Cuando leáis esta crónica, otras etapas más decisivas de El Tour se estarán desarrollando pero exigencias del alquiler de nuestro “seis metros” obligaban a devolverlo en Monza este viernes.
Paradojicamente, la experiencia del último día se refiere a lo que ocurre cada mañana en la línea de salida.
Una población pequeña es invadida por millares de personas de la organización que acompaña cada día a El Tour, por millares de espectadores de las localidades de alrededor de la que tiene el privilegio de acoger la salida.
En nuestro caso, Trie sur Baisse fue la elegida. La caravana publicitaria saldrá a mediodía, pero desde las nueve el público se agolpa junto a los lugares clave, entre ellos, el podium de firma.
Para ocupar al público durante estas tres horas, los principales patrocinadores ayudados de sus animadores organizan un programa de televisión con espectáculo de danza, concursos de tipo quiz referidos al Tour, y como siempre regalos y más regalos.
Hoy, nosotros nos hemos convertido en hombre-anuncio o, al menos, así me siento yo cuando a cambio de varios bocados de salchichón debe sostener una bolsa que será encuadrada en la retransmisión televisiva. Luego nos colocan una camiseta de la marca de agua que viene patrocinando el Tour. Tanto me meto en el personaje que me animo a participar en el flash-mob que se prepara.
Trie sur Baisse tiene un aire decadente, esto ya lo he verificado cuando estuvimos por el centro-este del País. Su actividad agrícola – ganadera se percibe en el centro de la ciudad. Tiene una plaza con la iglesia de campanario puntiagudo, el ayuntamiento y unos edificios con tiendas en el bajo y unos soportales que denotan que los inviernos no deben ser muy amigables en este somontano pirenaico francés.
Finalmente, aparecen los corredores a firmar- Ahora, se firma digitalmente aunque minutos antes ha aparecido la mascota – bolígrafo BIC como patrocinador del Tour. Algo no me encaja!
Algunos corredores, los que llevan los maillots y los franceses son entrevistados. El público jalea a los coterráneos, aunque algún niño de los que suben al escenario señala que su ídolo es Peter Sagan.
Para nosotros es nuestra última etapa y mi última crónica del Tour, pero quizás escriba otros post porque Le Tour es algo más que una carrera ciclista, es política (vimos al Primer Ministro y se esperaba la visita del Presidente a los Pirineos), es economía, es sociología, incluso diría que es antropología.