O también viceversa: nuevas metodologías, antiguos principios.
Dicen Les Luthiers que errar es humano pero echar la culpa de nuestros yerros a otros, es más humano todavía. Por eso, cuando los sistemas escolares fallan, y fallan casi siempre, se suele echar la culpa a los pedagogos y a sus metodologías.
He de reconocer que, últimamente, existen denominadas nuevas tecnologías que sólo son lifting de principios metodológicos que ya usaron en el pasado con más o menos éxito
Concretamente, me referiré al Flipped Classroom o clase invertida. Básicamente consiste en estudiar lo teórico en casa con la ayuda de algún video que debería haber producido el profesor para luego resolver dudas y hacer ejercicios prácticos en el aula. El principio didáctico es sencillo: Es más fácil comprender algo cuando se sabe de qué se habla.
Cuando asistía a la Enseñanza Media, el primer día de la semana, el profesor de Historia solía señalar una lección y los días siguientes se dedicaba preguntar a un alumno al azar. En ese momento, aprovechaba para puntualizar, enfatizar, hacer disgresiones o bien redirigir las preguntas a otros, etc. Claro que entonces no se había inventado el Flipped ni existía el TDAH.
viernes, 5 de junio de 2020
jueves, 4 de junio de 2020
Inclusividad y TIC
Antes del obligado confinamiento, la inclusividad de todos los escolares y los aprendices se beneficiaba con el uso de las TIC o las TAC que permitían adaptar el currículum individualmente a las personas que tenían alguna necesidad específica por una disfunción sensorial, perceptiva o social.
Pero llegada la pandemia y la necesidad de cerrar las escuelas hasta tanto encontremos una vacuna o una organización que nos permita tener en las escuelas a todos los escolares, la necesidad de disponer una tecnología suficiente para atender las necesidades formativas de esta población especial y específicamente necesitada ha provocado un ensanchamiento de la brecha.
Está constatada la necesidad de que determinados aprendizajes es necesario hacerlos en compañía, con la ayuda y con el apoyo de otro, ya sean los coetáneos o los profesionales de la educación.
Otra cuestión que nos ha “pillado” sin haber hecho suficiente reflexión de cómo abordarla en una situación compleja afectada por una pandemia que, por lo que nos anuncian amenazadoramente, no será la última.
Pero llegada la pandemia y la necesidad de cerrar las escuelas hasta tanto encontremos una vacuna o una organización que nos permita tener en las escuelas a todos los escolares, la necesidad de disponer una tecnología suficiente para atender las necesidades formativas de esta población especial y específicamente necesitada ha provocado un ensanchamiento de la brecha.
Está constatada la necesidad de que determinados aprendizajes es necesario hacerlos en compañía, con la ayuda y con el apoyo de otro, ya sean los coetáneos o los profesionales de la educación.
Otra cuestión que nos ha “pillado” sin haber hecho suficiente reflexión de cómo abordarla en una situación compleja afectada por una pandemia que, por lo que nos anuncian amenazadoramente, no será la última.
miércoles, 3 de junio de 2020
Stop a los grupos del Whatsapp
El magisterio y el profesorado se quejan de los grupos de Whatsapp porque enjuician su labor como si fueran técnicos en educación.
Personalmente, procuro no estar en ningún grupo aunque no puedo evitar los de la familia y aquellos que llevan mi nombre.
No sólo son mis malas experiencias sino también mis escasos conocimientos sobre comunicación los que me invitan a no participar en los grupos.
En una comunicación hay un emisor y un receptor o receptores que en un segundo momento cambian los papeles: el receptor se convierte en emisor y el emisor en receptor. En cada “viaje” el emisor tiene una intención que el receptor “interpreta”, además del ruido existente (incluso en forma de emoticón).
Por eso, es habitual que el receptor interprete erróneamente la intención del emisor. Si son varios los receptores-interpretadores, la confusión y los malentendidos están servidos.
Si yo mando un mensaje al grupo “mi familia”: mi abuela lo interpreta de una manera, mi mujer de otra, mi hija de otra, mi cuñado de otra y así hasta media docena de receptores que se convertirán en emisores respondiendo a mi mensaje. Todavía me parecen pocas las disputas familiares que se producen.
Me voy a escribir un whatsapp al grupo que tengo ganas de “marcha”.
martes, 2 de junio de 2020
Universidad sin universitarios
La palabra universidad tiene el origen en el latín universitas, universitatis ‘universalidad, totalidad’, ‘compañía de gente, comunidad’, derivado de universum (V. universo ). En latín tenía el sentido de ‘colectividad’, ‘gremio’. La acepción moderna procede de Bolonia y París (s. XII) como resultado de la evolución de universitas scholarium ‘la colectividad de los estudiantes.
Por tanto, desde su origen, se hacia referencia a la comunidad, al grupo de personas que se juntaban para intercambiar, para contrastar sus saberes. En las modernas empresas, las tecnológicas también, se proponía (antes del coronavirus) el que existiesen espacios formales e informales para el intercambio. Especialmente, constituían una novedad estos últimos, los que no eran estrictamente de trabajo pero se seguía trabajando como, por ejemplo, las cafeterías de los Centros Universitarios, las zonas de relax-juego, etc.
La individualidad era trending y se ha acelerado con el coronavirus, amenaza con cambiar el concepto de universidad, del espacio compartido para intercambiar conocimiento y progresar.
Se dice que el modelo hacia donde caminamos será de asistencia presencial sólo para las prácticas, pero qué pasará con los Colegios Mayores, las Residencias Universitarias, los pisos de universitarios, las fiestas de universitarios, los bares de universitarios y las "zonas" de universitarios.
Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat membrum quodlibet,
vivant membra quaelibet,
semper sint in fíore
Habrá que ir pensando en cambiar la letra.
lunes, 1 de junio de 2020
Autonomía e inseguridad
Hoy, he asistido a un examen on line a distancia.
Hoy, las dudas han sido de cuestiones informáticas y no del contenido como otras veces.
He apreciado falta de capacidad de decisión en unos estudiantes que van a ser maestras y maestros post-covid19.
A mi parecer, esa indecisión se debe a dos capacidades: autonomía y seguridad.
Muchos de nuestros jóvenes han vivido una vida, valga la redundancia, segura, sin incertidumbres, con el apoyo de sus progenitores, con el "todo incluido" o "el ya te lo hago yo", y la confirmación del "¿así está bien?"
Y la situación me preocupa porque, si al "papá-mamá Estado" me lo tiene que arreglar, unimos esta dependecia vital de un superior; el final de la humanidad como la entendimos en el s.XX está cerca.
Será este lunes que me ha pillado un poco bajo de ánimo.
Hoy, las dudas han sido de cuestiones informáticas y no del contenido como otras veces.
He apreciado falta de capacidad de decisión en unos estudiantes que van a ser maestras y maestros post-covid19.
A mi parecer, esa indecisión se debe a dos capacidades: autonomía y seguridad.
Muchos de nuestros jóvenes han vivido una vida, valga la redundancia, segura, sin incertidumbres, con el apoyo de sus progenitores, con el "todo incluido" o "el ya te lo hago yo", y la confirmación del "¿así está bien?"
Y la situación me preocupa porque, si al "papá-mamá Estado" me lo tiene que arreglar, unimos esta dependecia vital de un superior; el final de la humanidad como la entendimos en el s.XX está cerca.
Será este lunes que me ha pillado un poco bajo de ánimo.
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