Week-end fase 1

Había vuelto a escribir a este blog por necesidad de comunicación durante el confinamiento. Este primer fin de semana de la fase 1 permite las reuniones hasta de 10 personas amigas y/o familiares, por este motivo tengo menos necesidad de acercarme a esta ventana del blog.

Por eso, hoy sólo leeran esos fans que siguen el blog como hacen los followers: disculpas para ellos, pero eso permitirá que tengan escritos para los próximos días. Después de casi sesenta días, he cogido el ritmo y "las pequeñas celulas grises", como diría Poirot, siguen funcionando y generando ideas.

Me he propuesto la rutina de escribir tres párrafos. Y éste es el último. Hasta el lunes.

Heroinas de la pandemia

Muchos ríen cuando se dice médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, pero en esta situación de coronavirus se ha vuelto a invisibilizar a las mujeres porque los términos utilizados han sido los HÉROES DEL PERSONAL SANITARIO. Es decir, buscando el genérico personal se ha conseguido pronunciar en masculino el determinante sanitario y el calificativo héroe. ¡Jugada maestra!

Porque en realidad en esta pandemia, quienes nos han salvado han sido las mujeres de la limpieza (tal como señalaba el veterinario Etxaniz primero hay que limpiar para luego desinfectar) , las enfermeras y las médicas porque se trata de dos profesiones básicamente femeninas. (Un 75% son mujeres frente a un 40% del global)

Al igual que en su capacidad reproductora de la especie, las mujeres han vuelto a garantizar la pervivencia de la humanidad.

Dos metros de distancia

En la escuela, nos enseñaron el sistema métrico decimal pero no tuvieron tiempo de explicarnos cómo calcularlo.

Lo afirmo a tenor de lo visto en el mantenimiento de la distancia social: ni cuando los amigos se paran a hablar, ni cuando se sitúan las mesas en las terrazas de un bar.

Decía Edgar Faure que en un contenido hay que distinguir el saber, el saber hacer, el saber estar y el saber ser; pero desafortunadamente nos quedamos solo con el saber,  en este caso memorísticamente y no aprendimos a saber cómo, ni adoptamos una actitud positiva y mucho menos interiorizamos la solidaridad de la convivencia.

Silencios de ciudad

Ya comentaba este tema en anteriores entradas ( he localizado 22 entradas en este blog, algunas muy antiguas 2007 y otras muy bonitas) pero me apetece volver al mismo porque el silencio, los silencios han vuelto a la ciudad.

Antes solo se escuchaba el silencio en la noche aunque en cualquier momento era interrumpido por el camión de la basura o por una sirena que llegaba. O también, el silencio de una mañana de domingo o de una hora de siesta del mes de agosto.

Ahora, hay menos circulación de vehículos y eso nos ofrece silencios como de pueblo. El silencio de primera hora de la tarde en el que se puede distinguir el martilleo de una obra, algo que se solía perder en el fragor de los ruidos de coches y autobuses.

Me gusta escuchar el silencio, pensar que pasear por la ciudad es como en el campo en el que se disfruta del territorio sin tener que disputarlo con otros seres humanos.

Respeto a la norma o al sentido común

Si el domingo pensaba que era innecesario recordar a los ciudadanos que en España se circula por la derecha seamos conductores o peatones, hoy martes entiendo que la Norma no sirve para nada porque la ciudadanía es todo menos ciudadana, no tiene sentido común.

Estoy recibiendo videos  de amigos que no son votantes de VOX, ni periodistas sensacionalistas en los que se muestran que la ciudadanía no sólo no respesta la norma, sino lo que no respeta es el sentido común.

Si el coronavirus se marcha, será porque tenemos "una flor en el culo", pero no lo será por nuestro sentido solidario (ese que se dijo que se acentuaba porque aplaudiamos a las ocho), por nuestra responsabilidad (que buscaba excusa para saltar la norma y que cuando dijeron salir un ratito, llenamos las calles y que cuando dijeron abrir las terrazas, acudieron hasta los que nunca se sentaron en ellas).



Ya decía el filosofo Hobbes que el hombre es un lobo para el hombre, pues añadamos a la mujer
y otros géneros; así la frase del siglo XVII seguirá de actualidad.

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Distancias e Igualdad de género

La etapa de confinamiento ha supuesto para muchas mujeres un auténtico calvario o quizás peor. No obstante, este control de las distancias que se normaliza, puede mejorar el sentimiento de miedo y peligro de las mujeres cuando circulan solas por las calles.

Hacía tiempo que venía reflexionando sobre cómo podía señalar a una mujer que camina sola por una acera en un lugar solitario que mis intenciones son las de cruzarme con ella sin que sienta ningún temor o se sienta amenazada. En muchas ocasiones lo había percibido en algunas mujeres cuando esa situación se presentaba: quizás una mala experiencia, el comentario de una amiga o el recuerdo de alguna película.
Como solución, pensaba que ¿es mejor que yo cambie de acera, si es posible? ¿O quizás debo dejarle sitio en el lado abierto, el de la calzada, que ofrece mentalmente escapatoria?

Ahora, con las normas de distanciamiento establecidas por motivo del Covid-19, las mujeres que caminen solas, entenderán que se encuentran ante un varón respetuoso y solidario, si éste  busca mantener la distancia de seguridad.

RECUERDO QUE LOS COMENTARIOS, MEJOR AQUÍ EN EL BLOG. Y NO OLVIDAR DE PINCHAR LOS ENLACES, SUELEN SER MEJOR QUE MI ENTRADA.

Domingo confinado y lluvía

El proceso de des-confinamiento me está secando las ideas. Ahora que hay que volver a la NUEVA NORMALIDAD, el cerebro parece que necesita su tiempo para adaptarse, para entender que debe cumplir unas normas de higiene, que la salud es lo más importante antes que el dinero o el amor.

Por eso, este fin de semana con bajas presiones, lloviendo pero pudiendo salir a la calle, estoy dudando de seguir escribiendo en este blog.

Por experiencia, sé que el blog necesita de la periodicidad y que si dejo un día, ya no volveré hasta el próximo acontecimiento: tour, confinamiento, etc.

Buen fin de semana.