martes, 23 de julio de 2019

Hacia el Galibier


Día 23

Para acercarse a las etapas de montaña, las míticas del Tour, se necesita llegar con antelación sobre todo si es con un camping car.
Así que, después de despedirnos de nuestra familia con el deseo de que no pase tanto tiempo como en la anterior ocasión, nos dirigimos hacia Grenoble y Briançon. Vamos por la carretera porque la autopista es muy cara y la carretera tiene pocas rotondas, aunque hay que atravesar poblaciones donde el espacio para pasar dos vehículos no es suficiente. Pero después de 3000 kms conduciendo este “camión”, empiezo a sentirme a gusto en algunas dificultades.

La meta que Alessandro me ha establecido ha sido el Col de Lautaret donde la carretera toma el desvío para los 8 kilometros finales del Galibier. Antes de iniciar la subida, en Le Bourg-d'Oisans., cogemos provisiones de gasolina y de alimentos. Una vez que instalemos el camper en lo alto ya no nos podremos mover hasta que finalice la etapa del jueves. Faltan más de 2 días.

La subida no es fácil: túneles, estrechamientos, trozos de carretera mal asfaltada, etc. Cuando llegamos al Lauteret ya vemos más de dos campamentos de camper. Afortunadamente, veo un hueco en una zona no muy desnivelada, pero sigo adelante. Las vallas en la entrada del Col del Galibier y mi impericia conductora me aconsejan volver sobre el “hueco” que he visto.
Todavía está y con la ayuda de mi copiloto ubico la caravana en posición correcta y equilibrada: marcha atrás para dejar la parte sobresaliente sobre el precipicio.

Y luego a contemplar el paisaje que compensa todos los esfuerzos. Es cierto que la masificación enturbia un poco el encanto. He contado casi 300 autocaravana solo en los alrededores del Col de Lautaret. Alessandro que ha subido en bicicleta hasta la cima del Galibier señala que la carretera y cualquier hueco de los 8 kms. están ocupados.

Estamos en un parque natural y, a pesar de la recogida diferenciada, creo que somos demasiados para una naturaleza explotada por la humanidad. Igual que se paga una tasa de estancia, de soggiorno, cuando se va a un hotel; deberían cobrarnos una tasa de carácter finalista a cada camper cuando subimos a una montaña.

En el anochecer disfruto del silencio ( a pesar de gente y carretera) y de la visión de las majestuosas montañas. Reflexiono sobre mis dos años en el Tour: en el 2018-19 vimos 7 etapas en doce días,  este año solo llevamos 4 y estamos a punto de acabar. Ciertamente, la agilidad del vehículo y de los pasajeros (3 over 60) exigen otro tipo de “tour peregrinaje”.


 
(*) Empleo el termino autocaravana (español), camping-car (francés), camper (italiano)  de forma indistinta.

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