FLAVIO OREGLIO (2011) Storia curiosa della scienza. Le radici pagane dell’Europa. Scienza, filosofía, reliione c’è sempre
bisogno di raccontare il mondo in modo nuevo e adeguato ai tempi. Firenze, Salani
Editori.
(p.201)
4. Un “yo acuso” a la escuela
La escuela no informa sobre estos hechos [las relaciones de
pensamiento y cómo la caída del imperio romano y la aparición de la Iglesia
llevaron consigo en los primeros cinco siglos de la era cristiana una
ocultación de los avances científicos filosófico del periodo helenístico] que
se conocen.
“A pensar mal se comete pecado, pero casi siempre se
acierta” decía Andreotti. ¿Y nosotros que habíamos pensado mal de él? ¿Habíamos
adivinado? No lo sabremos jamás.
Partimos de la pregunta: ¿La escuela es laica?
Siguiendo el consejo de Andreotti quiero pensar mal e
introduzco el concepto d control de la información escolar. No es un problema
únicamente de religión: sospechosos influjos eclesiásticos en la enseñanza de
la Historia.
Aclaro mi posición.
Por lo que respecta a la hora de religión, personalmente la
consideraría obligatoria, pero lo haría teniendo un curso de “Historia de las
Religiones” por un docente salido de un curso propio de estudios universitario
y elegido a través de un concurso público (ni más ni menos que como se eligen,
por ejemplo, los docentes de matemáticas o de letras). Paralelamente,
instituiría otro curso obligatorio de “Historia de la Filosofía y de la
Ciencia” para completar a un normalísimo “Curso de Historia”.
Por lo que respecta a los hipotéticos influjos eclesiásticos
sobre la enseñanza de la Historia. La sospecha nace porque sobre algunos temas
(no sobre todos) la escuela habitualmente desatiende su propio papel formativo
e informativo.
Y uno de éstos es propiamente el estudio de los primeros cinco
siglos después de Cristo.
Decidme si me equivoco: en la escuela se cuenta que durante
el Imperio romano existieron las persecuciones, que en cierto momento llego
Constantino, que vio una cruz en el cielo y que, por esto, se convirtió. Por
esto, después cesaron las persecuciones y la Iglesia de los buenos triunfó.
Inmediatamente después, llegaron las invasiones de los Bárbaros, la caída del
Imperio romano de Occidente y se inició la Edad Media.
Esto son, poco más o menos, cinco líneas en las que se
concentran quinientos años de historia. No creo que las personas (a menos que
se hayan informado por su cuenta) hayan comprendido mucho mas sobre este
periodo histórico a partir de estas enseñanzas escolares.
Para entendernos, en aquella misma escuela, por lo que
respecta a los quinientos años sucesivos se nos informa sobre una “porrada” de
temas como: las invasiones de los
Bárbaros y los reinos románico-bárbaros, la reconstrucción del imperio de parte
de Justiniano, la expansión de los
Lombardos, los Lombardos y los Bizantinos en Italia, el Sacro Imperio Romano de
Carlo Magno, el feudalismo, el Sacro imperio romano-germánico…muy vitales en la
segunda parte del Primer Milenio de la era actual, tan pobre de acontecimientos
la primera.
¿Hay algo que esconder? ¿Y si la respuesta es positiva, el
qué? ¿Quizás el origen humano de algo tenido todavía como algo divino?
Por otra parte, un poder religioso (o político) que se
repite, debe controlar la mente de las personas desde los primeros años de
edad. Y lo hace a través una institución y una institución formalmente laica
que es obligatoria para los alumnos pero que no se obliga nada a sí misma.
De hecho, lo curioso es que la información sobre este
periodo existe, pero no viene divulgada con la apropiada y justa claridad.
¿Por qué? ¿Por qué no se enseñan determinadas cosas? ¿Por
qué es peligroso?
Porque se ponen en fila los hechos, después son ellos mismos
a contarnos como fueron los hechos. Los hechos cuentan la Historia. Por eso, lo
mejor es eliminarlos o como mucho contarlos a trozos y retales si no queremos
recibir un millar de preguntas incómodas. (p.203)