Desesperación y soledad, juntas a la vez y en dosis insoportables.
Ese sentimiento que te deja en un callejón que ya no guarda una salida para ti y entonces… saltas.
Cobardía para muchos y valentía para el resto. Poco importa ya.Pienso en los últimos días y en los últimos momentos pero sobre todo en el vacío que ahora queda.
En las alarmas que no se atendieron a tiempo, en las decisiones equivocadas, en los gritos silenciados hasta hoy.
En la culpa sin ella de los que quedan, en el tiempo que todavía vivos no vivimos.Me paralizo al pensar en las niñas, intento comprender lo incomprensible y pido no sé a quién que por favor nunca me toque.
¿Acaso no hay nada que aprender? Trabajo demasiado y vivo solo a medias.
Ariel, 10/11/14