Dicen:
"En los tres años de Escuela Media, nosotros habíamos estudiado dos lenguas diferentes: francés e inglés. Teníamos un vocabulario suficiente para poder entablar cualquier discusión. Bastaba con no enfatizar excesivamente algún error de gramática. Pero la gramática aparece casi por sí sola escribiendo. Además, leer y hablar se puede hacer sin ella. Después, poco a poco se va sintiendo con el oído. Más adelante, quien lo estima oportuno puede estudiarla.
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Por otra parte, con nuestra lengua se hace del mismo modo. Se recibe la primera lección de gramática después de ocho años que se habla. Después de tres años años que se lee y que se escribe."
De las causas del por qué los españoles no somos muy "bravos" en lenguas extranjeras se puede responsabilizar a:
- los docentes y su mala preparación
- la excelente industria del "doblaje", que traslada al español películas y dibujos animados.
- a nuestra condición de segunda lengua más hablada que nos hace ser prepotentes como los ingleses: "alguno nos entenderá" , pensamos.
Pero últimamente empiezo a pensar que hay otra razón:
- el sentido perfeccionista del profesorado de lengua extranjera que, como los ingleses, considera un "pecado" no hablar, no pronunciar, el inglés como lo haría el mismo Shakespeare.