A) Sobre todo, me interesa saber su opinión sobre las
pruebas de acceso a la universidad.
Wert
dijo el otro día que la selectividad era un fracaso porque aprueba el 94% de
los alumnos. ¿Le parece esto correcto? ¿Debe, a su juicio, modificarse el
sistema o lo ve bien así? ¿Cambiaría la situación con una reválida?
Las pruebas de
acceso a la universidad constituyen un paradigma de la evaluación sumativa: “el
que tiene pase, pasa y el que no tiene pase, no pasa”. Aunque un porcentaje de
estudiantes muy alto aprueba, la calificación obtenida sirve para filtrar el
número de estudiantes que acude a cada uno de los estudios. De este modo, los
estudios más demandados (ingenierías, medicinas y otros novedosos estudios)
necesitan de una puntuación más alta. Por tanto, si bien aprueba un alto
porcentaje, la selectividad, como su nombre indica, constituye un excelente
sistema de selección.
Si aprueba un 94%
es porque durante el último año del Bachillerato, el profesorado y los alumnos
se dedican a preparar ese examen. Sería un gran fracaso del sistema educativo y
de baja calidad, si sólo fuera superada por un porcentaje inferior. Por otra
parte, hay que pensar que evaluásemos con un criterio normativo, de curva
normal, como parece que le gusta al actual ministro, por debajo de una
desviación típica, sólo se encontraría el 16%, es decir, debería aprobar el 84%.
El sistema actual
es mejorable y quizás debería constituirse como una evaluación inicial,
diagnóstica y preparatoria del tipo de estudios al que se dirige el aspirante más
que una reválida o evaluación final de los estudios cursados con anterioridad:
Bachillerato o Ciclo Formativo. Cada estudio universitario exige unas
competencias distintas y, por tanto, sería conveniente evaluar si el estudiante
que desea entrar posee el potencial para adquirirlas y desarrollarlas. Es
decir, “la selectividad” debería ser una evaluación inicial y no una reválida.
Comparativamente
(datos correspondientes al curso 2009-10), España no es una excepción. Todos
los países europeos sin excepción tienen una prueba final o un examen de estado
para pasar a los estudios universitarios o de nivel superior. Siempre se
plantea como una prueba final de los estudios de Secundaria en la que
interviene tanto profesorado de secundaria como profesorado universitario,
igual que ocurre en España.
Suelen consistir en
una parte común, donde siempre está presente los conocimientos de la Lengua
materna y una parte específica. El número de disciplinas implicadas va de
cuatro (Alemania) a diez (Francia
y Dinamarca). Sólo en Austria, Polonia e Italia se contempla una parte oral en
la prueba.
Finlandia, por ejemplo: Al final de la etapa, se debe superar un
examen nacional para acceder a estudios superiores. Incluye cuatro pruebas:
Lengua y otras tres elegidas por el alumno entre Lengua Nacional, Lengua
Extranjera, Matemáticas y estudios generales de Humanidades o Ciencias
Naturales. Son calificadas primero por sus profesores y luego por el Consejo
Nacional.
B) También aseguró el ministro que es una bobada afirmar
que la generación actual sea la más preparada de la historia, y que menos mal
que existen los informes PISA, que dejan en evidencia las carencias
educacionales en España. ¿Está conforme con estas declaraciones?
En las tertulias
radiofónicas se suelen mezclar conceptos próximos pero diversos en cuanto a su importancia
o extensión. Así señalar como contradictoria la afirmación “que la generación
actual es la más preparada de la historia” con los datos que nos ofrecen los
informes PISA es, cuanto menos, malicioso. Los datos de los informes PISA son
tan variados que servirían para justificar esa afirmación y la contraria. En
primer lugar, porque se refieren a diferentes materias (lengua, matemáticas y
conocimientos físico-sociales), son distintos según las comunidades
autónomas y, por otra parte, el
modo de medir en PISA hasta hace poco difería de las prácticas metodológicas
habituales en nuestro país.
Así los resultados
de Lectura son: OCDE 492, España 481, Aragón 495; de Matemáticas son: OCDE 488,
España 483 y para Ciencias son: OCDE 496, España 488, Aragón 505. Por tanto, el
informe PISA evidencia ciertas carencias educacionales pero en absoluto debemos
ser catastrofistas y, en cambio, analizar donde está el origen de las mismas.
También el informe
PISA de 2009 para Aragón, señala que:
“Este capítulo de
cierre del presente informe podría perfectamente concluir que el sistema
educativo en Aragón consigue unos resultados en PISA 2009, en cualquiera de las
áreas evaluadas, que lo sitúan dentro del promedio de los países de la OCDE y
al lado de las Comunidades Autónomas de mejores rendimientos. De forma
sectorial, se ha apreciado mejora
de rendimiento en Lectura con respecto a 2006, a la par de ligeros decrementos
en Matemáticas y Ciencias que en ningún caso son estadísticamente
significativos.
Si, de forma
general, hubiera que destacar alguna virtud del sistema educativo en Aragón, es
que muestra capacidad para promover la equidad, es decir, para garantizar unos
mínimos de rendimiento en la mayoría de sus alumnos, incluso con independencia
de su origen social de partida. Si hubiera que destacar algún aspecto
susceptible de mejora, éste sería el reto de incrementar esta mayoría de
alumnos con aquella minoría de estudiantes que están por debajo de esos niveles
mínimos en cualquiera de las tres áreas.” (p.150)
Yo entiendo que tenemos una juventud suficientemente
preparada, incluso comparándola con la Europea. ¿Acaso se equivoca la sra.
Merkel cuando solicita ingenieros españoles? ¿O los gerentes de hospitales
ingleses cuando contratan a personal sanitario titulado universitario en
España? Y el informe PISA muestra que la media nacional está un poco por debajo
pero hay regiones, como la nuestra, que se encuentra al mismo nivel que otros
países europeos.
C) En general, ¿qué opina de la reforma educativa que
está llevando a cabo el Gobierno?
No hay muchas noticias concretas al respecto, ni se conoce bien cómo
será su desarrollo, pero parece que las medidas van dirigidas a una eliminación
de la comprensividad del nivel de educación secundaria a través del
establecimiento de dos vías, como existía antes de la LOGSE: la “buena”, que
conduce a la universidad y la “mala”, la que conduce a la formación
profesional.
La formación profesional ha sido dignificada en los últimos años pero
todavía no tenemos suficientes titulados de grado medio con respecto a los
porcentajes europeos.
Por otra parte, siempre se ha pedido que se dejen desarrollar
completamente las reformas. Países como Finlandia que es paradigma del buen funcionamiento
tienen un sistema educativo estable, sin reformas motivadas por los vaivenes
políticos, que se suelen justificar poco en razones científicas y más en
razones ideológicas.
D) ¿Piensa que recortes tales como el de las becas, por
ejemplo, o el aumento de las tasas, supondrán que el acceso a la universidad se
esté haciendo cada vez más elitista?
Evidentemente, todo aquello que lleva el
criterio de selección a ratios económicas invita a que la educación se
convierta no en un derecho, sino un privilegio. Estamos en la denominada
sociedad de la información o sociedad del conocimiento en la que la medida de
riqueza no es el latifundio sino la información privilegiada y el conocimiento
elaborado.
La educación es una inversión de futuro no un
negocio a corto plazo. Por eso, la rentabilidad no es tangible sino que se
manifiesta en el desarrollo de una nación.
No obstante, estoy a favor del pago de los
servicios educativos por parte de quienes tienen recursos para hacerlo. Estamos
dispuestos a pagar por cualquier necesidad y no por la formativa. Eso no
significa una liberalización del servicio, sino que debe mantenerse la igualdad
de oportunidades a través de un fuerte sistema de becas, no basado en el
rendimiento exclusivamente ni prioritariamente porque de este modo se favorece
al que posee recursos. La influencia del contexto socioeconómico y cultural en
el rendimiento académico está demostrada en numerosas investigaciones
socioeducativas.
La política de becas debe estar asociada a una
política fiscal en la que pague quien tiene recursos económicos para hacerlo y
que se incentive a los que tiene competencias para ser excelentes aunque su
economía no se lo permita.
Para saber más:
Monográfico: Al final del camino (julio-agosto,
1999) de la revista Cuadernos de Pedagogía.
Página de evaluación educativo del Gobierno de
Aragón.
Eurostat http://epp.eurostat.ec.europa.eu/statistics_explained/index.php/Model:Statistical_article/es
Eurydice
http://eacea.ec.europa.eu/education/eurydice/index_en.php