Sea, vemos nubes amenazadoras y junto a la carretera nos encontramos barro. Finalmente la lluvia nos remoja y buscamos un motel donde poder pasar la noche.


lunes, 27 de febrero de 2023

V.U.S.A.: Turismo por el litoral californiano

Estamos al sur de Los Angeles y pretendemos conocer San Francisco, es decir, debemos subir hacia el Norte una distancia de más de 700 kilómetros. yendo por el camino más directo, pero vamos a ir por la carretera de la costa a través de la llamada State Road (SR1) que es convencional con curvas, muy transitada y muy poblada por lo que tiene semáforos, zonas con limitación de velocidad, etc. Además, los últimos temporales han inutilizado algunos tramos por el derrumbamiento de la montaña, además de la erosión por el efecto de los oleajes.

Conducir en Estados Unidos me resulta muy cómodo, no tengo problema con el cambio automático pero también tengo un gafe que cada vez que salgo a la carretera llueve por lo que las primeras millas, camino de Los Angeles, las efectuó con tráfico intenso y con lluvia.

En Los Angeles, solo camino por Hollywood Boulevar para ver algunas de las estrellas de los famosos aunque el mal tiempo desluce todo, incluso nos impide ver el famoso cartel de la montaña en el parque Griffith. Así que pasando por Beverly Hills nos dirigimos hacia la playa de Santa Mónica que se encuentra a solo veintitrés kilómetros que, en cambio, nos recibe soleada y nos permite un paseo agradable por su Pier.

Seguimos nuestro camino hacia Santa Bárbara siguiendo la SR 1 que permite ir contemplando el mar, aunque son muchas las edificaciones que cortan nuestra visión. Pasamos por Malibú que nos evoca a películas que hemos visto y grabada en estas zonas.

Al llegar a Santa Bárbara nos ponemos a buscar un motel. En esta época del año no es difícil encontrar una buena oferta junto al mar y a última hora porque la oferta de plazas es muy importante en esta ciudad cuyo motor económico es el turismo.

Cuando vamos a cenar, ya ha oscurecido y no es fácil encontrar un lugar para cenar a las 7:30 p.m. Aquí se cena pronto. Hay suerte en uno de última hora pero al terminar nos sorprende una intensa lluvia como la que empezamos el día. Así que a dormir para estar frescos para mañana que se espera un día soleado.



domingo, 26 de febrero de 2023

V.U.S.A.: Domingo californiano

Domingo es día de brunch, ese mixto inventado por los norteamericanos entre el breakfast y el lunch. No difiere mucho de un desayuno en un hotel en el que mezclas fruta, comida salada y algo dulce.

Hemos quedado en el Pier, aunque se puede traducir como muelle, en realidad en estas villas costeras consiste en un prolongado paseo de madera que se utiliza para alcanzar el agua en la marea baja y  contemplar a los surfistas con la marea alta. 

Bajamos subidos en un coche de golf. Mi sobrina se ha permitido esa útil peculiaridad para poder bajar a la playa y subir de vuelta a casa. 

Luego paseamos en el centro de la ciudad donde hay un mercadillo en el que predominan productos de los agricultores de la zona. Los productos tienen un aspecto muy diferente a los que se pueden ver en los supermercados.

También aprovechamos el autobús turístico gratuito (trolley) con aspecto de tranvía que sube hasta un centro comercial abierto (lo denomino así porque el pasillo entre comercios está al aire libre simulando una calle). Aparece como lugar a visitar en las guías turísticas.

La tarde-noche la reservamos para una fiesta sorpresa de cumpleaños en la que los niños disfrutan preparándola y realizando performances que incluyen números de magia. Los mayores hacen sus pinitos de master chef y sacan sus botellas de vino. No hay que olvidar que los caldos californianos están al nivel de los franceses, italianos o españoles.

El día transcurre y llega el final de nuestra estancia en San Clemente. Mañana rumbo al norte de California.