Día 23
Para acercarse a las etapas de montaña, las míticas del
Tour, se necesita llegar con antelación sobre todo si es con un camping car.
Así que, después de despedirnos de nuestra familia con el
deseo de que no pase tanto tiempo como en la anterior ocasión, nos dirigimos
hacia Grenoble y Briançon. Vamos por la carretera porque la autopista es muy
cara y la carretera tiene pocas rotondas, aunque hay que atravesar poblaciones
donde el espacio para pasar dos vehículos no es suficiente. Pero después de
3000 kms conduciendo este “camión”, empiezo a sentirme a gusto en algunas
dificultades.
La meta que Alessandro me ha establecido ha sido el Col de
Lautaret donde la carretera toma el desvío para los 8 kilometros finales del
Galibier. Antes de iniciar la subida, en Le Bourg-d'Oisans., cogemos provisiones de gasolina y
de alimentos. Una vez que instalemos el camper en lo alto ya no nos podremos
mover hasta que finalice la etapa del jueves. Faltan más de 2 días.
La subida no es fácil: túneles, estrechamientos, trozos de
carretera mal asfaltada, etc. Cuando llegamos al Lauteret ya vemos más de dos
campamentos de camper. Afortunadamente, veo un hueco en una zona no muy
desnivelada, pero sigo adelante. Las vallas en la entrada del Col del Galibier
y mi impericia conductora me aconsejan volver sobre el “hueco” que he visto.
Todavía está y con la ayuda de mi copiloto ubico la caravana
en posición correcta y equilibrada: marcha atrás para dejar la parte
sobresaliente sobre el precipicio.
Y luego a contemplar el paisaje que compensa todos los
esfuerzos. Es cierto que la masificación enturbia un poco el encanto. He
contado casi 300 autocaravana solo en los alrededores del Col de Lautaret.
Alessandro que ha subido en bicicleta hasta la cima del Galibier señala que la
carretera y cualquier hueco de los 8 kms. están ocupados.
Estamos en un parque natural y, a pesar de la recogida
diferenciada, creo que somos demasiados para una naturaleza explotada por la
humanidad. Igual que se paga una tasa de estancia, de soggiorno, cuando se va a
un hotel; deberían cobrarnos una tasa de carácter finalista a cada camper
cuando subimos a una montaña.
En el anochecer disfruto del silencio ( a pesar de gente y
carretera) y de la visión de las majestuosas montañas. Reflexiono sobre mis dos
años en el Tour: en el 2018-19 vimos 7 etapas en doce días, este año solo llevamos 4 y estamos a punto de
acabar. Ciertamente, la agilidad del vehículo y de los pasajeros (3 over 60)
exigen otro tipo de “tour peregrinaje”.
(*) Empleo el termino autocaravana (español), camping-car
(francés), camper (italiano) de forma indistinta.
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